miércoles, 25 de mayo de 2016

paño de lagrimas

Mi nombre es Juan y esto me paso hace algún tiempo cuando vine a Madrid a vivir por estudios. Era mi segundo año aquí y me seguía costando mucho hacer amistades. Siempre he sido muy retraído y tímido. El segundo año empecé a compartir piso con unos compañeros que conocí en la universidad el primer año. Mi primer año de universidad no fue muy fácil. Me lo pase estudiando y echando mucho de menos a mi novia que se quedo en el pueblo en el que nacimos. Llevábamos juntos desde los 14 y era el amor de mi vida...o eso pensaba yo. Al empezar el segundo curso ella me dejó. No soportaba la distancia y tampoco se quería venir a Madrid conmigo. Ese verano había estado muy distante conmigo y además yo debí estudiar para recuperar dos asignaturas que finalmente logré recuperar y así empezar segundo curso totalmente limpio. El caso es que un martes de noviembre recibí una llamada de mi aun novia diciéndome que no soportaba mas estar así y que había conocido a alguien. Destrozado colgué el teléfono jurando a mi mismo no volver al pueblo nunca más. Los días pasaban y aunque mis compañeros de piso me veían algo destrozado e intentaban ayudarme yo me encerré cada vez más en mi mismo. Una semana después, al entrar al portal me encontré con mi vecina. Susana, de la que había oído hablar a mis compañeros por su cuerpo espectacular, su altura y su largo pelo negro, estaba ante mi cargada de bolsas. - Eh....hola... ¿puedo ayudar?- dije entrecortado al verla. -Ay si gracias guapo. Tengo las manos que ni las siento.- contestó ella. Yo me acerqué y cogí algunas de sus bolsas mientras sonreía tímido. Subimos en el ascensor. Yo miraba al suelo con timidez mientras de reojo miraba sus largas piernas acentuadas por la minifalda amarilla. Al llegar a su piso hice amago de dejar las bolsas en la puerta pero se empeño que entrara porque lo menos que decía que podía hacer era invitarme a tomar una coca-cola. Estuvimos charlando, aunque más que nada me hizo un interrogatorio. Yo contestaba tímido pero cada vez cogiendo mas confianza. Aquella muchacha que tenia un encanto especial sabia como hacer que me soltara y acabe contándole lo destrozado que estaba por mi ruptura. Me contó que ella había pasado por algo similar. Así se me pasó el tiempo hasta que recibí un wasap de un compañero de piso que donde me metía. Me fui de casa de Susana con la promesa de pasarme alguna tarde a seguir charlando y así fue. Alguna que otra tarde me pasaba con un par de cafés del Starbucks cercano y echaba allí media tarde charlando con ella. Me sentía muy bien con ella. Un viernes por la tarde mientras estaba en el piso solo, me metí a internet a cotillear facebook, No debí hacerlo porque vi a mi ex con mi mejor amigo besándose en la foto de perfil. Me metí en las fotos y vi un montón de fotos de los dos. Era él quien había conocido. Me había dejado por mi amigo. Aquello me hundió más y más. No podía soportarlo. Estaba apunto de hacer una locura. Me senté en la cama. Todo tipo de locuras se me pasaron por la cabeza. Decidí bajar a contarle y desahogarme con mi nueva amiga. Aquella que se había convertido en apenas dos semanas en mi paño de lágrimas. Llamé a su puerta y me abrió en ropa de andar por casa algo sugerente. Un vestido de tela algo corto y escotado. Se notaba que iba sin sujetador. -Su...Susana....dije con voz temblorosa.- ¿estas ocupada? -Claro que no peque, pasa.- dijo haciéndome entrar. Me hizo sentar en el sofá y me trajo un poleo. Tras escucharme y darme ánimos me dijo que iban a venir dos amigas a pasar la noche juntas. Que verían la televisión, jugarían a cosas, pedirían pizza, que me quedará con ellas y así no estaría solo en casa dando vueltas a todo. Yo no quería molestar, y además le puse como excusa que iba en pantalón de deporte y camiseta de andar por casa y no era plan conocer gente así, además que no tenía ánimos. Pero ella se empeñó y al poco llegaron. No podía creerlo. Eran dos preciosidades. Como ya había dicho Susana era una altísima morena de pelo largo negro y con un cuerpo de escándalo, pero lo que entró por la puerta no se quedaba lejos. Dos bellezas, una rubia y otra morena pero de pelo corto como las cabareteras de Broadway. -Mira estas son mis amigas Lorena y Lola. Dijo mientras las chicas entraban bastante animadas al salón y me saludaban muy efusivamente con dos besos. Yo estaba que no podía creerlo. Eran unas autenticas preciosidades. Tenían unos cuerpos de escándalo y yo estaba allí con ellas. Mientras que Susana les contaba porque estaba allí y si no les importaba que me quedará para ver si me animaba yo me dedique a mirar los cuerpos de las dos chicas. Lola debía tener en torno a 40 años y llevaba un vestido corto muy ceñido y unos tacones a juego con el verde del vestido. Lorena sin embargo llevaba un vaquero que le subían mucho mas el culo delgado y perfecto que tenia y una camiseta de manga corta que dejaba ver su talla 90 o 95 probablemente. Mirando a Lorena pensé que no debía llegar a tener 30 años. Susana y su larga cabellera negra que casi llegaba al empiece del culo seguía con el vestido de tela ceñida pero de andar por casa, tipo camisón. -Bueno chicas vamos a tomar algo y brindamos. -dijo Susana marchándose a la cocina a por vasos. Yo mientras estaba algo fuera de lugar. No sabia que decir ni que hacer, pero las dos amigas se preocuparon de hacerme sentir integrado con ellas y me hablan, me preguntaban, me echaban piropos y poco a poco fui cogiendo confianza. Después de un par de copas y contar todas mis penas a las chicas tranquilamente sentados en el sofá mientras bebíamos, Susana dijo que porque no se ponían cómodas. Las dos chicas se levantaron y pude ver como meneaban aquellos culos mientras Susana me daba un coscorrón entre risas. Al marcharse las dos chicas al cuarto a cambiarse, Susana me preguntó que que tal estaba. Yo le di las gracias por haberme convencido a quedarme pero que pensaba que debía dejarlas a solas para que charlaran de sus cosas. Ella me dijo que no, que me quedara toda la noche con ellas, que me lo pasaría bien mientras me daba otra copa, esta vez algo distinta, con un color verdoso que nunca llegue a saber que era. Yo estaba muy animado y algo borracho y faltó poco para convencerme a quedarme. Por mi cabeza ya pasaban las fantasías más lujuriosas que se pueden pensar con las tres chicas, pero lo que pasó aquella noche nunca me lo hubiera imaginado. Yo me la estaba tomando cuando aparecieron Lola y Lorena. Me quedé sin palabras al ver a Lorena. Llevaba un pantaloncito tipo culote rosa muy cortito y una camiseta de tirantes de colores cálidos que dejaba ver su gran escote. Yo resople al verla aparecer y ella mirándome me dijo pues espera a ver a Lola. Entonces apareció Lola. Me quedé sin habla. Llevaba un blusón semitransparente que dejaba ver un sujetador negro y unas braguitas también negras como de encaje y unas medias con liguero. No me lo creía. Susana se acercó a mi oreja y me susurro -ves como te lo vas a pasar muy bien.- y acto seguido cogió mi mano y me hizo beber toda la copa que me había dado. -No me habré pasado no Juan. -dijo Lola acariciando mi cabeza y acercándose a darme un beso en la frente. Mis ojos, obviamente, se fueron directos a la visión del canalillo que formaban sus pechos sujetos por aquel precioso sujetador y el hueco sutil de aquel blusón. -No...No...es...estás preciosa.-dije yo tímido pero muy contento y cada vez más desinhibido gire mi cabeza resoplando. Ella rió y prepararon otra ronda de copas. Seguimos bebiendo mientras ellas no paraban de reír y provocarme. Susana puso música y empezamos a bailar. Yo estaba totalmente animado y quería follar. Me daba igual con cual, pero estaba caliente y muy borracho. Al rato Lola y Lorena se fueron al baño y me quedé sentado con Susana en el sofá. Vi mi momento y me lance a besarla. Mi lengua entró en su boca y mis manos sobaron sus pechos mientras ella me empezó a sobar encima del pantalón. Al poco me susurró al oído "esta noche no la olvidaras nunca" y seguidamente bajo a mi polla y tras sacarla empezó a chuparla como ninguna novia me la había chupado nunca. Me puse cómodo quitándome el pantalón y mientras chupaba mi polla pude ver que llegaron también Lola y Lorena. Al vernos se rieron y dijeron que ellas también querían participar. Cada una se sentó a un lado y me besaron mientras Susana arrodillada en el suelo chupaba mi polla sin parar. Lorena me beso mientras Lola me susurraba al oído cosas muy guarras. Después me dijo " sabes...tienes unas nuevas amigas muy especiales" y diciendo esto agarró mi cabeza, la giró y vi como se apartaba la braguita negra y sacaba una polla bastante grande. Note como su mano acercaba mi cabeza hacia ella y solo pude abrir mi boca y aquella polla entró rozando mi lengua. Me dio un escalofrío pero enseguida baje mis labios y empecé a chupar. De reojo podía ver como Susana dejaba de chupármela y sonreía mirándome a mi primero y a Lola después. No tarde mucho en correrme en la boca de Susana, ya que entre la maestría de su boca y el morbo de tener la polla de una bella transexual en la mía era demasiado. Después Lola me colocó a 4 patas en el sofá. Susana y Lorena me daban un espectáculo compartiendo mi corrida mientras Lola lamia mi ano preparándolo para lo que vendría después. Susana se colocó detrás de mí, mientras que Lorena se puso delante y metió su polla en mi boca y chupe la segunda polla de mi vida. Mientras veía la sombra se Lola moverse sin distinguir que hacía, aunque no me importaba mucho y menos al notar como Susana agarraba mis caderas y empujaba su polla despacio dentro de mi ano. Noté como me abría y gemí. -¿Te gusta? ¿Te gusta ser la nena? ¿Eh?- me decía Susana mientras notaba como empujaba su polla dentro de mí una y otra vez. Yo gemía mientras chupaba la polla de Lorena y de pronto note algo muy caliente en mi ano. Note como Susana se estremecía y su polla palpitaba en mi interior. Yo notaba como me agarraba fuerte pero a la vez Lorena me soltó la cabeza y apretándose la polla empezó a correrse en mi boca. Era un sabor nuevo para mí, pero por la situación y las copas que llevaba era algo increíble. Empecé a chupar más y más y tragar todo lo que aquella polla soltaba. No podía creerlo. Me gustaba. Después que Susana saliera de mi ano se colocó Lola y la metió sin esperar. Yo notaba como la polla de Lola comprimía el semen de Susana muy dentro de mí. Era una sensación increíble. Entonces vi como Susana se fue colocando debajo de mí y Lorena agarró mi polla dura de nuevo y tras darle un par de chupadas la dirigió al ano de Susana. La situación era impensable para mí. Lola me follaba a mi y mientras yo follaba a Susana, y Lorena mientras reía y hablaba cosas que con el movimiento y la borrachera no podía ni entender. Yo tarde poco en correrme y para entonces, Lola ya se había corrido en mi ano también. Susana me acompañó a lavarme al baño y al sentarme en la taza noté como un buen chorro de semen caía al agua haciendo el ruido correspondiente. Yo mire a Susana riéndome borracho mientras ella me decía acariciándome la cara..." ves como será una noche que nunca olvidarás". Después de lavarme fuimos al dormitorio y vimos como Lola y Lorena estaban desnudas y con las pollas tiesas besándose. Susana me dio un cachete en el culo haciéndome pasar mientras me decía: -Anda pasa, que será una noche muy larga. Espero sus comentarios tanto buenos como críticos para así poder rectificar en futuras publicaciones. Estas historias son fruto de experiencias vividas, tanto física como mentalmente, ya que no hay nada más poderoso que la mente y la imaginación, pero aun así, los nombres que aparecen están cambiados para salvaguardar la intimidad de las personas que fueran reales en las historias.

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