jueves, 30 de junio de 2016

ME ENAMORE COMO UNA LOCA FINAL

ME ENAMORE COMO UNA LOCA – 7 Durante aquella semana, no tuve un solo día de descanso, las sesiones comenzaban por la tarde y duraban hasta altas horas de la madrugada, tenía como 7 u 8 clientes y algún día llegue a tener 12, en realidad al acabar la jornada estaba agotada tenía un cansancio en mis piernas que apenas podía mantenerme en pie, pero eso si sexualmente estaba satisfecha. Al final de la semana el jefe me llamo y me dijo que estaba satisfecho con mi servicio pero tenía que pasar una revisión médica por si me habían contagiado algo, me mando pasar a un cuarto y en él había un Dr. que me mando subirme a una camilla ginecológica, tras una rápida exploración, tanto vaginal como anal se desnudo y me echo un polvo descomunal, tenía una polla que mediría unos 22 cm cuando me la metió por la vagina, me la lleno completamente, descargo en ella el semen de por lo menos tres meses, después me dio la vuelta y otro tanto por el culo. Al terminar me dijo- - Dentro de dos meses volveré para hacerte una nueva revisión, tu jefe me paga con los polvos que te eche, o sea que ya sabes en dos meses nueva sesión. En aquel centro ya no recuerdo el tiempo que permanecí, tal vez fue un año, por mi cama pasaron infinidad de hombres que me alagaban con sus caricias, yo no les entendía nada, seguí sin saber donde estaba, pero eso si todas las noches me quedaba dormida plenamente satisfecha sexualmente. Al cabo de un tiempo, el jefe me indico que me había vendido y que me llevarían a una nueva casa, que me preparase, me acosté esa noche pensando cual sería my nuevo destino. Cuando me desperté, el nuevo burdel no era tan lujoso, todas mis compañeras eran negras, eso me dio que pensar de que estaría en África, una mujer bien entrada en carnes entro en la habitación y me dijo. - Zhuli Ye, yo soy tu nueva ama, aquí no admitimos quejas, la primera que se queje se encontrara con mi socio, (enseñándome una fusta), no tienes descanso, ya que no tienes reglas y no te quedaras embarazada, mañana comienzas a trabajar. Al día siguiente, en el salón reservado para recibir a los clientes, me encontré con carias chicas, todas ellas negras, con grandes pechos y culos enormes, en eso apareció un hombre y cogiéndome de la muñeca me arrastro hasta un cuarto, me arranco toda mi ropa y se hecho sobre mí, no hicimos el amor, me violo por todas partes, debía de medir casi dos metros, musculoso, olía a demonios, su pene empalmado le llegaba al ombligo realmente me asuste, lo primero que hizo fue ponerme a cuatro patas y penetrarme por detrás sin previa preparación, el grito que di se debió oír en toda la casa, al mismo tiempo que empujaba su pene dentro de mi culo, sus enormes manos apretaban mis pechos de tal manera que me daba la sensación de que rompería las prótesis, afortunadamente no duro mucho, y se descargo rápidamente, pero me mando que se la limpiase con la boca, al metérmela en la boca, el sabor de mis heces casi me hacen vomitar, no pude, me tenía la cabeza agarrada de tal manera que no era capaz de separarme de él, cuando comprobó que estaba nuevamente empalmado, me tiro sobre la cama y abriéndome las piernas de un solo movimiento me penetro vaginalmente, creí que me rompía, de mi vagina salía su semen mezclado con unos hilos de sangre. Con el tiempo, pude enterarme de que estaba en África en uno de esos países que están en guerra constante derrocando a dictaduras, todos los hombres que venían eran del ejercito, el lugar era el prostíbulo oficial de las fuerzas armadas, yo que siempre habría querido que me metiesen por el culo una buena polla de mandingo, ahora tenía las que quisiera, pero eran unas bestias, era la más solicitada, ya que mi aspecto de china era muy exótico para ellos, en aquel lugar las sesiones comenzaban por las mañanas, el calor reinante los ponía muy calientes y en su idioma daban a entender que querían tener el ultimo recuerdo de su vida el polvo que le habían echado a la chinita, yo, por eso no descansaba tenia jornada continua, mañana, tarde y noche. Permanecí en aquel lugar dos años, luego me llevaron a otro país, era un país árabe, y en él estaba en un harén, ya que la prostitución estaba prohibida, lo que hacían era que me casaban cada semana con uno distinto y entonces podía follarme como su esposa, cada semana cambiaba de casa, el esposo de turno por lo regular tenía tres esposas, pero no podía disfrutar de ellas cuando tuviesen la regla, yo era la sustituta, además de la sirvienta de turno, en la casa estaba siempre desnuda, las esposas me golpeaban e insultaban en cualquier momento el esposo de turno me violaba por todas partes, y cuando salía a la calle, tenía que cubrir mi cuerpo con un burka. Permanecí en aquel país 5 años. Un día mi último esposo me dijo que era libre y que quería hacer. Le pedí regresar a mi país, y que en el trataría de salir adelante en lo que fuese. A la semana siguiente me metieron en un avión y regrese a mi país, me desplace a la ciudad donde había vivido, busque una pensión para alojarme, era más que una pensión una habitación con derecho a cocina. Un día, caminando por la ciudad, entre en una farmacia, necesitaba comprar unas cremas para los pechos, al dirigirme a la dependienta, me di cuenta de que era mi ex y estaba embarazada, le pregunte para cuando lo esperaba, me dijo que para dentro de dos meses, en eso entro en la farmacia un señor con dos niños pequeños y otros dos mayores, de inmediato reconocí a los mayores eran mis hijos, todos la saludaron cariñosamente con en nombre de mamá, le dije. - Son todos suyos? - Si bueno los dos mayores son de mi primer matrimonio y los otros dos y el que viene son de mi actual marido. Se había vuelto a casar, y por su aspecto era feliz. No volví por aquella farmacia. Como no tenía trabajo, me dedique a hacer la calle, hoy día tengo un chulo, que me saca los cuartos, ya no vivo en la pensión, tengo un pequeño piso donde recibo a los clientes y mi chulo me quita los pocos dineros que consigo pero escojo a mis clientes, y todo ello por haberme enamorado como una loca de un hombre que después se convirtió en transexual, maldito Alberto

miércoles, 29 de junio de 2016

ME ENAMORE COMO UN ALOCA 6

E ENAMORE COMO UNA LOCA – 6 A los ocho días el director, me comunico que estaba preparando la sesión definitiva para la subasta, y que la tenia señalada para la semana siguiente, que me fuese preparando. El día señalado, yo estaba muy nerviosa, me puse mis mejores galas y a la hora señalada acudí al salón indicado, en el había 10 personas que habían acudido a la subasta, todas estaban interesadas en mi. Tras unos paseos ante ellos, el director me mando desnudarme completamente, al principio me dio un poco de reparo pero tras dudarlo comencé a desnudarme, quedando completamente desnuda, entonces cada uno de los asistentes subió al estrado donde me encontraba, me tocaban los pechos, comprobando la dureza de los mismos, me hacían abrir la boca para ver mi dentadura, como si fuese una yegua, me tocaban el culo, algunos me hacían inclinarme para comprobar la dilatación de mi esfínter anal, otros me cogían el pene y lo sopesaban, eso me excitaba llegando casi a empalmarme. Allí permanecía yo completamente desnuda, entonces el director, indico que sobre mi físico se podían hacer algunas modificaciones a gusto del comprador, ¿Qué mas modificaciones podían hacer en mi cuerpo? ¿Cómo no fuese castrarme? La subasta comenzó, el precio fue aumentando, había una mujer con muy mala cara que al parecer no le gusto la mercancía, di un respiro cuando comprobé que se retiraba de la puja, también había un señor con pinta de árabe y otro oriental, además de varios caucasianos y algún negro. Yo me estaba viendo en un país africano, mamándosela a algún negro mandingo, que dicen que la tienen grande y gorda, o en un burdel de Hong Kong, o en un país árabe metida en un harén de un jeque árabe rodeada de eunucos y con el resto de sus mujeres a las que tendría como fabrica de hijos, si así fuese ya sabía lo que me tocaba, estar todos los días enseñando el culo. Por lo visto las pujas fueron secretas en sobre cerrado, en caso de empate solamente los empatados volverían a pujar también en sobre abierto. A mí me mandaron retirarme a otra sala. Allí permanecí esperando el resultado. Al terminar, los asistentes se marcharon y yo permanecí en el centro, no sabía el resultado. Al día siguiente el director me llamo y me dijo: - Zhuli Ye, tu nuevo amo te recogerá en un plazo de dos meses, cuando estés completamente preparada, se te harán una serie de modificaciones tales como la ablación del pene y testículos, no tendrás clítoris, y la vagina que se hará con tu pene tendrá el tamaño de una muchacha de 19 años, virgen, te quieres con vagina estrecha. Para la semana se te operara y cuando estés restablecida nos pondremos en contacto con tu amo para que te recoja. - Lo que Ud. mande mi amo, estoy a su entera disposición. En realidad no me gustaba nada de que me cortaran mi pene y mis testículos, pero ese era mi destino, y tenía que acatarlo o me expondría a ser ultrajada a la fuerza y vete a saber donde me mandarían. Pensándolo bien saldría ganando, ya que si Alberto solo me la metía por el culo y le hacia alguna mamada, con mi próxima transformación me la meterían por el culo, boca y mi nueva vagina, podría tener tres amantes al mismo tiempo, salía ganando. A la semana siguiente se procedió a efectuar la ultima transformación, lo que se dice una reafirmación de sexo, fuera pito y huevos, tendría un hermoso coño con capacidad para albergar buenas pollas. Las molestias tras la operación eran muy dolorosas, me habían puesto una sonda para poder orinar, ya que al extirpar mi pene, solamente me dejaron el orificio de la uretra, con el escroto hicieron mis labios mayores y menores, durante esos meses tenia puesto constantemente un dilatador vaginal de tamaño medio para que las paredes de la nueva vagina no se unieran dándole una forma de una joven de 19-20 años virgen, cuando me lo retirasen me harían un himen para que la primera vez tuviese la sensación de desfloramiento. Llego el día en que me venían a recoger, con una pequeña maleta en la que estaban mis vestidos y mi ropa interior, me metieron en un coche durante el trayecto, me quede dormida, no sé si por algo que tome o por los nervios, lo único que sé es que cuando me desperté, estaba metida en un avión, sin saber el rumbo, el vuelo duro alrededor de 4 horas, pero antes de que aterrizáramos me volví a quedar dormida. Cuando me desperté, estaba en una casa señorial, una habitación grande muy bien decorada, en eso apareció un señor y me dijo. - Esta será tu habitación donde trabajaras y recibirás a los clientes tienes que complacerlos y obedecerles, tu pasado ya no existe, engañaste a tu mujer con un hombre te prostituiste con un hombre poniendo tu culo a su disposición, a partir de ahora, no solo pondrás tu culo, sino también tu coño que está a punto de ser estrenado. Recibirás en algunas ocasiones a grupos como máximo cinco que te la meterán por todas partes y a los que se las mamaras, como no tendrás la regla trabajaras todos los días, no tendrás descanso. Quise preguntar dónde estaba en que ciudad o país, la única respuesta fue una bofetada que me tiro sobre la cama, diciéndome. - Estas en el infierno, y tengo que resarcirme del dinero que pague por ti, entre tu educación traslado y operaciones, cuando me resarza de ese dinero y si te has portado bien, tal vez te de la libertad. Comienzas a trabajar mañana. Cuando me quede sola, comprendí a lo que me había llevado mi capricho por Alberto, el por lo que me dijeron un transexual ofreciéndose en un burdel al mejor postor y yo en otro burdel como un transexual operado para recibir pollas en mi culo mi boca y mi coño hasta pagar vete tú a saber la cantidad que pago por mí, mi nuevo amo. Había destrozado dos matrimonios, a mis hijos no los volvería a ver, arruinado y convertido en una puta. Al día siguiente, comenzaba mi trabajo, me llamaron a un salón donde también había varias chicas de distinta raza y edades, no nos permitían hablar unas con otras, en eso me llamaron diciendo que acompañase a un señor a mi cuarto. Cuando lo vi no se la cara que puse, tendría unos 40 años, moreno ojos negros y con una incipiente tripa cervecera, lo me ti en mi cuarto y me puse a hablar con él, no me entendía y yo a él tampoco, su idioma me era desconocido, no era, ingles, ni francés ni alemán, pero para echar un buen polvo no hace falta idiomas. Comencé a desnudarlo, y para animarlo, cuando ya estaba completamente desnudo le hice una mamada, su polla se fue levantando lentamente pero sin pausa hasta alcanzar un tamaño y grosor que no me cabria en mi boca, realmente me asuste, nunca había visto una de ese tamaño, ni la que había sido la mía ni la de Alberto, cuando ya estaba bien caliente, me desnude yo, por su cara me dio a entender que mi cuerpo era espectacular, se acerco a mí, comenzó a manosear mis pechos los pezones desaparecían dentro de su boca, como buscando la leche que nunca tendría, su manos acariciaban mis nalgas y se alternaban acariciando mi coño, de un empujón, me tumbo en la cama, y se hecho sobre mí, sus labios se unieron a los míos y su lengua entraba en mi boca buscando la mía, en eso se puso de rodillas ante mí, me separo las piernas y apunto su pene a la puerta de mi vagina, sin demora comenzó a penetrarme hasta llegar al himen, al comprobar mi falsa virginidad se retiro un poco y cuando menos lo espere, de un solo golpe me metió todo su pene en mi vagina, di un grito de tremendo dolor, comprobé in situ, el dolor que le producíamos a las mujeres al desflorarlas, pero ese dolor desapareció tras los movimientos de mete y saca que lentamente hacia, me agarro por las caderas, subiendo mis piernas hasta ponerlas sobre sus hombros, y siguió introduciendo su falo hasta el fondo de mi estrenada vagina, note como llegaba hasta el fondo, donde se supondría que estaría el cuello del útero, y comenzó a moverse con más intensidad y dureza, cada vez hasta que de repente note como algo golpeaba las paredes de mi vagina, se estaba corriendo, su esperma era tan abundante que salía por los extremos de mi vagina, llegando a mi esfínter anal, en si yo no había tenido placer alguno pero si una agradable sensación de ser poseída, al terminar de eyacular, me dio la vuelta y poniéndome a cuatro patas, me la metió por el culo, de un solo golpe, el dolor que me produjo no fue el mismo que una penetración vaginal, el enculamiento ya lo conocía y lo deseaba, comencé a gritar en chino que me rompiese el culo, fue en ese momento que si me corrí, pero no tenia testículos que expulsaran los espermatozoides en el liquido seminal, pero note una lubricación intensa alrededor de mi vagina. Cuando termino de encularme se vistió y al salir me dio un tremendo azote i me dijo algo que no entendí. No me importaba, me había echado un buen polvo por delante y por detrás, estaba satisfecha.

martes, 28 de junio de 2016

MI PRIMERA VEZ

Mirándose en el espejo humedeciéndose los labios, demasiadas sensaciones, esta noche por fin haría lo que tiempo atrás había deseado con tanta excitación. En un día soleado; con algo de calor y alguna que otra nube dispersa en el cielo, un chico de 24 años paseaba en un concurrido centro comercial, salvo esa hora que él había elegido ya que la menor cantidad de gente facilitaba las cosas; sentía un cosquilleo en el vientre mientras hacia las compras, una vez concluidas se disponía a regresar a su domicilio. Mientras viajaba en el transporte público no caía en la cuenta del progreso de su habitual ruta, miraba por la ventana haciendo caso omiso del exterior, su mente era todo un mundo de posibilidades, acerca de lo que sería de esa noche. Inconscientemente cayó en la cuenta de que había llegado a su destino, pidiendo la parada del automóvil; se bajó de la combi, el transporte público más usado en esa ciudad, acto seguido caminando hacia su departamento a menos de un kilómetro de distancia, cada paso su nerviosismo aumentaba. Aquel edificio residencial ya un poco viejo pero de una zona tranquila, en el momento de rentar su departamento había elegido uno con entrada aislada por razones personales, esa parte del edificio de solo 4 niveles tuvo modificaciones posteriores por lo cual él nunca se topaba con sus vecinos. Entró por la puerta menos usada que se encontraba del lado contrario del edificio, cruzando un pequeño patio y subiendo al segundo nivel donde solo había una sola puerta, la de su vivienda. El departamento constaba de una cocina pequeña, baño, una estancia y un cuarto; dejo su mochila en la cama y se desnudó completamente para darse un baño, aunque llevaba un pantalón, tenis y playera holgada, la caminata lo había hecho sudar levemente y se sentía un poco cansado. Colgando la toalla para meterse en la regadera empezó a recordar aquella conversación con quien había quedado de verse esa noche. - Hola ¿Cómo estás? - Muy bien ¿Y tú? - También bien gracias, te ves muy bien en tu foto. - Gracias - ¿Que te trae por estos sitios? - Solo pasar un buen rato. - Oh muy bien estamos en las mismas. ¿Puedo saber cómo te llamas y que edad tienes? - Carla de 24 ¿y tú? - Me llamo Edgar tengo 28, espero no sea un problema. - No te preocupes. - Sabes me encanta como te ves en la foto. ¿Tienes más? - Si, pondré otra diferente. - Te ves preciosa, tienes muy bonito cuerpo me encanta, si no es indiscreción ¿Tienes pareja o algún enamorado? En ese momento Carla sintió un hormigueo, realmente le habían gustado esos comentarios, a diferencia de otros usuarios con los que había conversado aquel hombre era amable y educado, tal como a ella le gustaba que fueran. - Gracias, no que yo sepa, nunca he tenido un encuentro. - Me sorprende de alguien tan guapa, y dime: ¿Cómo te gusta que sea un hombre para ti? - Pues que sea sencillo y educado, alguien con quien pueda pasar ratos agradables. - ¿Físicamente? - Pues que no sean velludos, aseados y delgados, que sean bien parecidos, no tanto que sean atléticos o por el estilo. ¿Y a ti? - Físicamente hablando me agradas mucho pero también eres muy dulce, de verdad pareces muy buena persona. Durante toda la conversación Carla se sentía con más confianza ya que también eran de la misma ciudad, además de que Edgar siempre fue muy ameno en las conversaciones. Pasaron del chat al correo donde pasaban ratos conociéndose. -Hola, ¿Cómo he ha ido? - Hola Edgar, bien todo tranquilo. ¿Cómo te va en el trabajo? - Tranquilo también, te quería preguntar ¿Has considerado vernos este fin de semana? - Si, la verdad si me gustaría. - Perfecto, ¿Paso por ti a las 7:00? - Si está bien, te espero, me mandas un mensaje cuando estés afuera. Después de un buen baño, además de haber usado un enema, se sentía descansado, días atrás se había depilado completamente el cuerpo, después de haberse pintado las uñas de las manos, empezó por delinearse los ojos, unas pestañas postizas y sombra. No era él; es Ella, tenía el pelo corto por lo cual se puso una peluca de color castaño oscuro y de cabello ligeramente ondulado, por ultimo usó un labial rojo discreto. Se dirigió a su cuarto, tomando un conjunto de la cama, un brassier con su respectiva tanga; lucía un cuerpo delgado de tez blanca, su espalda no era muy ancha ya que practicaba ciclismo para mantenerse en forma, su abdomen no era marcado pero si firme, y dado al ejercicio aunque no una cadera ancha pero si un trasero generoso y piernas trabajadas pero no marcadas, con cierto aspecto femenino. Era un hecho que con el conjunto de lencería su cuerpo era muy femenino y su rostro también debido a un maquillaje adecuado, además de usar un perfume agradable. Después de ponerse el conjunto de lencería con encaje de color negro, se vio en el espejo, con una leve sensación en la entrepierna, respiró profundo para tranquilizarse, acto seguido colocarse un mini vestido negro y floreado con mangas hasta los codos y un escote no muy pronunciado pero con volumen en la parte de la falda, haciendo juego con unas medias negras con línea trasera al muslo aunque no se notaba con el vestido, por ultimo unos zapatos de tacón negro y altos. Se miraba al espejo de nuevo respirando profundamente evitando tener una erección, un poco de calor le recorría el cuerpo, optó por sentarse en la cama para tranquilizarse, tomó el teléfono para cerciorase de que aún no llegaba Edgar, cada instante aumentaba su ansiedad; tomó una mochila tipo mensajero para guardar su ropa normal, artículos de limpieza facial y demás accesorios para cualquier inconveniente, al dejar lista la mochila el teléfono emitía un tono, le había llegado un mensaje. - He llegado, estoy afuera en la puerta. - Ok, enseguida voy. Una última mirada en el espejo para saber que todo iba en su lugar, cerrando bien la puerta del departamento, caminaba por el pasillo y escaleras haciendo eco con el sonido de los tacones y la respiración acelerada; no le importo si habría gente en la calle, ya había estado ahí antes solo para dar una corta caminata estando vestida. Abrió la puerta de la calle encontrándose con Edgar afuera. Edgar era un tipo alto de 1.80 metros, delgado y tez morena clara, vestía pantalones rectos azules combinado con una camisa gris de cuadros y zapatos casuales cafés, pelo corto y barba muy bien rasurada, sus ojos eran café oscuros pero alegres, sin duda Carla pensó que era un hombre muy guapo, le agrado el aroma de su loción al saludarlo con el habitual beso de mejilla. - Carla, eres una dama muy bonita, permíteme que te ayude a subir al coche. Carla dio las gracias por el comentario, aunque si era un poco desconfiada, Edgar se comportaba de manera amable y jovial, para sus adentros ella sentía que ese hombre no tenía nada de malo y se tranquilizó, correspondiendo con sinceras sonrisas. Edgar hizo ademán de abrirle la puerta del coche, un pointer azul; él le tomo de la mano para besarla y posteriormente ayudarla a subir; Carla al momento de subir el vestido se subió un poco, ella no se dio cuenta, Edgar al estar enfrente de la puerta vio como la piernas de su dama estaban adornadas con encaje negro donde terminaba las medias, el de inmediato sintió una aceleración cardiaca, además de un ligero aumento en el bulto de su entrepierna, para sus adentros esa chica despertaba todo tipo de fantasías sexuales en él, trato de tranquilizarse, aun no era momento de tener una buena erección y se subió también al automóvil. Edgar miró a los ojos de Carla. - ¿Cómo estás? - Bien, disculpa mi nerviosismo. - Descuida, somos dos; Dime. ¿Te gusta un buen vino tinto? Podemos pasar por uno al centro pero antes si quieres ir a un buen bar antes de pasar a algo más. Carla pensó que elegía sus palabras con cuidado aunque no fuera elocuente, eso le agradaba, un hombre genuino. – Estaría muy bien, no nos caería mal una cerveza. Sin duda el bar había gente pero no demasiada, debido a la poca iluminación propia de bar, Carla no se sintió incomoda, eligieron una mesa un poco apartada para continuar la amena conversación que ya tenían en el transcurso del coche. Edgar una vez más le hacía cumplidos a Carla. – Sabes, lo malo de este bar es que no contemplaré del todo tus ojos. Carla respondió con una ligera sonrisa. – Gracias; dime ¿Que te gusta hacer en tu tiempo libre? Es obvio que en ese cuerpo se nota el ejercicio. - Me gusta mucho correr, antes practicaba artes marciales pero debido a una lesión en la muñeca derecha lo dejé, por el momento hago dominadas y lagartijas para estar en forma, talvez después te muestre como lo hago. Carla se había ruborizado pero mostrando una risa picarona. – Si me gustaría. La pareja abandonaron el bar, un poco más alegres pero sin los efectos del alcohol caminaron un poco. Edgar le propuso continuar la cita con un poco más de intimidad, la excitación en los dos era creciente, entraron en una vinería. Edgar tenía uno en mente. - ¿Cómo se te hace esta botella? - Si la he probado, me gusta mucho. - Bueno este será Edgar conducía hacia las afueras de la ciudad. – Hay un motel en la calle la avenida… Lo he visto por internet, parece un lugar agradable. Carla posó una mano en la pierna de Edgar. – Vamos. Entraron al motel donde era cada habitación tenía su propia cochera; una vez estacionado el pointer, Edgar se apresuró a abrir la puerta y darle la mano a Carla. – No te preocupes no soy tan exigente como te habrás dado cuenta, sé que eres un caballero. Edgar con una sonrisa la invito a pasar a la habitación – Me encanta hacerlo, sobre todo con una dama como tú, somos dos contracorriente. La habitación tenía una cama matrimonial con lámparas a los lados y un sillón tantra enfrente, aun lado un baño convencional y por ultimo un espacio adelante del dormitorio con un amplio espejo, tocador y un par de sillones individuales con una mesa pequeña. Carla fue directo al espejo para retocarse, mientras Edgar se disponía a destapar la botella de vino tinto con su respectivo sacacorchos para acto seguido servirlas en un par de copas. Ella camino hacia él tomando su copa y bebiendo mientras se cruzaban las miradas de ambos; los dos se sentaron cada uno en el sillón, Carla cruzó las piernas dándole una vista seductora a Edgar, quien sin disimulo veía con evidente lujuria las piernas de Carla, inclusive experimentaba una creciente erección; Edgar le ofreció volver a llenar la copa de ella por lo cual se puso de pie para servirle, Carla se dio cuenta de la erección de Edgar, habiéndose sentado de nuevo ella alzo más la pierna dejando poco a la imaginación, él le volvió a mirarle de pies a cabeza. – Eres muy hermosa, de verdad me siento afortunado de compartir esta noche contigo, espero tú también te la estés pasando muy bien. Carla levemente mareada por el vino terminó su segunda copa mientras Edgar terminaba la tercera. – Sabes que es la primera vez que hago esto, pero también me la estoy pasando muy bien. - ¿Es la primera vez que estas con un hombre? Carla paso la lengua por sus labios humedeciéndolas. - Si, la verdad sí, supongo que también es tu primera vez. - También, tienes unos hermosos labios, estas preciosa; me gustaría que posaras para mí. Carla se levantó y dio una vuelta sobre sus propios tacones. Edgar se sentía excitado y la invito a sentarse en la cama, una vez estando los dos en la cama, Edgar miraba fijamente a Carla y acarició sus labios, ella suspiro y paso la lengua por la punta de uno de los dedos y besándolo. Acercaron sus rostros y sus labios se unieron en un lento y tímido beso, él puso una de sus manos en la cintura de ella mientras la otra acariciaba la pierna; Carla acaricio el cierre del pantalón de él. Después de separar sus labios, Ella se levantó para beber un poco más de vino en la copa que había dejado en la mesa al mismo tiempo que con una mano se levantó el vestido dejando a la vista completamente sus piernas y el trasero. Edgar se levantó y camino hacia ella besándola de nuevo y acariciándole las nalgas por encima del vestido; Carla empezó a desabotonar la camisa de Edgar; hasta que por fin el quedó desnudo de la parte superior, tenía unos pechos firmes y una espalda ancha con unos brazos no muy musculosos pero si marcados; Carla tocaba el abdomen de Edgar y se inclinó un poco para besarlo subiendo por los pechos hasta juntar su boca con la de él, mientras una de sus manos había bajado el cierre para acariciar su pene encima del calzón, Edgar opto por levantarle el vestido y tocarle el trasero. – Me voy a comer esa colita que tienes. Ella solo giro y se inclinó apoyándose en uno de los sillones, él se puso de rodillas, la vista de las piernas y la tanga lo excitó más y empezó a besarle las nalgas, lamiéndolas y con pequeños mordiscos hasta separarlas y tocándola por en medio, hizo a un lado la tanga y besó su ano mientras con las dos manos recorría los muslos hasta llegar al tobillo; Carla suspiraba de placer, el ensalivó el ano mientras le metía un poco la lengua, metió un dedo al tiempo que lamia de nuevo los glúteos; se puso de pie para besarle el cuello mientras mantenía uno de sus dedos dentro, este le susurró al oído. – ¿Te gusta mi nena hermosa? - Si, me encanta. Carla se volteó para besarlo, retiró los dedos que la estaban estimulando, se puso de rodillas y le quito el pantalón para morderle el pene encima del bóxer tipo trusa, acto seguido también le bajo el calzón y empezó a pajearlo. - ¿Quieres que te la chupe? - Si preciosa, cómetela entera, es para ti. Carla le dejó la cabeza del pene al descubierto acercando sus labios, primero le dio un beso y empezó a lamerle la parte inferior introduciéndolo poco a poco en su boca. Edgar la tomó de la cabeza con las dos manos y empezó a follarla mientras veía en el espejo del tocador, la visión del cabello de Carla en la entrepierna de él le causo mucho morbo. Carla devoraba ese pene de 19 cm pajeandolo y lamiéndolo en su totalidad, Edgar pensaba que más dura no la podía tener, le metía su falo hasta la garganta de ella. – Que rico la chupas, ¿Quieres que te la meta? Carla asintió, él la tomó de la mano y la llevo a la cama donde ella se quitó el vestido y se acostó boca abajo, Edgar de nuevo empezó a estimular el ano con la lengua e introduciendo los dedos luego de haberle bajado la tanga; después de haberle dilatado el ano con dos dedos, buscó un preservativo. – Voy a entrar. Carla se quitó la tanga y mientras el abría el empaque del condón ella chupó de nuevo el pene de Edgar, acto seguido, Carla se puso en posición de 4 patas alzando la cola mientras él aplicaba lubricante en el ano y en su pene ya con el condón puesto; empezó a penetrarla poco a poco mientras Carla emitía gemidos, una vez que el miembro había entrado completo empezó a embestirla suavemente. – ¿Te gusta así? - Si mi amor, cógeme, que rico se siente. - Que rica estas tú. - Métemela así, me encanta, más fuerte. Edgar empezó a embestirla más rápido, Carla empezó a tocarse su pene erecto de 12 cm. Cambiaron de posición, Carla se volteó y puso las piernas en los hombros de Edgar mientras este la penetraba, una vez acomodados, Edgar agarró sus tobillos y la embistió con más fuerza, al momento de que Carla dobló sus rodillas él se acercó para besarla apasionadamente mientras la seguía follando, el rozamiento del vientre con el pene de Carla la estaba estimulando, Edgar se puso tenso y ambos eyacularon bastante semen aun besándose sin separarse y abrazándose más. Eran las dos de la madrugada, Edgar se despidió con un dulce beso en la entrada del edificio, Carla entró a su departamento, se sentía plena, hasta que un rugido en el estómago la hizo darse cuenta de que tenía hambre, bastante; inmediatamente tomó la mochila y se cambió de ropa además de retirarse la peluca; fue al baño para quitarse el maquillaje. Después de una media hora de nuevo era un chico caminando hacia un puesto de hamburguesas, no tardaron en atenderlo debido a la hora, una vez de regreso a sus aposentos disfrutó de sus alimentos mientras leía un mensaje del teléfono, era Edgar. – Gracias por esta noche, me la pase de lo mejor, espero después te animes de nuevo, descansa preciosa. Le respondió el mensaje con un beso.

lunes, 27 de junio de 2016

MI PRIMERA VEZ FUERA

Pasaron largos años. Recorde esa primera vez, donde experimente probarme algo de ropa o zapatos. Pero finalmente me arme de valor. Tenia todo lo necesario. Y mas que accesorios o ropa, tenia el valor. Decidio que su primera vez en la calle seria de dia. Se levanto temprano.Retiro completamente su vello facial y corporal. Se baño como si fuera la ultima vez que fuera a suceder. Entro a su habitacion y le esperaba su outfit: peluca larga negra, aretes tipo argolla de prensa, gargantilla, blusa de manga larga tipo tortuga, boxer y brassier de color negro. Un pantalon de ejecutiva gris con faja de color negro, hacia juego con sus tacones de 5 cm en color negro. Decidio usar base de maquillaje en tono de su piel ( lo cual cubrio perfectamente sus imperfecciones adquiridas en la adolescencia )sombras en los ojos, pestañas postizas y un hermoso tono rosa para mi labial complementaron su rostro de dama. Finalmente llego el momento. Maria Jose por primera vez se miro al espejo. Las protesis de senos, se adaptaron perfectamente al bra. Se sentia y veia como lo que siempre quizo ser... Una mujer. Camino varias veces por la casa. Aprovecho cada momento para tomarme alguna fotografia. Sinceramente no lo creia. Frente al espejo y mas aun en las fotos, era toda una dama bella y sensual. Tomo las llaves de su casa. Espero unos segundos y abrio la puerta hacia el garage. Camino 10 pasos quizá, nuevamente estaba frente a una puerta, esta vez hacia la calle. Experimento por primera vez, como el viento podia suavemente mover su hermoso cabello. No dudo ni un segundo, para salir definitivamente a la acera de su casa... Y despues de tanto tiempo soñando. Maria Jose estaba en la calle. Finalmente salio del closet. Se vistio como lo que nacio realmente. Y nada menos que un lunes a las 9 am, estaba en San Jose Costa Rica. Frente a su casa complementa vestida. Lista para dar sus primeros pasos... Se escucho un carro acercarse. Lo conducia un hombre joven, el cual no disumulo su mirada hacia Maria Jose. Esa mirada que solamente se le da a una mujer sexy, sensual y deseable...

domingo, 26 de junio de 2016

HISTORIA D M

Historia de M Me llamo Marcial Parra Diez, pero en el pueblo me conocen como Marcial “El Tractorista” y Marc los muy íntimos. Mi historia comienza un día en el que estaba rozando hierba en el bancal, en un descuido me di con la azada en una pierna y me provoque una herida seria, por lo que me fui a la consulta del medico, al llegar, el doctor me pasó de inmediato a la sala de curas y ahí estaba ella, había oído hablar de la nueva enfermera, y lo que en su momento me parecieron exageraciones ahora me parecía la pura verdad, culo prominente, curvas pronunciadas, y pechos de escándalo, todo lo que a mi me gusta en una mujer, absolutamente todo. Me indico que me sentara en la camilla y que me remangara la pernera del pantalón, cosa que hice solicito, se inclino sobre la herida de mi pierna y la visión que se presento delante de mis ojos hizo que se levantara de su letargo y en toda su longitud mi miembro viril, un amplio escote dejaba ver un esplendido canalillo y parte de sus grandes pechos, la erección era de escándalo, en un momento dado ella alzo la vista y pudo comprobar donde se dirigía mi mirada, yo turbado no sabia como disimular, y ella sin inmutarse me sonrió y se abotono la bata y termino de hacerme la cura, y me dio cita para la siguiente cura dos días después. La espera se me hizo larga, no me la quitaba de la cabeza, no se cuantas veces me masturbe pensando en ella, las muñecas me dolían, y tenia calambres en los dedos, así que, llegado el día y a la hora indicada estuve en la consulta medica como un clavo y mi mejor sonrisa. Cuando se abrió la puerta de la consulta apareció tan esplendida como hace dos días, me indicó que pasara y repetimos la misma rutina, pero esta vez al acabar me arme de valor y le pregunte por su nombre; me dijo que se llamaba Antonella, pero que prefería que la llamaran Nella, también me contó que era italiana, lo que explicaba su acento, ya que estábamos le pregunte cuando terminaba su turno y si le apetecía tomar algo, Nella respondió afirmativamente, por lo que quedamos aquella misma tarde. Pasé a recogerla por su casa a la hora convenida. - ¡¡¡Mamma Mía!!! – Exclamé para mis adentros. La espera mereció la pena, vaya maciza salio del portal, Nella se había puesto para la ocasión una vaporosa camisa de gasa negra transparente, la cual dejaba adivinar el sujetador a juego, abierta por delante lo suficiente para ofrecerme la mas generosa de las visiones, y una minifalda blanca, que al entrar en el coche se le subió dejando a la vista una porción generosa de sus redondos y prietos muslos, nos saludamos, arranque el vehiculo y nos dirigimos a tomar algo antes de cenar, el trayecto se me hizo mas largo de lo normal, imposible no mirar a aquella mujer y no ponerme a cien, seguro que se me marcaba el paquete, la tenia bien tiesa y el pantalón me apretaba, ella miro de reojo, se tubo que dar cuenta, seguro, pero no dijo nada. La cena transcurrió, de manera normal, agradable tema de conversación, flirteo por aquí y por allá, miraditas penetrantes, y en el momento donde la confianza era mayor soltó la bomba. - ¿Il grumo in la machina era per colpa mía? – Me pregunto con ese acento italiano que tanto me pone. - ¿Qué? – Respondí confuso. - Come si dice… - Quedo pensativa, hasta que encontró la palabra que estaba buscando mentalmente – ¿Il bulto en el coche era per colpa mia? Ahora si que estaba confuso de verdad, avergonzado, sin saber donde mirar, mas colorado que un tomate, anonadado…Balbuceando le confesé la verdad. - Esto...sí…Cuando te he visto salir del portal…yo…que puedo decir… lo siento. - ¿Perche? Io me lo tomo come un complimento. - Como un cumplido - Dije aliviado. - ¡Echo…un cumplito! – Asintió ella. Pagamos la cuenta y fuimos a tomar unas copas a un pub de moda, y ya avanzada la noche la acompañe a casa. Me invitó a tomar la última y subí con ella hasta su piso. La noche se alargaba y yo estaba allí cómodamente sentado en su sofá junto a ella charlando animadamente, cuando decidí jugármela y me incline sobre Nella y besé sus calidos y carnosos labios, ella respondió abriendo su boca y entrelazando su lengua a la mía. Mis manos agarraron su cintura y en sutiles movimientos las dirigí a esos pechos con los que tanto había soñado, así estuvimos un rato, cuando ella hábilmente, desabrocho mi pantalón, y saco mi erecto miembro, para acto seguido agacharse y metérselo en la boca, mi pene era un juguete en sus manos, se lo introducía, se lo volvía a sacar, pasaba su lengua por todo el tronco de abajo a arriba, y al llegar a los testículos se los metía en la boca y jugueteaba con ellos, el placer era máximo, estaba a punto de explotar, cuando soltó mi pene bruscamente y se incorporó. Me quede helado de golpe, bloqueado, no sabia que había pasado, ni como reaccionar, cuando me invito amablemente a que me fuera, ya que debía madrugar y le esperaba una jornada de trabajo bastante ardua. Me levante, me despedí de ella, y me dirigí a casa, preguntándome donde me había equivocado o que había hecho mal, por supuesto no encontré la respuesta. Dejé pasar unos días, he intente hablar con ella, pedirle disculpas por lo que pudiera haber hecho mal, pero sin resultado, Nella me esquivaba, no me cogía el teléfono, después de una semana de haberlo intentado todo me rendí. Era una mañana de viernes como otro cualquiera, me dedique a las labores del campo subido a mi flamante tractor nuevo, pare para almorzar y entonces me sonó el móvil, era ella, Nella. El corazón empezó a latirme a mil por hora, me acababa de invitar a cenar a su casa esa misma noche como compensación por lo del otro día y a pesar de mis reticencias iniciales me convenció la promesa de una noche inolvidable. Me acicalé y me vestí de la manera apropiada para una velada como aquella. Llegue a su casa puntual, llame a la puerta, me abrió y lo que ví, me dejó de piedra, llevaba la misma camisa negra de gasa de la otra vez, pero sin sujetador, dejando a la vista sus prominentes senos, y una minifalda negra, la cual sería mas propio de califica como “cinturón ancho”, me invito a pasar y me propino un húmedo y caliente beso en la boca que me dejo sin aliento, la noche prometía, por suerte, yo siempre llevo unas pastillitas de Eros Maximun Powerfull, un vigorizante que en los momentos de exigencia máxima siempre me ha ido muy bien, y este parecía ser uno de esos ellos. Durante la cena estuvimos hablando, es un decir, porque yo no podía apartar mis ojos de aquellos pechos, que me extasiaban, y Nella era consciente de ello. Por fin terminamos de cenar y pasamos al café, un delicioso café italiano, preparado por mi musa, mientras yo me serbia azúcar, ella aprovecho para levantarse y poner música lenta y sugerente, se acerco hacía mi, contoneando levemente sus caderas al suave ritmo de la melodía, que imagen, mi Nella, mi diosa, delante de mi bailando invitándome a unirme a ella, me tome el café de un sorbo; ni que decir tiene que me abrase la lengua, pero mi estado de excitación me impedía poner mi sentidos en otro lugar que no fuera la ninfa que tenia ante mi. Bailamos abrazados, aprovechando yo nuestra unión para restregar mi miembro completamente erecto, apunto de romper el pantalón. - Questo è il telefonino o sei solo felice di ballare con me? – Me dijo susurrándome al oído mientras aprovechaba para juguetear con mi lóbulo de la oreja con sus labios. - ¿Qué? –Balbucí. Se aparto y señalo con su mirada mi abultada entrepierna. Me sentía aturdido, lento de reflejos, me pesaban los parpados y en cuestión de segundos perdí el mundo de vista. Desperté varias horas después en una habitación cerrada, en la cual no entraba la luz natural, cubiertas las paredes por cortinas negras, atado por cuerdas, colgado del techo y amordazado. Si saber la razón notaba mi ano húmedo y como si hubiese sido penetrado por algo, y por algún motivo esa cosa estaba aún dentro. Se abrió la puerta y apareció mi preciosa Nella, mas divina que nunca. Vestida con botas de cuero y tacón de aguja, con unas braguitas y un sujetador que dejaba a la vista sus erectos pezones del mismo material, y su pelo recogido en una coleta. Mi miembro reaccionó nada mas verla. Se acercó donde yo estaba y con la fusta que llevaba en las manos, acaricio mi erecto pene y mis testículos duros como piedras, y acto seguido me azotó el trasero, di un respingo y un pequeño quejido que quedo ahogado por la mordaza que tapaba mi boca. - ¿Ya te has despertado, Mi Bello Durmiente? – Me dijo en perfecto castellano y poco acento italiano. ¿Que había pasado con mi bella italiana, a la cual le costaba hablar el castellano con fluidez? Sin duda, a causa de mi aturdimiento, no conseguía entender lo que estaba ocurriendo. Nella acercó su boca a mi oído y me dijo en un susurro. - Ahora te voy a quitar la mordaza de la boca, da igual que grites, nadie te va a oír, la habitación esta insonorizada. Si aceptas lo que va a ocurrir hoy aquí, seré toda tuya, si no, te soltare y te iras a casa, y te olvidaras de mi para siempre. Que dices ¿aceptas el trato? – Asentí con la cabeza, como negarse, si mi Nella estaba dispuesta a ser mía con tal de que yo me entregara a su placer esa noche. Sin duda no entendí en toda su extensión lo que aquello significaba, pero no tarde en comprenderlo. - ¡Paula…puedes entrar! Acto seguido entro una voluptuosa rubia por la puerta, alta, de curvas espléndidas y cara de vicio, vestida con una minifalda de cuero, botas de tacón de aguja y torso desnudo, mostrando unos pechos que si no tan generosos como los de mi Nella, desafiaban de igual manera la ley de la gravedad. Mi chica me quito la mordaza y me dio un beso en la boca de campeonato, se apartó de mi y se dirigió hacia donde estaba atada la cuerda, la soltó y me bajo unos centímetros y la volvió a atar fuertemente. Se acercó a mí, pude comprobar que había quedado a la altura de su entrepierna, se inclino y me volvió a besar. - Bien demos comienzo a la diversión – Dijo. Se quito la braga de cuero y lo que vi me corto la respiración de golpe. Entre las piernas de Nella, apareció una polla que aún estando semierecta, era más grande y gruesa que la mía. Se la cogió la acerco y me la introdujo entera, comenzando a follarme la boca, yo estaba atado, no podía hacer otra cosa que tragarme aquel pedazo de carne, que de vez en cuando, me golpeaba la campanilla haciendo que me atragantara. Al mismo tiempo note como Paula, trajinaba en mi ano, sacando aquello que me presionaba en mi interior y sustituyéndolo por algo, mas gordo y caliente, que me introdujo sin miramientos y provocándome un dolor inmenso, mi grito quedo ahogado por el falo de mi reina, entrando y saliendo de mi boca. De reojo pude comprobar que lo que Paula me introducía, no era otra cosa que su polla, mas grande y gruesa que la de Nella. No me lo podía creer, mi chica y su amiga eran transexuales, como no me había dado cuenta, como me había dejado embaucar… - ¿Te gusta amor mío? – Dijo Nella, entre jadeos de placer. Yo me sorprendí, a mi mismo asintiendo con la cabeza, era cierto sin saber porque, el dolor se había transformado en placer, Paula me estaba pegando una follada de campeonato. Nella le hizo un gesto con la cabeza a su amiga y cambiaron, ahora era mi chica la que me daba por detrás, mientras la rubia viciosa hacía que me atragantara con su enorme pedazo de carne. Así estuvieron un rato, intercambiando la posición, hasta que en un momento dado, mi diosa, mi amor, me saco la polla de la boca y volvió a acercar sus labios a mi oído. - Ahora te voy a soltar, no quiero que te incorpores, te voy a poner y collar con una correa y a partir de ahora serás mi perrita sumisa. ¡Aceptas!. - Sí. - Sí ¡Que…! - Sí ¡Mi amor! - Balbucí. Sin miramiento ninguno Paula que estaba detrás de mí, me dio un fuerte golpe con la fusta. - Sí… Ama. ¡Repite! – Dijo Paula - Sí…Ama – Repetí. Paula me volvió a fustigar más fuerte. - Esto es para que no se te olvide. – Me espetó la rubia. Acto seguido Nella me bajo al suelo y entre ambas deshicieron los nudos de la cuerda y quedé libre, pero aunque quisiera estaba tan entumecido, que me era imposible incorporarme y salir corriendo. Ellas se fueron de la habitación, mientras yo quede tendido, exhausto y sin capacidad alguna para asimilar como había llegado a aquella situación. Al cabo de un rato volvieron de nuevo, mi dueña llevaba consigo un collar de perro que me puso al cuello y me hizo incorporarme a cuatro patas. - Ahora toca pasear a mi linda perrita. ¿Quieres que demos un paseo? - Sí…Ama. - ¡Zas…Fustigazo al canto! Que mala baba gastaba Paula. - ¡Los perros no hablan! – Me grito la rubia. Y comenzó el paseo por la habitación. Dimos varias vueltas. Nella se detuvo y dijo: - ¿Sabes que hacen muy bien los perros? Por supuesto era una pregunta retórica y no contesté, lo hizo mi ama por mí. - Lamer… Acerco su bota a mi cara y comencé a lamer sumisamente. Al poco retiro su bota y acerco la otra y continué con mi labor. Paula mientras tanto acariciaba con la fusta mi piel, yo ya temía lo peor, se dirigió lentamente a mi retaguardia y se arrodillo. - Apuesto que esta perrita esta deseando que le claven una buena polla. Introdujo un dedo en mi ano, lo saco y lo olió. - Lo que yo te diga, esta deseando una buena verga en su culito respingón – Se lo dio a oler a Nella, que asintió y después me lo hizo chupar. Mi amor, mi diosa, mi Ama… se arrodilló, me cogió de los pelos e introdujo su erecto pene en la boca, comenzando a follármela, mientras Paula, me cogía de las caderas y de un pollazo me la clavaba por detrás. Así estuvieron un largo rato hasta que sentí como un líquido caliente y espeso llenaba mi ano, y acto seguido Nella hacia que me atragantara con su abundante corrida, no me permitió que me apartara por lo que me tuve que tragar toda su leche, aunque no pude con toda, y algo se me escapó por la comisura de los labios, ella me beso tiernamente compartiendo saboreando su semen de mi boca. Caí rendido a los pies de mi reina, cansado, sin fuerzas. Paula ya mas calmada, con menos mala leche, se puso en cuclillas a mi lado y acaricio mi cabeza. - Bien perrita, hoy te has portado muy bien. Pronto seguiremos con tu adiestramiento y serás una perra sumisa. Ya lo veras. Ambas se fueron dejándome allí tirado, hecho unos zorros, con semen chorreando de mi dilatado y escocido ano y con el sabor salado de la corrida de mi ama y señora. Me quede totalmente dormido, henchido de felicidad. Profundamente dormido estaba, cuando mi Dueña entro en la habitación y me despertó con un cálido y tierno beso, iba vestida con una corta bata rosa de seda, abierta, dejando un generoso escote, y sin ropa interior, como puede constatar desde mi posición. Me indicó que me incorporara, me quitó la correa de perro y me condujo hasta el baño. La bañera estaba llena de agua, y espuma, me hizo un gesto para que me introdujera en ella, y así lo hice, se arrodilló a mi lado y con una esponja con gel comenzó a lavarme y asearme, quizás por el agua templada o por el placer de sus caricias, mi miembro estaba completamente erecto, cosa que al salir de la bañera pudo constatar mi Bendita Dueña, dedicándome una dulce sonrisa. Me seco con la toalla y me dio por todo el cuerpo cremas y lociones. Me dio un albornoz que yo me puse. Salimos el baño y nos dirigimos al comedor allí me esperaba un buen desayuno, tostadas, café, zumo de naranja, mantequilla y mermelada, yo me quede allí desayunando y recuperando fuerzas mientras ella fue a su habitación. Al rato me llamo. - ¡Marc, mio caro!! – por supuesto yo fuí. Al entrar en su habitación quede perplejo, mi Diosa, estaba más Divina que nunca, se había vestido con un babydoll rosa con falda de encaje, con lentejuelas a la altura de los pechos y cintura, con una abertura delantera con lazo y espalda descubierta y un tanga de hilo del mismo color. Se acercó hasta la puerta, me rodeo con sus brazos el cuello y unió su boca a la mía, nuestras lenguas se entrelazaron en un cálido y profundo beso, cuando nos separamos, nos faltaba el aliento, nos miramos a los ojos, y con una ligera presión en los hombros, mi Reina me hizo bajar hasta ponerme de rodillas, le baje el tanga y apareció ante mí su inhiesto miembro, me lo introduje en la boca sin bacilar, me estaba empezando a gustar su sabor, me lo saque de la boca y lo lamí desde el escroto hasta la punta, mi lengua se paseó por aquella caña dura y caliente una y otra vez, me metí sus testículos en la boca y juguetee con ellos, copiaba, todo lo que había visto hacer a las chicas en las pelis porno, con las que me pajeaba una y otra vez en la soledad de mi cuarto, disfrute e hice disfrutar a Nella de aquella mamada, lo sé, por lo entrecortado de su respiración y por la mirada de vicio que tenía. Fuimos a la cama y me insto a ponerme a cuatro patas, se puso detrás de mí y empezó a jugar con su lengua en mi esfínter, la introducía una y otra vez, procurándome gran placer, después me introdujo un dedo, al poco dos, recreando se en un mete y saca con ellos, que hacía que me pusiera a cien, tanto es así, que sin poder aguantar más, le exigí que me penetrara, cosa que ella hizo presta, me la clavo de golpe, y aunque me dolió un poco, hizo que casi me corriera en ese mismo instante, conseguí aguantarme. Nella no decía nada, pero yo sabía que estaba disfrutando la situación, ya que me tenía rendido, y pidiendo a gritos, que me hiciera suyo. Inició un candencioso movimiento de caderas, que fue acelerándose poco a poco hasta llegar a un ritmo frenético, culminando con una abundante corrida, yo al sentir toda esa leche en mis entrañas no pude aguantar más y también me corrí. Nos derrumbamos en la cama, yo debajo y ella abrazada a mí y con su polla todavía dura en mi interior. Por fín, se salió y cambiamos de posición, quedando tendidos boca arriba uno junto al otro. Así llevábamos un rato, recuperándonos, cuando Nella me cogió el pene y comenzó a hacerme una paja, como no podía ser de otra manera, mi miembro, empezó a cobrar vida y a crecer, cuando estaba en todo lo suyo, mi Nella me susurro al oído. - Ya es hora que te comportes como un hombre. No me hice de rogar, me puse encima de ella y nos fundimos en una caliente beso, ella me rodeo con sus pierna, fue sentir el contacto de nuestras pollas y me puse a cien. Me deshice de su nudo y levante sus piernas y penetre sin problemas su dilatado ano, y comencé a bombear, por fín era mía, la poseí con gana, la ame como nunca había amado a ninguna otra, disfrute el momento como nunca había disfrutado ningún otro. Nella me imprecaba, me exigía, pedía de mí lo mejor, y yo se lo dí, lo abundante de mi corrida así lo atestiguó. Nos volvimos a fundir en un apasionado beso, hasta que mi miembro perdió toda su dureza y acabo saliendo solo de su cálida y estrecha prisión. Me volvió a empujar hacía abajo, comprendí lo que quería y me aplique a ello, recogí todo el semen que escapaba por su esfínter y lo compartimos, para posteriormente quedar de nuevo tumbados el uno junto a la otra cogidos de la mano, nuestros dedos entrelazados, en comunión silenciosa, rindiéndonos poco a poco al sueño hasta caer definitivamente en los brazos de Morfeo. Despertamos abrazados, sin saber que hora era, poco nos importaba, nos levantamos y nos duchamos juntos, y comimos algo para reponer fuerzas. Nella me conto que yo le gustaba desde el primer momento que entre en el centro de salud, pero que le fastidio que mirara con tanta insistencia y sin disimulo alguno sus tetas, se enteró de que yo era el salido del pueblo y decidió darme una lección. Se puso en contacto con su amiga Paula una experta dominatrix de la capital y trazaron un plan, el cual se desarrolló tal como he relatado aquí, a excepción de que cuando, mi Diosa y su amiga la domina me abandonaron en la habitación y se fueron juntas a rematar la noche disfrutando la una de la otra, aula le comento a Nella de que yo tenía madera de sumiso, y que si quería me podrían educar juntas y convertirme en una perrita obediente y sumisa… y hasta ahora; en la calle soy Marcial el Tractorista, en casa soy Marc compañero y amante de Nella y una vez al mes Marilyn la perrita de mi dueña y señora y de su amiga la dominatrix. En fin nunca pensé que de esta manera se vieran colmados mis deseos de una vida feliz, ni los derroteros que tras los cuales alcanzaría una realización plena, enamorado, sometido y exclavo de los deseos de una transexual divina. Nella mi amor, mi dueña, mi ama, mi señora, mi diosa.

sábado, 25 de junio de 2016

30 AÑOA NO ES NADA

30 AÑOS NO ES NAD Tuve que hacer unas gestiones en un pueblo donde tengo una casita de vacaciones y mientras esperaba la llegada del bus me encontré a un amigo de la infancia al que no veía desde hacia más de treinta años y que también iba al mismo pueblo, lógicamente hicimos el viaje juntos durante el cual, (poco mas de una hora y media) Juan y yo nos contamos anécdotas ocurridas a lo largo del tiempo y me dijo que se había acordado de mi con frecuencia. Juan continuaba con la costumbre de abrazarse al brazo de su interlocutor al mismo tiempo que se reía cuando algo le hacia gracia, lo que ocurría a cada minuto por lo que no le di mas importancia porque ya digo que era una costumbre que ya tenia en la adolescencia, pero noté que la intensidad y duración de los abrazos se prolongaban en exceso y empecé a sentir un cierto cosquilleo y en uno de los abrazos mantuve el brazo a lo largo de su cuerpo y con el antebrazo rozando su paquete; él no se movió y yo tampoco. Situaciones similares se repitieron varias veces y decidí, en uno de los abrazos apoyar mi mano en el interior de su muslo bien cerca de su paquete sin que Juan se moviera. Aunque llevo una vida hetero bastante activa mi relación con hombres ha sido casi nula (tres o cuatro trabajos manuales en mi adolescencia) pero la verdad es que, aunque estas relaciones no me habían interesado tampoco había tenido ni buscado la oportunidad de tener ninguna así que el escenario me estaba atrayendo al punto que estaba iniciando una erección. Cuando llegamos al pueblo y como las gestiones no nos iban a ocupar mucho tiempo decidimos quedar para ir a comer juntos pero antes y dado que disponíamos de un buen tiempo libre le dije que yo pensaba pasarlo tomando el sol en el jardín de mi casa y que como ya hacia buen tiempo, lo iba tomar desnudo y con cierto nerviosismo le pregunté si quería acompañarme. Me dijo que si y nos despedimos. Resuelto el asunto que me había traído me fui a casa, preparé dos hamacas juntas en el jardín, me desnudé y esperé la llegada de Juan tomando el sol sin tener muy claro lo que iba a pasar pero estaba bastante nervioso y mantenía la erección. Como a la media hora llamaron a la puerta, me puse un albornoz y fui a abrir. La verdad es que se me aceleró el pulso aun sin saber quien era. Cuando abrí la puerta, allí estaba Juan, entró y le dije que ya estaba tomando el sol, así que pasamos directamente el jardín; durante el breve camino dejé que se me abriera el albornoz y se me viera la erección que mantenía y pude notar que Juan no quitaba ojo a mi entrepierna. Cuando llegamos al jardín me quité el albornoz, Juan también se desnudó y nos tumbamos cada uno en su hamaca. Pasaba el tiempo y lo unico que hacíamos era tomar el sol, mirarnos y hablar y Juan seguía con sus achuchones en el brazo pero dado que estábamos desnudos el asunto empezó a darme mucho morbo pensando en tener una, para mi novedosa experiencia sexual, pero había que romper el hielo. Me vino a la cabeza una idea feliz y pensé que el aceite de protección solar podía ser mi aliado así que le dije: “Juan no te has dado protección solar y te vas a quemar, si quieres te traigo una crema” la idea a Juan le pareció estupenda. Entré en la casa y tomé un frasco de aceite protector y cuando volví al jardín le dije “Juan si no te importa, me encantaría darte yo el aceite” “Me parece estupendo” me contestó. Empecé con los brazos extendiendo suavemente el aceite en su brazo extendido que apoyaba sobre mi muslo y cerca de mi miembro, que se mantenía levantado. Cuando terminé con los brazos empecé con la cara y el cuello también con toda la voluptuosidad que era capaz. Inicié el recorrido por el pecho, Juan mantenía los ojos cerrados y respiraba de forma entrecortada porque le estaba dando un buen sobeteo y estaba claro que se estaba poniendo a tono; le magree sobre todo las tetitas hasta conseguir que los pezones se le pusieran bien tiesos. Seguí con el aceite por todo el pecho hasta llegar al ombligo y comprobé que Juan tenia ya una erección (parecida a la mía), se veía que el masaje estaba haciendo los efectos deseados. Al sobrepasar el ombligo evité el tocarle el pene y le pregunté con la voz más suave que pude y casi tartamudeando por los nervios: “Juan ¿quieres que siga? Dio un pequeño gemido y asintió con la cabeza. No lo pensé más, me unté la mano de aceite y fui directamente a sus huevos que embadurné e inicié un suave masaje incluyendo las ingles mientras Juan suspiraba y gemía suavemente. Ya no pude mas le tomé el pene con ambas manos y tras tres o cuatro vaivenes me lo metí en la boca y empecé una suave chupada. A Juan le gustó pues me cogió de la cabeza y de un empujón me la metió entera en la boca. Después de darle unas chupaditas desde la base de su pene hasta la punta le descapullé bien (Juan no está operado de fimosis) y rodee glande con los labios y froté el ojito con la lengua chupando como si fuera un helado. Viendo la calentura que teníamos los dos le propuse que fuéramos a la cama. Juan asintió y, abrazados como dos novios, nos encaminamos hacia la escalera (el dormitorio está en el segundo piso). Durante el camino nos estuvimos magreando y descubrí que morderle el lóbulo de la oreja y meterle la lengua dentro del oído le hacia ponerse como loco agarrándome las nalgas, apretándose contra mi pene y presionándome el ano con los dedos. Fue la primera vez que me acarició el pene, lo que me hizo estar a punto de correrme varias veces. En el camino nos confesamos: “Juan va a ser la primera vez que me voy a la cama con un hombre” “¿De verdad que voy a ser yo quien te desflore?” “Si cariño, te voy a dar mi tesoro en donde nadie ha entrado, pero por favor házmelo con suavidad, que no me duela y que me haga desearlo para mas veces” “Te voy a hacer disfrutar lo que no te imaginas porque te voy a hacer lo que he soñado en mis fantasías eróticas a lo largo de estos años, en las que frecuentemente eres protagonista recordando tu cuerpo y tu culito cuando éramos adolescentes y nos bañábamos desnudos en el río y que ha sido motivo de que me hiciera muchas pajas con tu recuerdo.” Con esta confesión nos enlazamos en un apasionado beso y allí mismo, al pie de la escalera nos abrazamos, besamos, restregamos y acariciamos nuestros sexos y entre suspiros y gemidos y casi a la vez nos derramamos empapando nuestros vellos de torrentes de leche y seguimos restregándonos durante un buen rato. Sin hablarlo, quedó bien claro que en esta pareja yo tendría el papel de hembra. Algo mas tranquilos y después de limpiar el suelo de la leche caída, fuimos al bidet para lavarnos el uno al otro. Empecé yo con él, después de jabonarle los vellos, el pene y los huevos con suave delicadeza, le aclaré y me gustó tanto que no pude por menos empezar una nueva mamada, hasta que ya en erección, Juan me dijo que parase que teníamos que dejar algo para la cama. Ahora empezó él con mi lavado, lo mismo que hice yo me enjabonó bien toda la zona pero noté que hacia especial incidencia en mi ano, con el dedo embadurnado de gel lo que, aparte del gusto que me estaba dando, me hizo preguntarle que pretendía, “Calla tonta que te estoy preparando para que disfrutes haciéndote lo que no te imaginas” Por fin fuimos a la cama desnudos y los besos, caricias, mordisquitos y chupadas nos calentaron bien y yo inicié unas caricias manuales en la zona entre el final del escroto y el ano que a Juan le volvieron loco, seguí con una mamada disfrutando de las caricias que Juan me hacia en mi cabeza que yo tenia entre sus muslos y de los suspiros y gemidos de placer conque mi niño me regalaba. Cuando ya estábamos bastante calientes me hizo ponerme a su lado y me dio unos cuantos azotes que me gustaron y pusieron aun mas caliente y me dijo. “Prepara tu culito virgen que va a dejar de serlo y vas a gozar como nunca” “¿A base de azotes? Le dije yo en broma. “Tu déjame hacer a mi que yo también voy a disfrutar lo mío...” Me hizo poner a cuatro patas y abierta de piernas ofreciéndole la flor que ningún hombre antes había poseído. Me dio otros tres o cuatro azotes con lo que se enrojecieron y sensibilizaron mis nalgas y a continuación después de un buen sobeteo de nalgas me cogió las dos cachas y me las abrió dejando mi anito del todo a su merced. Me asuste un poco y le dije que si no iba a lubricarme porque, aunque su pene no es muy grande, hacerlo en seco podría ser doloroso. No me contestó pero de pronto sentí una sensación muy intensa que me subía desde el ano, algo suave y húmedo que se movía sobre él y pedía paso, en seguida me di cuenta, ¡¡Juan me estaba lamiendo el ano y metiendo la punta de la lengua!! La sensación era maravillosa y solo podía dar gemidos de placer y animarle a que siguiera y no se cansara. Pasado un maravilloso rato, Juan sacó su lengua de entre mis cachitas y me dijo: “Has disfrutado lo tuyo mi amor, ahora vamos a disfrutar los dos” Tomo el frasco de aceite solar, se embadurnó bien el pene y los dedos y me introdujo uno suavemente en mi flor. No me dolió nada, supongo que entre la salive y el aceite, la lubricación era excelente. Ahora Juan apoyó en mi cadera una mano y con la otra dirigió su pene a mi tesoro restregándolo y humedeciéndolo aun más con su líquido preseminal. Yo le rogaba que tuviera piedad, no me hiciera desearlo más y que me penetrara de una vez que estaba loca por recibirle... En poco tiempo note la presión de su pene abriéndose paso por mi tesorito. Al principio noté una ligera molestia pero fue pequeña hasta que me entró su bellotita y cuando quise darme cuenta tenia los huevos de Juan pegados a mi culo le dije “Ya me la has metido entera te he dado mi flor, ya soy tu mujer” me contestó, “Si mi vida ahora hay que gozar” y empezó el meneo adelante y atrás hasta casi sacarla y volverla a meter hasta el fondo, lo hacia muy despacio y cuando casi salía su bellotita y volvía a entrar las sensaciones eran maravillosas y yo le animaba entre gemidos de gusto “Así mi vida, sigue que me vuelves loca, así siiiii asiii…no te pares” (la verdad es que me he dado cuenta que soy un poco escandalosa cuando me enculan). Por desgracia Juan estaba muy caliente así que un no hubo muchos vaivenes hasta que Juan empezó a acelerar el movimiento y se quedó por un momento parado, presionando contra mi culo abrazando mis caderas y gimiendo con fuerza ¡¡se estaba corriendo y llenándome el culo de su leche!!Después de un ratito deshicimos el abrazo, Juan me desmontó y nos quedamos abrazados con su leche empezando a escurrir por el interior de mis muslos y es que la corrida había sido tremenda. Después de un rato de caricias y besos le dije: “Juan, tu ya te has corrido y a mi me has hecho gozar, pero yo no me he corrido y fíjate como la tengo de tiesa que parece que se me va a romper, ¿no quieres hacer nada a tu nena?” A esto Juan se río y dijo, “Pues es verdad, habrá que hacer algo al respecto” Empezó a masturbarme con toda suavidad, yo le rogaba “Por favor sácame toda mi leche” y cuando notó que mis suspiros delataban que estaba a punto de correrme se agachó, me metió un dedo en el culo y con la otra mano me agarró el pene y me hizo una mamada maravillosa con la que me vine abundantemente. Al poco tiempo decidimos comer y yo cociné como ama de casa que era. Seguí desnudo pero me puse un mandil para no salpicarme pero la espalda y las nalgas los tenia al aire, a Juan le encantó y cada vez que pasaba cerca de mi me daba un azote o un pellizco en las nalgas y me decía que reparase bien sus fuerzas porque después de comer me iba a dar una buena sesión como así fue y pasamos la tarde, yo haciéndole lo que mas le gustaba que eran mis atrevidas chupadas y él montándome como un semental caliente a su yegua en celo y dándome placer en mi recién estrenado juguete y confesándome que mis nalgas eran apetitosas, bien duritas, sin nada de celulitis y con una piel suavísima, cosa que yo nunca había comprobado pero que es totalmente cierto. Mis nalgas son su zona favorita en los juegos sexuales. A decir verdad nunca me había planteado tener una relación con un tío y además asumir el papel de mujer teniendo en cuenta que en mi vida laboral soy considerado eso que llaman un “ejecutivo agresivo” pero he descubierto que me encanta comportarme de forma opuesta, ser sumisa, vestirme de mujer muy provocativa y que me trate como a una princesa y me haga regalos y tenga detalles femeninos como regalarme cajas de bombones o ramos de flores En nuestra relación vivimos separados y nos vemos de vez en cuando en su casa donde guardo mis coquetas medias negras con costura y blonda en la parte superior (nunca pantys), mi liguero, mis tangas o braguitas negras de encaje, mi minifalda negra bien cortita y apretadita, mi sostén que relleno con goma espuma para dar mas credibilidad, mi picardías transparente para los fines de semana y los zapatos rojos que me regaló Juan con unos espectaculares tacones altos de aguja con los que es imposible que me acostumbre a andar pero que con mis medias me hacen unas preciosas y femeninas piernas. Lo completo con mi lápiz de labios de rojo intenso y una sombra de ojos negra y suelo llevar un pañuelo en la cabeza (aunque tengo buen pelo) anudado como las campesinas rusas (la peluca la probé pero ni a mi ni a Juan nos gustaba) lo cierto es que, como dice Juan, con todo parezco un auténtico putón, pero a mi me encanta y a él también... Cuando nuestro trabajo nos lo permite, nos vemos por la tarde en su casa, suelo llegar yo primero, me lavo en el bidet y me perfumo, preparo algo para comer y me visto con las ropas que os he contado me pinto los labios, me doy la sombra de ojos y me pongo el pañuelo, cuando Juan llega salgo a recibirle con mis zapatos rojos de tacón alto exagerado. Siempre me trae un regalito, sobre todo flores, y me dice cosas sobre mi aspecto, lo mas habitual es “Que pinta de puton tienes” o “Hola zorra” y cosas parecidas; yo le contesto de la manera mas grosera que puedo, nos reímos y nos damos unos achuchones, con cuidado porque yo soy mas alta que él y mas con los tacones y al abrazarnos su cara me llega a las tetas y un día se me ahoga. Me encanta hacer lo que llamamos “el caballito” en que después de haberle contestado lo mas obscenamente que puedo a sus frases acerca de lo puta que soy y cosas parecidas me dice que hay que domarme y me pone tumbada boca abaja en su regazo, me levanta la falda y me da unos buenos azotes hasta que mis nalgas se ponen coloradas y la piel muy sensible. Con las nalgas bien coloradas me da un buen magreo con sus pellizcos, algún que otro mordisquito y restregón del pene, luego se baja los pantalones y se sienta en el sofá con el pene bien tieso y me dice: “Anda putita cabalga a tu semental” y yo, vestida como una golfa, me lubrico el ano y su pene con el lubricante vaginal que usamos, me hago a un lado la cinta del tanga y me siento sobre él con cuidado de quedar empalada por su miembro, luego una cabalgadita de sube y baja dándome azotes y pellizcos en los pechos. Otras veces es el semental el que actúa y me hace ponerme a cuatro patas como si fuera una yegua y mi semental me cubre con furia. Cuando ya me ha penetrado y le pido “dame caña y lléname de ti”, empieza el vaivén, me acaricia los pechos y me masturba hasta que nos derramamos los dos, yo en el tanga y Juan dentro de mi culo. Así que yo tengo que hacer tres trabajos, ¡lavar el tanga con mi leche, lavarle los bajos a Juan y lavarme la leche que me chorrea por el interior de mis muslos! Los fines de semana que pasamos juntos también son deliciosos. El viernes por la noche cena en un restaurante, copas y algún lugar con música, luego volvemos a su casa y puede pasar cualquier cosa (incluso no pasar nada). Nos dormimos desnudos y abrazados. Por la mañana yo me levanto la primera, preparo el desayuno y mientra él se despierta, me visto (es una forma de hablar) con el picardías transparente y un tanga mínimo de encaje negro y me maquillo muy exageradamente sobre todo los labios, como una puta barata, me meto debajo de las sábanas y empiezo una chupada de los huevos y el pene con la que despierto a mi niño, y le digo que necesito algo de leche para el café y que si sabe donde puedo encontrarla. Me encanta dejarle los huevos y el pene y sobre todo la bellotita bien manchaditos del carmín de mis labios y luego con mi picardías y tanga, dejo que estando yo totalmente pasiva juguetee conmigo hasta llevarme a un buen orgasmo; luego viene una ducha mutua en la que me tengo que esmerar en limpiarle el carmín de la bellotita y los huevos mediante una buena enjabonada, pero tengo que descapullarle para lavarle bien la bellotita, eso le trae unas sensaciones deliciosas y me dice cosas como que le voy a dejar seco. Yo soy mucho más dulce y le digo cosas como “Tómame que soy solo tuya” solemos acabar con otra sesión de sexo de manera que las mañanas de los sábados las acabamos bien relajaditos y bien ordeñados, incluso a veces demasiado, de hecho hace dos fines de semana durante el sábado que nos lo pasamos entero en la cama, excepto para comer, yo me corrí ocho veces... A Juan le encanta y a mi mas, el comerme el culo, las sensaciones al lamerme el ano y meterme la punta de la lengua son maravillosas, sin embargo a mi no me gusta hacérselo a él, como tampoco el tragarme su leche cuando se corre en mi boca. Lo que funciona bien es mi ano que está dilatadito y no me duele cuando me mete la bellotita y todo es placer antes, sobre todo los fines de semana, me dejaba el ano muy irritado y lo tenía dolorido durante dos o tres días. Esta es mi historia real que no se cuanto durará pero mientras dure¡¡a disfrutar!!

viernes, 24 de junio de 2016

MAS ALLA DEL ATLAS

Barcelona, principios de la década de los 90, la ciudad preparándose para la celebración de los Juegos Olímpicos del 92, abunda el trabajo, en todas las esferas, construcción, servicios etc. mucha mano de obra extranjera, sudamericanos, marroquíes, del centro de Europa, no falta trabajo. Mi padre tiene en sociedad con mi tío un taller de carpintería metálica, siete empleados y pensando en contratar alguno más, yo tengo 3 años, correteo por los talleres, me gusta ver como los operarios trabajan con las maquinas. 17 años más tarde termino mis estudios de peritaje industrial y me pongo a trabajar en la fábrica, mi tío había muerto hace dos años. La empresa había crecido lo suficiente y estábamos estudiando la posibilidad de montar una sucursal en Marruecos, las facilidades que daba el gobierno para las industrias eran muy ventajosas, facilitaban los terrenos y la mano de obra más barata. Entre los empleados teníamos a dos marroquíes, buenos trabajadores tenían mi misma edad, habían llegado a España como ilegales, pero con esfuerzo, habían conseguido los papales y trabajaban en la actualidad legalmente, era primos uno se llamaba Fail y Mahmoud. Aunque en la empresa les llamábamos, “Los Moritos” muchos días, al salir de trabajar, yo me quedaba en un bar cercano a la fabrica y charlábamos de diversas cosas, tanto de España, como de Marruecos, las costumbres, la comida, ellos no podían comer cerdo, con lo bueno que esta el jamón serrano, tampoco bebían alcohol, solo café, té, o zumos, respetábamos sus costumbres aunque siempre nos metíamos con ellos, siempre en plan de broma, diciéndoles que no sabían comer, que sus mujeres debían de pasar un calor tremendo en verano ya que las veíamos caminar en el mes de Agosto codas cubiertas con sus chilabas y el velo que les cubría la cabeza, aunque la cara la llevaban descubierta, ya digo, criticábamos las costumbres pero las respetábamos. Un día nos pidieron si abría la posibilidad de que pudiesen venir uno de sus hermanos a trabajar en la empresa, que era buen chico, trabajador y que en Marruecos, el trabajo escaseaba. Se les informo que estábamos en trámites de abrir una sucursal de la fábrica en Marruecos, aprovechando las beneficiosas condiciones que nos daban en Marruecos, Terreno gratis, mano de obra recién salida de las escuelas de formación profesional y con una exención de impuestos de 50 % durante 10 años y que en fecha breve iría yo personalmente a Rabat para estudiar las condiciones y que si todo salía como esperábamos en dos años como mucho tendríamos una fabrica en Marruecos, y su hermano podría trabajar con nosotros y ellos con ya gran experiencia serian los jefes de planta. Quedaron satisfechos e informaron a sus familias de nuestros proyectos indicándoles que habría trabajo pero que se tenían que preparar. Con tal motivo, comencé a viajar frecuentemente a Marruecos, primero para solucionar todos los papeles que necesitaríamos para la fábrica, las maquinarias, la contratación de personal etc. Por fin ya estaba todo solucionado, mi padre y yo nos desplazamos a Marruecos para la inauguración de la fábrica, la habíamos instalado en un polígono industrial del Tánger, tras el acontecimiento me quede durante unos meses con el fin de ponerla en marcha y supervisar al nuevo personal, mientras mi padre regresaba a Barcelona. El tiempo paso y yo andaba a caballo entre Barcelona y Tánger, un día después de cerrar, Fail y Mahmoud, me invitaron a una fiesta típica, en agradecimiento por todo lo que había hecho por ellos y sus familias, me llevaron a cenar a un restaurante típico y después a un salón de té donde había una exhibición de danzas típicas del país, solamente en lugares como esos se podía beber alcohol, yo pedí un whisky , que no fue uno, sino varios, ellos solamente tomaron té o café, aparte de los famosos pastelitos de Marruecos. Cuando nos retiramos eran las 3 de la madrugada. Al día siguiente, tenía un dolor de cabeza que no recordaba nada, no obstante en las charlas cotidianas que tenia con el personal, les indique que antes que marchase teníamos que ir otra vez de juerga, pero esa vez pagando yo, como es natural aceptaron rápidamente. El día antes de marchar, y como les había prometido, salimos de marcha, no fuimos al mismo sitio, recorrimos varios lugares, lo único que recuerdo es que en la mesa en la que estábamos había una mujer con unos ojos grises impresionantes ojos que de verdad me cautivaron, no la volví a ver. Cuando me desperté, estaba atado a una silla, en un cuarto de aproximadamente 3x2 completamente desnudo y con la boca tapada con una cinta americana, quería gritar pero no podía. Me habían secuestrado, pensé que mi padre al ver que no llegaba, trataría de ponerse en contacto con migo, bien a través de el consulado, la policía o la familia de Fail y Mahmoud, fue lo primero que hizo, ellos le dijeron que la noche anterior habían salido a cenar y después a tomar unas copas, que había bebido en demasía y me habían llevado al hotel, que el personal del hotel los acompaño hasta la habitación y que allí me habían dejado. Se puso en contacto con el consulado y este a su vez con la policía, la cual empezó con las averiguaciones oportunas, en el hotel le verificaron todo lo que Fail y Mahmoud le habían dicho a mi padre y que no sabían mas, que no me habían visto salir del hotel, y en las cámaras de vigilancia no se veía mi salida del hotel. En eso, en la habitación donde me tenían retenido, entro un hombre, se mantuvo en las sombras y me dijo. - Sé que te están buscando, pero no te encontraran, tu vas a sufrir las vejaciones que vosotros los “Españolitos” le inferís a nuestros compatriotas, dándole los peores puestos de trabajo, humillándolos haciendo que nuestras mujeres se prostituyan para el gozo de los infieles, vas a saber lo que es ser humillado, despreciado, apedreado, por no ser un servidor de su amo.

jueves, 23 de junio de 2016

MAS ALLA DEL ATALAS 4

MÁS ALLA DEL ATLAS – 4 Al entrar en aquel salón encontré a una mujer, cuyo rostro no me era desconocido, se acerco a mí y me dijo: - Fatine, me alegro de que estés en mi casa, espero que seamos muy buenas amigas, mañana traerán las ropas que te he comprado, serán para recibir y atender a los clientes son Takchitas, Caftanes, Jabadors y chilabas, además de ropa occidental para ir por la calle, las otras ropas son para atender a los clientes y estar en los salones de tu trabajo. Yo he sido la mejor bailarina de marruecos, pero ahora a causa de una lesión no puedo bailar, he buscado por todas partes una mujer que me sustituya y por fin la encontré en ti, aquel día que fuiste con unos amigos, he tenido que transformarte ya que los hombres no bailan como lo hacen las mujeres, te he convertido en mi sustituta y desde ahora eres una mujer, no te esfuerzas en negarlo. Entonces recordé a aquella mujer que vi en el club el día que me secuestraron, era ella, sus ojos me habían llamado plenamente la atención. Ella me seguía hablando, y en mi mente entraban las palabras que me decían lo que era, me estaba convenciendo, haciéndome un lavado de cerebro y borrando de mi mente todo mi pasado, estuvimos hablando toda la tarde, cuando termino de hablarme me hizo solamente tres preguntas. - Fatine, ¿Qué quieres ser en la vida? - Una bailarina como lo fuiste tú. - ¿para ello que darás a cambio? - Todo mi cuerpo, seré la mujer más deseada de Marruecos - ¿Estás dispuesta a servir a los hombres y a todas aquellas personas que te pidan lo que hasta ahora has guardado con recato? - Si, son una sierva tuya, haré lo que me mandes, y obedeceré a todas aquellas personas que me den una orden, sea cual sea, mi voluntad es la tuya. - Muy bien Fatine, eres mi amiga y por ello te voy a premiar, esta noche te llevare al sitio donde trabajaras, te presentare a tus compañeras, así aprenderás cuál es tu misión. Al salir del salón en el último momento me dijo, - Ponte una Takchita, bien escotada, quiero que se vea que eres una mujer hermosa. - No te preocupes, los hombres se volverán bizcos al verme, seguro que no vieron unas tetas como estas desde hace mucho tiempo. Cuando llegamos al club donde trabajaría, todo el personal, saludaba a mi ama, nos sentamos en un apartado donde podíamos ver todo el espectáculo, una tras otra, salían las chicas a bailar diferentes danzas, me indico que me fijase bien en los movimientos de caderas, manos y vientre, que eran las principales zonas donde se fijaban los hombres, una vez terminadas las danzas, las chicas se sentaban con los clientes alternando con ellos incitándoles a beber, algunas después de un rato se levantaban llevándose a los clientes a diferentes apartados, donde se exhibían más detenidamente ante ellos, terminando en algunos casos con una felación y en otros con penetraciones, tanto vaginales como anales, tenía que trabajar en un puticlub como una prostituta cualquiera. Cuando salimos del local y regresamos a la casa, me pregunto. - Que te pareció el local, Fatine? - Esta muy bien y tiene mucho ambiente, las chicas debes sacarse un buen sobresueldo con las sesiones privadas? - Sí, pero el 50% de las sesiones son para mí, ellas son mis empleadas. - Ahora quiero enseñarte una cosa, que pocas han disfrutado de ella. Me llevo a sus habitaciones, y me mando desnudarme, una vez desnuda, ella se desnudo, y pude comprobar que no era una mujer 100%, era un transexual, se acerco a mí, y me dio un beso en la boca, luego me mando agacharme y hacerle una felación, tenía un pene que en plena erección mediría unos 22 cm, casi no me cavia en la boca, me agarraba la cabeza y la movía con movimientos hacia ella para que no dejase de mamar aquella enorme polla hasta que se corrió dentro de mi boca, luego, me empujo sobre la cama y poniéndome a cuatro patas, me la metió por mi nueva vagina, di un grito de dolor, me había desvirgado, agarrándome por las caderas empujaba su pene dentro de mi vagina, al principio sentí dolor, pero este fue desapareciendo al tiempo que aparecía el placer de ser poseída, mis tetas se movían como badajos de campanas, nuevamente se corrió dentro de mi vagina. Al mismo tiempo me decía. - Fatine, tu serás mi amante, todos los días yacerás con tu ama, aparte de haber yacido con clientes, desde el primer día que te vi, me enamore de ti y me propuse que serias mía, hoy solo te he poseído por la boca y por la vagina, otros días será por los tres sitios y te aseguro que serás tu la que me pidas ser poseída. - Lo que mi ama desee, siempre estaré dispuesta a satisfacer los deseos de m i ama. A partir de aquel día, las clases de danza se incrementaron, todos los días ensayaba 4 horas por la mañana y cuatro por la tarde, terminaba el día agotada, por la noche los días que no acompañaba a mi ama al puticlub, aprovechaba para descansar, pero al regreso de ella, en lugar de acostarse en su habitación iba a la mía y se costaba en mi cama, me despertaba y me follaba por las tres partes, eso provocaba en mi una afición que se fue acentuando de tal manera que llegue a pedirle que me follase por la mañana y por la noche, me volví una adicta al sexo. Hasta tal punto que necesitaba diariamente una polla bien en mi culo o en mi coño. Fue entonces cuando ya me presento en el puticlub como la primera bailarina, la primera vez que salía, estaba muy nerviosa, pero afortunadamente tuve éxito, no faltaba una noche en que alguien me reclamase para algún apartado, mi vestuario para las actuaciones era lo indispensable, unas braguitas, con unos cinturones de monedas, un sujetador que muchas veces al moverme hacia que mis pechos se escapasen quedando al aire y los velos sensuales con los que invitaba a los hombres a mi sexo. En los apartados, me los cepillaba en cualquier postura, el perrito pero la que preferían era que yo me sentase sobre ellos penetrándome de frente, de esa manera mis pechos quedaban a la altura de sus bocas aprovechando para que me los mamasen y estrujasen. Llegue a ser la principal atracción de la ciudad, no había grupo de turistas que n o pasasen para verme, y el que más o menos si no me metían mano me metían otra cosa que me gustaba más. Un día tras mi actuación, me llamaron a un reservado, en el había un señor un poco mayor, estuvimos hablando largo tiempo, ala vez que me metía mano, me dijo que era viudo, y que necesitaba una mujer como yo para que lo cuidase, le indique que no podía, que pertenecía al club y si quería que hablase con la dueña, me dijo que si que quería hablar con la dueña. La llame y estuvieron hablando toda la noche, al día siguiente, me dijo. - Fatine, te he vendido al señor de anoche, tenemos que hacer los papeles para que te marches con él, te casaras ya le dije que no puedes tener hijos pues de pequeña tuviste una infección en los ovarios y se te extirparon, para que entres en su país, te hará un contrato de trabajo, todo legal. En dos días te marcharas con él. - Pero ama, el es un hombre mayor y no podrá darme placer como me lo das tu, yo quiero todos los días. - Tienes que obedecer, y hacerle disfrutar. - Lo que ordene ama. A los pocos días estaba cogiendo un avión con aquel señor que me llevo a su país, todos los días le hacía disfrutar, no como mi antigua ama, el solo podía por las noches y no todos los días, el resto de los días, yo me ocupaba de la casa y demás labores domesticas, me case con él. Un día descubrí en un cajón unas fotografías de su difunta esposa y de su hijo que habían muerto los dos. Su difunta esposa, era mi madre, y su difunto hijo era yo y el era mi padre. Me había casado con mi padre sin saberlo ambos. Los últimos años de su vida se que lo hice feliz ya que disfrutaba de nuestras relaciones. Hoy vivo con comodidad, tengo amigos marroquíes que me vienen a visitar a mi casa y con los cuales me acuesto, soy una adicta al sexo.

miércoles, 22 de junio de 2016

MAS ALLA DEL ATLAS 3

MÁS ALLA DEL ATLAS – 3 Aquellas palabras me dejaron turbado, no sabía que responder, quise contestar pero lo único que obtuve fue un puñetazo en el estomago y otro en la cara, que me dejaron medio grogui, en eso me dijo. - Tengo una persona muy interesada en ti, pero me ha pedido una serie de condiciones y no puedo rechazarlas, todo este tiempo, se te ha adiestrado en las costumbres del país y en la condición de la mujer. Mañana comenzaremos con un tratamiento muy especial, seguirás trabajando como hasta ahora pero el régimen de comidas será especial para ti, además tendrás que hacer ejercicios físicos y tonificar un poco tu musculatura, necesitaras un aporte vitamínico específico, no tengas miedo ninguno, lo único que tienes que hacer es seguir obedeciendo y la vida será mucho más placentera. Me llevaron a mi cuarto y allí permanecí encerrado todo el día. Al día siguiente, me despertaron a las 5 de la mañana, me metieron en un gimnasio donde me espera un preparador físico particular. Me indico que todos los días tenía que acudir al gimnasio para ponerme en forma, con una serie de ejercicios estudiados para mi físico él lo dirigiría personalmente, me mando cambiarme de ropa, facilitándome una camiseta de tirantes, un short y unas zapatillas. Comenzamos esa misma mañana, los ejercicios en si no eran muy violentos, solamente era de mantenimiento y fortalecimiento de determinados músculos, como las piernas cintura y glúteos. Al terminar el mismo me daba un masaje y después una ducha de agua bien fría. Terminada las sesiones de gimnasia, tenía que hacer mis labores domesticas como hasta la fecha, a la hora de almorzar la comida era mejor que hasta la fecha además de ser mas nutritiva me daban un complejo vitamínico que tenía que tomar, mañana, tarde y noche sin faltar delante de ellos. Un día después de los ejercicios, el entrenador al darme el masaje me mando desnudarme completamente, me pareció un poco raro que para darme el masaje que me daba todos los días, aquella vez tenía que desnudarme, pero si no obedecía ya sabía lo que me esperaba, me masajeo las piernas llegando hasta los muslos, entonces vertió sobre mi sexo, el aceite con el que me daba el masaje, y sin darme tiempo a reaccionar me estaba haciendo una paja, mi pene comenzó a reaccionar, pero hacia más de 2 años que no había tenido relaciones sexuales y claro enseguida se puso como el mástil de la bandera, llegando a su máxima excitación entonces le dije. - Por favor no continúe que me voy a correr, además nunca me ha masturbado un hombre. - Eso no tiene nada que ver, solamente estoy comprobando tu resistencia y medición de tu miembro, que por lo visto está muy bien de tamaño. Después me mando darme media vuelta quedando mi culo al aire, me masajeo mis glúteos y me dijo que me pusiese de rodillas sobre la camilla, cuando estuve en la posición indicada, me separo los glúteos, unto bien mi esfínter y sin decir nada me metió dos dedos en mi culo. El grito que di, se debió de oír en Sevilla, el cabrón me había perforado el culo sin avisar de inmediato salte de la camilla y al poner los pies en el suelo me encontré con su puño en mi cara que me volvió a subir a la camilla y me dijo. - Se te dijo que tenias que obedecer en todo, pues hazlo ya y al que no quiere una taza se le dan siete. Me volvo a poner en la posición de rodillas sobre la camilla y volvió a meterme los dedos en mi culo como si me estuviese follando así permaneció como 5 minutos, cuando termino agradecí por haberme sacado de mi culo sus dedos, pero en mi subconsciente me había gustado. Esa misma operación la repitió a partir de ese día constantemente, incluso la de masturbarme llego un día que eyacule, pero cuando estaba a punto de hacerlo, puso un vaso ante mi pene y me obligo a que eyaculase en él y después beber mi propio esperma. Su sabor era dulzón tirando algo a acido. Me gusto. Todos los días la misma rutina, gimnasia, después el masaje, ponía el culo y me metía los dedos, algún día me masturbaba, después las labores domesticas y así durante 6 meses. Mi físico estaba cambiando, mis piernas eran más esbeltas mis glúteos mas redondeados mi tórax no era más musculoso pero si más prominente a la altura de mis tetillas, que habían crecido, un día en el gimnasio, me dijo que antes de ducharme me afeitaría mi pubis y recto, y así lo hizo, pero no fue con una maquinilla fue con una navaja barbera, me quede de piedra con el temor de que se le fuese la mano, me enjabono toda la zona y con mucha suavidad comenzó a afeitarme, cogía mi pene que con la excitación estaba duro y lo movía para un lado y para el otro con el fin de tensar la piel y poder pasar la navaja, después, poniéndome de rodillas le tocaba al ano, abrí lo máximo que pude mis glúteos para que la navaja no se equivocase. Cuando termino me pase la mano y estaba completamente limpio de pelo, nunca mejor dicho, como culito de niño. A los pocos días, comenzamos con nuevos ejercicios, que consistían en mover las caderas y el vientre, para ello me puso una música y me dijo que tenía que llevar el ritmo con caderas y vientre, en un principio era lenta pero según pasaban los días el ritmo aceleraba, fue entonces que me dijo - Mira todo esto es para enseñarte a bailar nuestras danzas, queremos que seas una bailarina experta, tu destino será la de bailarina típica, aprenderás lo que vosotros decís la danza del vientre, moviendo caderas y vientre muy sensualmente. Te adelanto que tendrás que bailar en Clubs de copas para extranjeros te vamos a transformar en una hermosa mujer, serás la bailarina más sensual de Marruecos, quieras o no, si lo haces bien ganaras mucho dinero pero si lo haces mal bailaras en tabernas de mala muerte, donde se aprovecharan de ti y te golpearan. - Pero eso no lo podéis hacer, la policía me estará buscando y cuando me encuentren pagareis todas las fechorías que me estáis haciendo. - Olvídate de la policía, han encontrado un cadáver dentro de un choche totalmente carbonizado, lo único que se encontró fue tu documentación, estás muerto, y tu cadáver ya fue repatriado a España y estas enterrado, tu nombre a partir de ahora y como se te conocerá es FATINE, ósea que ya sabes tu destino, si quieres empeorarlo desobedece y los cinturones no dejaran de caer sobre tu cuerpo. Después de aquellas noticias, mis esperanzas de salir de aquel encierro se esfumaron, estaba condenado a una transformación de personalidad, pero en mi mente había todavía una esperanza, mis recuerdos, podrían cambiarme físicamente pero no mentalmente, en la primera ocasión, podría acudir al consulado y exponer mi caso, si es que podía demostrar algo. El tiempo fue pasando, las clases de baile seguían, iba teniendo más soltura y cogiendo el ritmo de los bailes que me enseñaban, un día cuando me desperté, no estaba en mi habitación, estaba en un hospital, atado a una cama y con la cara vendada, me dolía todo el cuerpo. Pude comprobar que en la habitación tenia constantemente dos personas, una mujer y un hombre que cuidaban de mí y no permitían que hablase con nadie, tras varias semanas, entro una mujer, no llegue a verle la cara, pero oí su voz, pude oírle lo siguiente. - En dos días le dan el alta, la lleváis a mi casa que la tengo reservada para casos especiales, tengo que darle unas lecciones antes de presentarla en público. Aquellas palabras, me trastornaron, mis constantes vitales se dispararon la tensión arterial me subió tenía una taquicardia, rápidamente entro un medico y me inyecto un calmante que me hizo dormir. Aquella alteración hizo que el alta hospitalaria se retrasase un par de semanas más. Un día aquella mujer volvió a visitarme y me dijo. - Fatine, no te alteres, dentro de unos días te llevaran a mi casa, en ella estarás como una reina, tendrás una nueva vida, hermosos vestidos viajaras, ganaras dinero te enamoraras incluso puede que llegues a casarte, eso sí, no podrás tener hijos. Como ya te abras dado cuenta por todas las conversaciones e instrucciones que se te dieron te hemos transformado en una hermosa mujer, tienes unos hermosos pechos, incluso muy sensuales y más bonitos que los míos, unas caderas que lucirás en tus bailes, los hombres al verlas mover seguro que alguno se correrá de gusto, tu pene, lo hemos cortado, pero no lo tiramos, con el hicimos una vagina, una bailarina no puede llevar esos colgajos entre las piernas, te hemos hecho una depilación definitiva, no tienes un solo pelo de los ojos para abajo, las axilas, las manos el pecho la espalda, los brazos, piernas culo y como es natural el pubis, estas completamente limpia de polvo y pelo, bueno lo de polvo de momento pues te hemos dejado muy apetecible a la vista de los hombres. Como sabes, nosotras las mujeres cuando tenemos la regla somos impuras según la ley del Corán y no podemos tener relaciones sexuales, eso a ti no te preocupara, podrás abrirte de piernas todos los días del mes. Ahora te dejo, que tengo que ir a comprarte la ropa para ti, necesitas de todo, te encantara lo que voy a comprarte. Dentro de unos días te espero en mi casa. Toda aquella información que me dio aquella mujer me dejo atontado, pero no me quedaba otro remedio que resignarme. El día señalado, me trasladaron a una finca, era muy distinta a las casas en las que había estado retenido, me metieron en una habitación y me dejaron encerrado, al poco entro una mujer algo mayor y me dio una ropa para ponerme, al verla me di cuenta de que toda la ropa que me traía era ropa de mujer, me mando desnudarme , me ayudo a quitarme todas las vendas que tenía puestas, y ante un espejo de cuerpo entero se reflejaba la imagen de una mujer, pelo negro, cejas depiladas y marcadas, pómulos un poco sobresalientes, los parpados hacían que tuviese los ojos más grandes, mis manos femeninas, con una perfecta manicura, las orejas perforadas para recibir pendientes, unos pechos que al moverme se movían al compas de mis pasos, sus pezones oscuros al igual que las areolas , una cintura estrecha y unas caderas que daban a mi figura la clásica imagen de una mujer sensualmente receptiva, mis glúteos, redondos, me dio una bragas, un sujetador y una chilaba para ponerme así como unas sandalias de medio tacón, me mando sentarme y procedió a pasarme un cepillo por el pelo, al mismo tiempo que me decía. - Fatine, nunca he visto a una joven tan hermosa como tú, serás la admiración de los hombres. Luego me maquillo, marcando la línea de los ojos, los labios con un tono rosa pálido y un poco de colorete y me acompaño a un salón. CONTINUARA

martes, 21 de junio de 2016

FERNANDA Y SUS AMIGAS

Ya han pasado varias semanas desde que vivimos juntos con Fernanda, Irina y Tanya, nuestras vidas han cambiado enormemente, tener una relación de a cuatro, en ocasiones a ha sido más difícil que lo normal, pero en la mayoría, más gratificante. Tener la posibilidad de vivir lo mejor de ambos mundos, es realmente increíble. En una ocasión, al llegar después del trabajo, encontré a Fernanda sentada en el sofá, sollozando, con cara de pena. Me acerco, la tomo por la cintura, ella pone su cabeza en mi hombro y, entre suspiros, me dice: - Nunca pensé que esto me pasaría, ..., me enamoré de ti... Sigue, suspirando, cada vez con más pena, durante algunos momentos pude ver cómo le caían algunas lágrimas. - Tener que compartir al hombre que amo, por mi decisión, en mi propia casa, y sin tener tiempo para tenerte para mi sola, no me está haciendo bien. Casi se me parten el corazón estas palabras, yo también tengo sentimientos por ella, pero al mismo por las demás chicas. En ese momento no podía elegir, no por que tuviera algún miedo, si no que, la situación que estaba viviendo era casi soñada. Luego de unos segundos, la abrazo con fuerza, nos damos un beso apasionado, la tomo entre mis brazos, nos seguimos besando, ella me acaricia, mientras la llevo a nuestra cama. Al llegar, la pongo con suavidad en la cama, sin dejar de besarla, mientras le quito la ropa, le acaricio su cuerpo, me demoro en sus hermosas tetas, producto de mi locura y desea, sigo acariciando y besando su cuerpo, mientras termino de desvestirla. Le saco su pequeña tanga, con una mano, la siento gemir de placer, con la otra le tomo el pico, la masturbo con suavidad, mientras le chupo el pico y las bolas. La siento gemir con más intensidad, si chupando y jugando con ese hermoso pico, me atrevo un poco más, mientras sigo besando sus piernas y suavemente le doy la vueltas, sin dejar de masturbarla. Le meto la lengua en su culito, a la vez que con fuerza agarro sus hermosas nalgas, su cuerpo se retuerce, ella empieza a temblar de placer, mientras me grita con fuerza: - No pares!!! Sigue, métemela!!! Por favor te imploro, métemela!!! La giro nuevamente, la levanto suavemente, acomodo la punta de mi pico en la entrada de su culito, al principio, se la meto con suavidad, la dejo reposar unos segundos para que se acostumbre (a pesar de todo, tiene el culito más apretado que jamás me he comido), sin mediar aviso, se la meto de un solo golpe, Fernanda gime de placer: - Aaaaaaaaaaaaaaaaah!!! Me partes en dos!!! No pares, sigue, sigue... Empiezo un vaivén intenso, con mucha fuerza, me vuelve loco ver como sus tetas se balancean de un lado al otro, mientras sigo metiéndosela cada vez con más fuerza. Mientras ella sigue gimiendo de placer, la pajeo con una mano, con la otra le acaricio sus tetas, gime cada vez con más fuerza, a lo que me dice: - Amor, voy acabar, sigue, estoy acabando aaaaaaaaaaaaah!!! Salta un chorro enorme de semen que queda sobre mi abdomen y sus piernas. Siento como su cuerpo se relaja, pero a mi aún me faltaba y quería llenarla con mis jugos. De un solo golpe le doy la vuelta, le la vuelvo a meter, esta vez de un solo golpe, el vaivén, esta vez, es más intenso, siento como las gotas de sudor de mi cuerpo caen sobre su espalda, mi cuerpo empieza a temblar de placer: - Estoy a punto de acabar, mi amor, que delicia!!! - Le grito. A lo que ella responde: - Amor, lléname entera, inúndame con tu semen!!! Apenas controlo una descarga enorme, hace mucho tiempo que no gozaba de esa manera, mi semen salió de su cuerpo de manera explosiva. Chorreando sus piernas, dejándome todo mojando, ambos, finalmente nos recostamos abrazados, exhaustos. Antes de poder decir palabra, Fernanda se abalanza sobre mí, me besa, y luego se dirige a mi pico, para limpiarlo con su lengua, antes de recostarse sobre mi pecho, de manera cariñosa y dulce. Mientras me sigue acariciando el pecho, esta vez de manera tierna, levanta la mirada y me dice: - Necesitaba esto, sé que tengo que compartirte, pero necesito que me des atención, necesito saber que eres mío. Necesito que me lo recuerdes de tanto en tanto. Yo le beso la frente, le hago cariño en su cabeza, y le respondo: - Esta es una situación anormal, lo entiendo, y me es difícil tener que lidiar con esto, en ocasiones. Pero te prometo hacerte sentir especial, como tú te mereces, cada día, cada vez que estemos juntos. - Te prometo, darte lo que me pides, cada vez que lo necesites o lo desees. Fernanda sonríe, nos besamos nuevamente. Nos quedamos abrazados en la cama por un par de horas, hasta que suena mi celular, eran Irina y Tanya, llamando para decirnos que se habían retrasado con unas compras, pero ya iban camino a la casa. Con Fernanda decidimos limpiarnos, las chicas decían que demorarían cerca de 30 minutos, por lo que nos fuimos juntos a la ducha, nos abrazamos bajo el agua, mientras seguíamos acariciándonos, nos excitamos al mismo tiempo, nuestros picos se enlazaban como dos espadas, Fernanda me pide que se la chupe, me arrodillo y lo hago. Ella me acaricia la cabeza, mientras yo sigo chupando, lamiendo sus bolas, mientras le meto un dedo en su culito. Fernanda, nuevamente entre gemidos, dice: - Quiero metértela, quiero darte el mismo placer que me diste, ..., aaaaaaaaah!!! Date la vuelta, no quiero acabar en tu boca, déjame acabar en tu culito, aaaaaah!!! Levanto la mirada, la dejo hacer, estaba deseoso que me la metiera nuevamente, me levanto, apoyo mis manos contra la pared, levanto mi culo, mientras ella entra de golpe, se mueve con pasión, siento sus bolas chocando contra mi culo, mientras gemimos juntos: - Que culito más rico!!! - grita Fernanda - Que delicia, sigue moviéndote como la putita que eres!!! - Métemela con fuerza!!! - le digo - Aaaaaaaaaaaaaaaah!!! Ella me la sigue metiendo con fuerza hasta que la siento acabar en mi culo, llenándome de sus semen caliente. A esto se da la vuelta, me tira en la tina y se sienta sobre mi pico, mientras grita de placer: - Aaaaaaaaaaaaaaaah!!! Soy tu puta, tu eres mi machooooooooooooo!!! Sigue metiéndomela, estoy a punto de gozar de nuevo, inúndame, rásgame, párteme en dos!!! Aaaaaaaaaaaaaaaah!!! Nuevamente acabo con fuerza, la lleno de semen, Fernanda cae rendida en mi pernas, apenas tenemos las fuerzas suficientes para podernos nuevamente de pie y vestirnos. Nos vamos a la sala, donde prendemos el televisor, mientras esperamos a las chicas. Al cabo de unos minutos ellas llegan, riéndose, mientras nos cuentan que habían aprovechado una gran liquidación de una conocida casa comercial y compraron regalos para todos. Irina toma a Fernanda por la mano y le pide que la acompañe a la pieza, se acerca al oído de Fernanda, le dice un par de palabras, se besan y se van a la habitación. Tanya, a su vez, se sienta a mi lado, me besa y me dice: - Quieres que modele para ti? Compre muchas cosas lindas. Muevo la cabeza en señal positiva, mientras Tanya se desviste de manera erótica, moviéndose como una putita, como mi putita rusa, primero se pone una pequeña tanguita, luego un sostén transparente, camina de manera sexy, se me acerca, antes de llegar mí, se arrodilla, llega gateando, me saca el pantalón de golpe, mientras me la chupa (no sabían si podía aguantar una tercera vez seguida, pero de seguro tenía que dar mi mejor esfuerzo), la tomo por la cabeza, guío sus movimientos. Apenas siento acabar, la detengo, la siento en el sofá, le saco su tanguita, para meter mi lengua en su, perfectamente lampiña, vagina. Se la lamo cada vez con más intensidad, como si quisiera penetrarla con mi lengua, ella responde retorciéndose de placer: - Aaaaaaaaaaaaaah!!! Estoy gozando, estoy gozando!!! No pares!!! Aaaaaaaaaaaaaaaaah!!! La siento gozar en mi boca, mientras sigo aumentando la intensidad de mis lamidas. Casi me implora que se la meta, me recuesto en el sofá, le levanto una pierna mientras se le meto con fuerza, la siento gemir, gritar, estremecerse de placer: - Así, así, no pareeeees!!! Cambiamos posiciones, se monta sobre mí, cabalga con locura, sus movimientos son cada vez más intensos, cada vez mayores. La pongo de cuatro, mientras se la meto, intercambiando agujeros, entre la vagina y el culo, ella vuelve a gemir: - Me voy de nuevo, me vooooooooooooy!!! Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!! Yo tambien estoy listo, y me sumo al grito: - Me estoy yendo, acabamos juntoooooos!!! Aaaaaaaaaaaaaaaah!!! Ella me pide que le llene la vagina con mi semen, cosa que hago, llenándola, nuevamente suelto una descarga enorme, con tanta fuerza que mi semen se escapa de su vagina, chorreando sus piernas y las mías. Me quedo recostado sobre su cuerpo, con mi pico aún en su vagina, exhaustos, pero satisfechos luego de vivir un placer enorme. Luego de unos instantes nos vestimos, en eso llegan Irina y Fernanda, abrazadas y riéndose. Irina me regala una sonrisa mientras me dice: - Veo que te gusto la ropa que compró mi hermana, parece que la disfrutaron igual que nosotras. Nos reímos los cuatro, nos vamos a la cocina a preparar la cena. Mientras nos reímos y abrazamos, seguimos jugando entre nosotros, mientras yo preparaba la cena, Irina me la chupaba, en una ocasión mientras Tanya lavaba los platos, llego Fernanda y se la empezó a meter por el culito, Tanya ya no daba más de placer, cuando yo la tomé y se la metí de golpe en su vagina, Tanya gemía como loca al tener sus dos hoyos llenos, seguimos así hasta que gozó como loca, casi se desmaya del placer. La dejamos recostada sobre el piso, cuando levanto la mirada y veo a Irina, de cuatro, abriendo sus culito con las manos, pidiéndome por favor que se la meta. No tuvo que pedirlo dos veces, llegue casi que dé un salto, me clave en ese culo hermoso metiéndola y sacándola casi que con violencia, ella levanta su culito un poco más, Fernanda se acerca por mi espalda, me acaricia el culo, yo solo la miro y muevo mi cabeza, en señal de consentimiento, Fernanda me lame el culo mientras yo se la meto a Irina. Luego me la mete a mi también, quedo en el medio de las dos, hace tiempo no tenía tan hermosa sensación, Fernanda goza casi de inmediato, llenándome el culo, mientras yo hago lo mismo con Irina, que se retuerce de placer: - Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!! Que deliciaaaaaaaaaaaaaaa!!! Aaaaaaaaaaaaaaaaaah!!! Tardamos en recomponernos. Luego de hacerlo, aún desnudos nos fuimos al sofá, encendimos el televisor, en un momento nos miramos, todos exhaustos pero satisfechos. Nos reímos y nos recostamos, hasta quedarnos dormidos, ansiosos por un nuevo amanecer, y las nuevas aventuras que nos esperan,... juntos.