lunes, 24 de junio de 2013

UNA HISTORIA INTERESANTE



Los tres estaban desayunando en la cocina cuando Andrés se levantó de pronto y dijo que se iba o si no llegaba tarde. Angel y Víctor solo se despidieron y continuaron hablando tranquilamente hasta que Víctor, viendo que Andrés ya se había ido, dijo:

-Raba una pregunta ¿el cumpleaños de Andrés es en una semana verdad?

-Sí. Exactamente en una semana –respondió Angel masticando su pan con nutella

-Aun no se que regalarle –admitió Víctor preocupado.- No sé muy bien que le guste. Sé que le gusta el futbol y pensé en regalarle una camisa del Real Madrid, pero sé que tiene muchísimas así que eso no vale la pena.

-Hablemos de eso en el carro. Mira la hora Vito –dijo Angel levantándose y poniendo los trastes del desayuno en el fregador. Víctor hizo lo mismo y ambos tomaron sus bolsos y salieron de la cocina. Cuando entraron al carro, Angel prosiguió.- Yo tengo su regalo hace meses, pero está en mi cuarto. Lo que debes saber de Andrés es que no le gustan muchas cosas y eso complica mucho si se le quiere regalar algo. Puedo decir, sin miedo a equivocarme, que soy la única persona que lo conoce a profundidad y por eso se más o menos que regalarle –se quedo pensativo un rato antes de hablar otra vez.- Hagamos algo: en la noche cuando llegues te muestro lo que le vas a regalar.

-Me parece bien. Lo puedo comprar mañana y lo guardo hasta el día de…

-No me estas entendiendo Vito –interrumpió Angel.- Te voy a dar lo que yo le voy a regalar para que tu se lo des.

-No Raba ¿Cómo crees? –dijo Víctor.- ¿Qué le vas a regalar entonces? No puedo aceptarlo, en serio.

-Es mejor así Vito. No te ofendas por lo que te voy a decir, pero tú jamás llegaras a conocer a Andrés completamente y puedo decir que él jamás podrá conocerte a ti tampoco.

-Bueno, eso es cierto –admitió Víctor.- Aunque vivimos en la misma casa, solo hablamos lo estrictamente necesario.

-Exacto. Si no hubiese pasado eso el día que los presente, probablemente nunca más se hubiesen visto.

-Es verdad. Ese día fue muy bueno. Pasaron cosas interesantes –y dibujo una sonrisa cómplice en su rostro.- Bueno Raba, ya llegamos. Hablamos en casa –y chocaron los puños antes que Angel saliera.- ¿A qué hora vengo por ti?

-Hoy es martes –le recordó Angel ya fuera del vehículo.

-Ah cierto. Entonces nos vemos en casa cuando yo llegue –cerró la ventana y se fue

Como en todas las materias que veía Angel, Ladilla Publica estaba dividida por unidades y en ese momento estaban en la tercera unidad (metodología de la investigación) y esta estaba dividida en dos partes: la actividad extramural y una parte teórica.

La actividad extramural estaba dividida, a su vez, en dos partes: actividad en un ambulatorio y seminario en una escuela cerca de este. Las primeras cinco semanas serian en el ambulatorio y las otras cinco harían los seminarios en la escuela a niños de diferentes grados.

En este momento se encontraban a mitad de los seminarios en la escuelita y casualmente, esta quedaba a cinco cuadras de la escuela de medicina. Estaba pensando en el tema de exposición que debía darles hoy a los niños de 6to grado (Infecciones de Transmisión Sexual o ITS), cuando se fijo en dos personas que se acercaban a él.

-Hola Angel –le saludo un chico muy alto estrechando su mano

-Hola Arturo –le respondió Angel

-Hola Angelito –saludo una muchacha regordeta y bajita dándole un beso en la mejilla. Tenía un montón de laminas enrolladas en una mano.- Aquí tengo nuestra expo –dijo alegremente

-Hola Andrea –le saludo Angel ayudándola con el montón de láminas.- Gracias de verdad por esto. Admito que no soy muy bueno dibujando

-Yo tampoco –dijo Arturo.- Angel ¿no has visto a Amanda?

-Llegue hace un par de minutos –respondió Angel sin mirarlo. La verdad, es que Arturo le gustaba mucho. Era bastante alto, tenía unos ojos azules muy intensos y su voz era muy masculina, sumamente masculina, pero atrayente. La primera vez que lo escucho, Angel tuvo una erección nada mas de imaginárselo desnudo y en su cama y la verdad Arturo tenía unos brazos musculosos. “definitivamente soy una zorra sin remedio” –pensó Angel

-Ahí viene –dijo Andrea señalando a una joven delgada que se bajaba de un autobús. Cuando los miro a los tres se dirigió a ellos y los saludo a todos con besos en las mejillas.

-Hay muchachos de verdad disculpen. El tráfico es horrible y me quede media hora metida en un embotellamiento muy feo.

-No te preocupes –le dijo Angel.- Yo mismo que vengo en carro particular, llegue hace unos cinco minutos. La verdad el tráfico en esta ciudad es horrible. Bueno, ya que estamos aquí, deberíamos irnos ¿no? La profesora debe estar esperando.

Y los cuatro empezaron a caminar hacia la escuela que quedaba no muy lejos de ahí. En el camino repasaban en voz alta todo lo que tenían que explicar. Su exposición se basaba en cómo prevenir infecciones sexuales, explicando cada una de las enfermedades y su método de contagio. Llegaron al colegio y se encontraron a otro grupo que estaba encargado del ambulatorio, pero como todos eran compañeros desconocidos, solo intercambiaron saludos. La profesora salió de la escuela y los miro con reproche antes de mandarlos a cada uno a sus respectivas funciones.

Cuando Angel estuvo en el ambulatorio se divirtió mucho ayudando a los médicos de los departamentos a suministrar tratamientos a los pacientes. Su día favorito fue cuando le toco la planta de pediatría y ayudo a suministrar vacunas a toda clase de bebes, desde recién nacidos hasta niños de tres años. La doctora que estaba ahí se reía con él cuando imitaba la voz de un bebe al momento de suministrar vacunas, para calmarlos y si el niño lloraba, Angel lo cargaba con mucho cuidado y lo ponía en su pecho hasta que se calmara. Le gusto tanto, que a la semana siguiente convenció a su profesora de dejarlo de nuevo ahí.

Angel tenía una debilidad por los niños. Le gustaba muchos ver en ellos esa mirada de inocencia y dulzura de la que carecían los adultos y escuchar esa vocecita balbuceando palabras que nadie entendía era suficiente para calmar su mal humor. Cuando veía a un niño, siempre recordaba a su hermanito y sonreía tontamente durante un buen rato.

Recordaba todo esto, mientras le exponía a un montón de pre-adolescentes como deberían cuidar sus vidas, y sabia que ninguno de ellos les haría el menor caso. Diariamente, veía en las noticias a niñas de trece, catorce y quince años, embarazadas por no cuidarse, además también veía a jóvenes que se dedicaban a la mala vida y terminaban muertos antes de llegar a los veinte años.

Cuando termino todo, y luego de despedirse de sus compañeros, Ángel tomo un taxi para ir a su casa. Cuando llego, llamo a una amiga muy especial.

-Hola Denise, amor, ¿Cómo estás? –saludo cuando le respondieron del otro lado.

-Hola Angelito –le respondió una voz sumamente femenina,- hace tiempo que no se de ti.

-Eso es porque he estado muy ocupado amor. Pero hoy necesitare de tu ayuda. ¿Crees que puedas estar en mi casa a eso de las tres de la tarde?

-Por supuesto Angelito –respondió la voz.- Hoy no tengo ningún cliente así que puedo ir. ¿Qué vas a querer para hoy?

-El paquete completo. Estoy muy tenso y necesitare que te enfoques en relajarme. Te espero a las tres. Adiós amor –y colgó.- ¡Tía! –grito muy duro

-¿Qué pasa? –le respondieron desde la cocina.- ¡Estoy viendo mi novela Angel! Ven aquí y dime qué quieres –Angel se dirigió allá y la encontró comiendo sentada en la mesa y viendo una de esas novelas mexicanas que tanto le gustaba.

-¿Y mi almuerzo? Me muero de hambre –pregunto. Su tía se limito a señalar a la nevera

-El envase azul cuadrado. Ese que tiene una tapa. Apúrate y ven a comer conmigo. ¿Por qué llegaste tan tarde?

-Me tomo más tiempo terminar con las exposiciones de hoy –explicó Angel metiendo su almuerzo en el microondas.- Es increíble lo bruto que pueden ser algunos estudiantes. ¡Teníamos que repetirle las cosas dos o tres veces! ¿Qué coño aprenden en los colegios?

-En mis tiempos la gente si aprendía de verdad –comentó su tía sin dejar de mirar su novela.- No como ahora que ninguno aprende nada, ni siquiera a respetar a los adultos. Hace unos días, cuando estaba de compras, vi como un niño de no más de diez años le gritaba a su mama y le decía unas groserías que ni siquiera sabían que existían

-Bueno, eso ya es… -se interrumpió por el ruido del microondas y saco su comida-… ya es culpa de los padres tía. No estoy de acuerdo con el maltrato infantil, pero si pienso que de vez en cuando es bueno darles un par de nalgadas –se sentó al lado de su tía y empezó a comer

-Exacto. Es bueno darles unos buenos escarmientos para que aprendan –concedió su tía. Angel solo se encogió de hombros, pues tenía la boca llena y no podía hablar. –Tal vez por eso mis hijos son de esa manera. Todos unos irresponsables –susurro negando con la cabeza

-Eso no es culpa suya tía –la animó Angel- usted los crió lo mejor que pudo, si ellos son así, no es su culpa. –terminó de comer y llevó al fregador su plato para lavarlo e irse a tomar un baño

-¿No estarás pensando en bañarte verdad? –le preguntó su tía sin dejar de mirar su novela. Angel solo hizo una mueca muy discreta. Era increíble como esta mujer le conocía alguna de sus mañas.

-“Gracias abuelita por informarle de todas mi mañas” –pensó para sus adentros Angel.

-Es un baño rápido –dijo Angel en voz baja.- Después dormiré un par de horitas. ¿Podría hacerme unos brownies antes de irse? –Su tía asintió distraídamente- Ah… tía, Denise viene como a las tres, si por casualidad estoy dormido cuando llegue, despiérteme –y se fue de la cocina

Entró a su cuarto, puso su bolso en el escritorio, se sentó en la cama y empezó a desnudarse. Doblo toda su ropa usada y la puso en el cesto de ropa sucia para que su tía la lavara el viernes, luego, se paseo desnudo por su cuarto y se fue al baño. La ducha fue rápida y reparadora. Se acostó en su cama aun mojado y se entregó al sueño que siempre le venía a esa hora.

Sintió que alguien lo zarandeaba delicadamente unos segundos después de acostarse. Su tía lo despertaba llamando en voz muy alta.

-Despierta coño –lo llamaba su tía.- Aun no aprendes ¿verdad? ¿Cuántas veces te he dicho que no debes dormir con la toalla puesta después de bañarte? Un días de estos te enfermaras Angel –lo regañó.- Ya me lo decía mi hermana “Angel tienes mañas raras y nunca he podido corregirlo”

-Dormir con la tolla puesta no es… -se dio cuenta de algo: ¡estaba desnudo! La toalla se movió y el estaba estirado con las piernas abiertas y desarropado en su cama ¡y su tía lo veía completamente desnudo! A tiendas busco la toalla pero se dio cuenta que su tía la tomo y la puso en la percha de la puerta del baño. Se puso rojo de la vergüenza.

-No me digas que te da pena mostrarme tu piripicho Angel –comentó su tía divertida buscándole un short en el armario. Angel se sentó en la cama y se tapo con las manos.

-Sabe que siempre he sido muy pudoroso –respondió aun rojo de la vergüenza. Su tía le trajo el short y él se lo puso rápido.

-Al menos no lo tenias parado –dijo su tía riendo.- Eso si sería muy incomodo –y empezó a reírse bastante fuerte

-¡Tía! –Exclamó Angel aun mas rojo.- ¡No diga eso vale! ¡Me da vergüenza!

-Es muy normal que a los hombres se les alborote el piripicho mientras duermen Angel –dijo su tía muy divertida.- Además, que no te de pena. Según recuerdo, hace unos años cuando te dio la peritonitis yo fui una de las encargadas de bañarte en la clínica ¿recuerdas?

-Eso fue por pura necesidad tía –respondió Angel en voz baja más incomodo aun.

-No sé porque te da pena –dijo su tía riendo.- Cuando tenias dos años, recuerdo bien un día cuando estabas corriendo por la casa de tu mama y no querías que te cambiaran el pañal. Ernestina y yo no podíamos parar de reírnos –su tía metía el dedo en la llaga.- Aunque debo admitir que creció bastante desde aquel día eh –y siguió riendo. Angel la veía con mala cara

-¿Ya llego Denise? –preguntó Angel cortante mientras su tía aun se  reía con ganas

-Sí. Llego hace una hora, pero me dijo que primero acomodaría su equipo en el baño grande y cuando termino, le invite a una taza de café y le dije que si podía hacerme un masaje de hombros. Fue delicioso, me siento muy relajada. Ah, y le dije que te lo cobrara a ti, que no te importaría.

-Abusiva –le dijo Angel. Pero no era un reproche, se lo dijo en un tono de complicidad.- ¿Me hizo los brownies como le pedí?

-Sí, hace como diez minutos que están listos. Aun deben estar tibios, me voy a llevar dos ¿no te molesta verdad? –Angel negó con la cabeza.-Recuerda esperar a que estén bien fríos para meterlos en la nevera. Yo ya me voy. Nos vemos mañana sobrino. Dios te bendiga –y salió del cuarto. Angel la siguió.

-¿Alguno de los muchachos llegó ya? –preguntó Angel mientras llegaban a las escaleras

-No. Víctor llamó para preguntar si habías llegado y cuando le dije que estabas dormido me pidió que te dijera que llegaba tarde porque salía con Mercedes hoy a comer por ahí y Andrés debería estar llegando dentro de una media hora más o menos.

-¿Víctor me dejo un mensaje y a usted se le olvido decirme? –le reprochó Angel mientras bajaban las escaleras

-Estaba muy ocupada burlándome de ti –su tía se encogió de nombres.- Además, lo anoté en la nevera para que lo vieras luego –le sonó su celular.- Ya Vicente esta fuera esperándome. Chao sobrino –y salió de la cocina rumbo a la sala. –Hasta luego Denise, linda. A ver cuando vienes de nuevo para que me des ese rico masaje de nuevo –escuchó Angel que decía.

-Un placer señora Margarita

Dos segundos después una joven entraba a la cocina. Alta, esbelta, rubia, con un cuerpo de quinceañera y unas lindas tetas de tamaño medio, Denise era el deseo de muchos hombres, pero la realidad de pocos. Cuando llegó a donde estaba Angel, le dio un beso en la boca que este respondió con total entrega. Sus labios sabían a fresa.

-¿Fresas? Que rico –dijo Angel separándose un segundo y besándola de nuevo. Era un beso lleno de pasión y solo se lo daba a Denise, por ser una chica muy especial y sumamente cariñosa con él.

-Ay Angelito… eres tan lindo y tierno como todo homosexual debe ser, pero al mismo tiempo eres tan masculino que una no puede resistirse a ti –le dijo Denise con su vocecita femenina cuando se separaron acariciándole la cara

-Y tu eres tan… encantadora Denise -le respondió Angel tomándola de las manos.- Tal vez deberíamos ir arriba para que me vuelvas loco con esos masajes que das tan ricos –y la jaló para salir de la cocina e ir al baño grande.

Subieron las escaleras rápidamente y caminaron por el pasillo aun más rápido.

Cuando llegaron, Angel se fijo que estaba la camilla plegable donde Denise daba masajes a domicilio. En una mesita, también plegable, estaban todos los aceites que Denise usaba para dar un masaje más placentero. Tenia de todo, desde olorosas fragancias hasta cremas para reafirmar la piel. A Angel le encantaba un gel que olía a fresas que era un excelente lubricante para cuando Denise le hacia un masaje en su ano.

Angel se quito el short, se acostó boca abajo y espero a que Denise empezara. Ella siempre colocaba música relajante para poner un ambiente más erótico.

Empezó acariciando toda la espalda de Angel con su mano hasta llegar al inicio de sus nalgas, para después subir y llegar de nuevo a su cuello en donde vio algunos pequeños nudos. Angel solo dio un quejido.

-Veo que alguien necesita una dulce caricia en esta zona –le dijo Denis al oído. Angel sentía sus tetas en su espalda, parecían dos suaves balones.

-Es por eso que llame a mi masajista preferida. Para que me de dulces caricias en algunas zonas –respondió Angel.

Por toda respuesta, Denise le aplicó una generosa cantidad de ese gel sabor a fresas en la espalda y dio suaves movimientos en la zona de los nudos hasta que sintió como se relajaban los músculos. Angel solo sentía placer y más placer. Después de unos diez minutos, Denise movió sus manos por toda la espalda aplicando más gel y acariciándolo hasta el inicio de sus nalgas y de regreso a su cuello. Luego de un rato, decidió ir por su brazo derecho que era el que tenía más cerca hasta llegar a la palma de su mano, en donde se entretuvo un buen rato hasta que se fue al otro brazo.

Angel sentía como si su cuerpo flotara y solo estaba empezando. Definitivamente, esta chica era experta en su trabajo.

Paso a su brazo izquierdo en donde repitió la operación hasta llegar a su mano, después se dirigió a su pie izquierdo y empezó a masajear la planta del pie y los dedos tocando puntos de placer para que Angel gimiera. Siempre le gustaba hacerles eso a sus clientes especiales.

-Uf… que rico todo eso oh, mierda… -gemía Angel

-Disfrútalo cariño

-Me estas provocando y después te va a tocar calmar lo que tengo entre las piernas –la amenazó Angel. La chica solo una risotada

Siguió masajeando los pies de Angel antes de empezar con sus piernas y los muslos hasta llegar, de nuevo a sus nalgas. Ahí, busco más gel y se lo aplico en las nalgas para empezar a masajearlas y separarlas para ver su ano rosado y meter un dedo lleno de gel hasta el fondo. Angel sintió un escalofrió por todo el cuerpo cuando la chica toco su próstata.

Metía y sacaba el dedo lentamente mientras sentía como este era apretado por Angel, luego de un rato metió dos dedos y empezó a girarlos y separarlos dentro cuando los metía todo. Mientras, con la otra mano acariciaba la planta de sus pies para darle más placer. Angel solo cerraba los ojos por el placer que estaba sintiendo.

Duro unos minutos así hasta que Angel movió su mano izquierda para meterla en el mono que llevaba Denise y encontrarse con una verga de 18 cm y 5 cm de grosor en total erección.

-Parece ser que yo no soy el único que está caliente aquí ¿eh? -comentó Angel haciéndole un suave paja.- Desnúdate amor, anda.

La chica le saco los dedos y empezó a desnudarse. Su piel era blanca, lisa y muy suave. Sus tetas eran de buen tamaño sin exagerar y su cintura podía ser la envidia de cualquier jovencita en la calle. Pero a Angel solo le interesaba lo que aun tenia a agarrado con su mano y no soltaba por nada del mundo. Una verga blanca como su dueña y muy gruesa.

Angel se colocó boca arriba y dejo ver su erección para que Denise empezara a trabajarle todo el frente de su cuerpo.

Denise empezó con su cuello, luego con su pecho, uno por uno, con ese gel que tanto lo gustaba a Angel, mientras este le hacia una suave paja. Ambos estaban bastante excitados. Cuando Denise llegó a su verga, empezó una paja para después metérsela en la boca hasta el fondo. Angel separó un poco sus piernas y Denise entendió el mensaje: le metió dos dedos hasta el fondo mientras le propinaba una honda mamada. Angel la soltó y empezó a gemir con fuerza moviendo su pelvis de arriba abajo para metérsela en la boca y al mismo tiempo sentir los dedos entrar y salir de su culo.

-Cariño… siéntate por favor –pidió Angel con esa voz dulce y excitada que tanto le gustaba a muchos. Sintió un olor particular y ya conocido y su rostro dibujo una sonrisa cómplice.

Denise se sacó la verga de la boca y le sacó los dedos del culo para sentarse en él. Se montó en la camilla y coloco sus piernas a los costados de Angel, puso su culo a la altura de su verga y se clavo lentamente gasta el fondo. Cuando la tenía toda dentro, dio un suspiro de gozo y empezó a subir y bajar lentamente con los ojos cerrados.

-¿Se divierten? –preguntó Andrés en voz alta desde la puerta. Denise del susto cayó pesadamente y se clavó toda la verga de Angel. Angel solo soltó una carcajada, la tomó por las caderas para que no se levantara y miró hacia la puerta

-No tienes idea de cuánto –le respondió Angel. Denise se puso roja de la vergüenza.

-¿Desde cuándo estas ahí? –pregunto muy asustada y sorprendida

-Está ahí desde que te dije que te sentaras cariño –respondió Angel.- Puede que haya tenido los ojos cerrados, pero su olor es sutil y muy conocido por mí –añadió con una sonrisa cómplice.- Calma Denise, ¡él no te hará daño mujer! Además, no entiendo cómo es que no lo viste. Es increíble lo ciegas que se ponen las personas cuando el placer los embriaga

-Venia a bañarme pero veo que este sitio está ocupado, me voy a tu baño -respondió Andrés entrando al baño tranquilamente y tomando su jabón y shampoo de una repisa.

-A mi no me molesta que te bañes aquí. Sería muy divertido tenerte de espectador mientras ella me da por el culo –bromeó Angel.

-Estoy cansado y solo quiero cenar y jugar en línea un rato –respondió Andrés mirándole las tetas a Denise.-Cuando este aburrido, lo veo en video. ¿Puedo? –pregunto Andrés a Denise señalando sus tetas, pero antes de que ella le respondiera, acaricio una suavemente e hizo una mueca de satisfacción.- Normalmente me gustan un poco más pequeñas, como las de las japonesas –dijo pensativo,- pero estas no están tan mal. Yo diría que son del estilo de Víctor –Denise solo estaba un poco asustada por todo eso. Ella en el pasado había hecho tríos, pero el amigo de Angel la ponía muy nerviosa. La miraba con malicia y eso no le gustaba. Al fin la soltó y comentó:- bueno me voy, continúen ustedes con esto. Me doy un baño y ceno, me muero de hambre –y salió del baño.

-¡No te comas todos mis brownies Andrés! –Le gritó Angel antes de que cerrara la puerta.- Cariño, ¿en donde estábamos? Ah sí en esto -y empezó a mover su pelvis de arriba abajo

-Te dejaré los suficientes como para que no te molestes –respondió Andrés

-Angel… ay… oh… con calma… mira que tú tienes algo muy grueso –se quejaba Denise en cada embestida

-Bájate, te toca darme lo que me gusta –dijo Angel alzándola con facilidad y sacándole toda su verga. Se puso boca debajo de nuevo y le hizo una seña a Denise para que se acostara sobre él. Angel sentía sus tetas en su espalda mientras ella lo penetraba lentamente.- Vamos mujer, más duro –la reprendió Angel poniendo su culo en pompa para clavarse él mismo los 18 cm de Denise.

Ambos dieron un chillido y se quedaron juntos un rato hasta que Denise empezó a embestir a Angel con todas sus fuerzas. Para Angel era delicioso sentir el cuerpo de Denise sobre el suyo propio, entrelazaron sus manos y sus pies estaban uno sobre el otro mientras Denise, que ya se recuperaba del susto, embestía hasta el fondo y con todas sus fuerzas.

-¿Sabes que te digo? Para ser una linda mujercita, tienes la fuerza de un gran hombretón querida –le dijo Angel

-Tú me pones así de caliente amor –le dijo Denise en su oreja.- Tienes un culo muy apretado y calentito.

-Y este momento es todo tuyo. Disfrútalo querida, quiero que me hagas acabar, tu sabes cómo –le dijo Angel en tono lascivo

-Como quieras lindo –respondió Denise y empezó hacer movimientos circulares cada vez que se lo metía todo

Duro unos diez minutos hasta que ninguno de los dos pudo aguantar más y ambos se corrieron Angel en la camilla y Denise en su culo clavándolo a fondo. Se quedaron unos minutos respirando agitadamente hasta que Angel hablo.

-¿Te apetece un baño? Estoy muy sudado y tu también. Bañémonos juntitos como muchas otras veces. Pero solo a bañarnos, no seas tan pervertida –bromeó Angel y ambos se levantaron y fueron a la ducha.

El baño fue rápido. Ambos tenían cosas que hacer y no podían distraerse de nuevo. Luego de bañarse, Angel se puso su short y Denise se vistió, recogió sus cosas salieron al pasillo. Entraron en el cuarto de Angel para que este buscara el dinero de Denise. Una vez que la pago la chica se fue dándole un beso en la boca de nuevo y Angel la acompaño a la puerta para que buscara un taxi. Después que se montó en uno Angel cerró y se fue a la cocina. Encontró a Andrés comiendo y se sentó a su lado.

-¿Te divertiste? –pregunto Andrés

-Mucho. Esa chica es una preciosidad, de verdad –respondió Angel tomando un brownie.

-Me cae bien, aunque es un poco asustadiza –comentó Andrés divertido

-No es ella. Eres tú. Esa mirada inexpresiva y fría que siempre cargas, junto con esa sonrisa maligna, asusta a muchos. Estoy seguro que hasta Alejandro te teme.

-No me interesa lo mas mínimo lo que el llorón piense. Por mi se puede ir a la mierda

-Oye, mira que él será mi novio. Debes respetarlo –le reprochó Angel. Un segundo después ambos estallaban en carcajadas por ese último comentario. Cuando se calmó, Andrés, pregunto:

-¿Para cuándo será eso?

-Pronto Andrés, muy pronto. Pero por ahora me voy a dormir

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Javier escucho a lo lejos como se abría la puerta y miro aliviado y horrorizado a partes iguales como entraba el encapuchado y bajaba las escaleras electrificadas que una vez lo lastimaron tanto. Sentía que había pasado mucho tiempo desde eso y cada vez se deprimía más. Diariamente perdía la esperanza de que lo encontraran.

-¿Decepcionado porque soy yo Javier? –se burló el encapuchado al ver su expresión

-Por… fa… vor… saca… me esssto ya –rogó Javier y vio para su alivio como el encapuchado apagaba el vibrador y se lo sacaba

-Cuando uno pide un favor y se lo hacen la respuesta es “gracias” –le dijo en encapuchado metiendo el vibrador bajo una llave de agua para lavarlo y luego ponerlo en el armario.- Veo que la zorra de tu mama no te enseño modales. Que desgracia.

-No te metas con mi mama –gruñó Javier

-“No te metas con mi mama” –se burló el encapuchado con voz infantil.- Creo que ya va siendo hora de que me deshaga de ti. Hace tiempo me aburriste Javier. Pero es mejor hacerlo en un par de días, hasta que pueda traer a tu reemplazo aquí – se acercó a él y lo desato de la hamaca, lo tomó de las manos y le puso unas esposas. Luego lo llevo a una silla que tenía un dildo más grande y grueso que el que tenia puesto y Javier entendió.

-¡NO! ¡POR FAVOR NO MÁS! ¡BASTA DE ESO! –empezó a moverse con fuerza tratando de escapar

-Cállate –grito el encapuchado dándole un golpe en el estomago y dejándolo sin aire por unos momentos. Aprovecho para sentarlo de golpe en ese dildo y esposarle los pies y las manos a la silla.- Esta vez tu vas a tragar leche de hombre -Javier solo se agitaba con fuerza para escapar pero le era imposible. El encapuchado se bajo la cremallera de su pantalón y le acerco la verga a la boca de Javier metiéndosela de golpe aprovechando que este dio un grito de dolor- Cuidado y la muerdes o te juro que te saco los dientes uno a uno sin la menor de las contemplaciones Javier.

Javier solo se agitaba con más fuerza. Sufría un poco con ese dildo en lo profundo de su culo. Trataba de levantar su pelvis, pero la mano en su pecho y las esposas no lo dejaban. El encapuchado le metía la verga hasta el fondo y eso le daba arcadas. Casi no podía respirar.

Pasaron unos treinta minutos de sufrimiento para Javier hasta que el encapuchado dio muestras de que estaba a punto de acabar y lo hizo en el fondo de su garganta para que no le diera tiempo de escupir nada. Se la metió por última vez hasta el fondo y la dejo ahí hasta que se puso flácida de nuevo y se la saco. Javier estaba a punto de vomitar pero el encapuchado le cerró la boca con un tapón redondeado que saco rápidamente del armario. Tenía una correa que paso por toda la cabeza de Javier y lo apretó para que no pudiera escupir la bola.

-Si te atreves a vomitar pueden pasar dos cosas: uno te tragaras tú vomito de nuevo. Dos; respiraras al mismo tiempo de vomitar y el vomito se irá a tus pulmones y te ahogaras con tu vomito y morirás. Es tu decisión así que de ti depende. –Javier lo miraba desesperado. Apago el dildo, le quito las esposas de los pies y la de las manos se las quito por un segundo para ponérselas en la espalda –así evitare que te quites el tapón de la boca antes que yo venga mañana y te lo quite. ¡Vamos coño, a la jaula!

Lo metió agachado en la jaula y la cerro. Luego se fue dejando a Javier llorando con eso metido en la boca. Le lastimaba la mandíbula pero no podía ni escupirlo y quitárselo. Debía esperar a que ese loco llegara y aun estaba preocupado por lo que le dijo “pronto me desharé de ti”, esas palabras resonaban en su mente a cada segundo.

Hasta aquí este capítulo. Como siempre les agradezco profundamente que lean la historia. De nuevo, los invito a comentar y a dar su opinión. Saludos a todos.

Disculpen la demora, de verdad estas ultimas semanas han sido agotadoras y absorventes.

Un saludo

 Adriangel22



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