miércoles, 31 de octubre de 2012

MI REGALO DE CUMPLEAÑOS

transexuales


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-Te voy a *matar* por esto,- dijo Logan tirando del dobladillo de su falda tímidamente.

-Estoy comenzando a pensar que te ves realmente atractivo,- dijo Cole, mirando a Logan de arriba debajo de una manera que, francamente, era demasiado lujuriosa para ser legal.

Le habría dicho a Logan que dejara de juguetear con su atuendo, pero cada vez que jalaba el frente hacia abajo la parte de atrás se levantaba poco a poco, y Cole estaba disfrutando completamente de la vista. Muy completamente.

-Además, me dijiste que me ibas a regalar lo que yo quisiera,- continuó.- Es, después de todo, mi cumpleaños.

Logan soltó un gruñido y Cole le sonrió travieso.

-Sigo pensando que esta es una idea terrible,- se quejó Logan, prudentemente alisando la pequeña cintura de la falda sobre sus caderas porque la ropa era demasiado corta como para cubrir sus delgadas piernas.

Frunció el ceño cuando vio su reflejo en el espejo, el cual había sido acomodado para el beneficio de Cole.

-Terriblemente fantástica, querrás decir,- corrigió Cole, deslizando su mano por una de las piernas desnudas, pero el otro chico le dio un manotazo.

-No me toques hasta que empecemos,- dijo Logan.

-¿Vamos a seguir con el juego entonces?- preguntó Cole levantando una ceja.

-Dije que era terrible. No que no lo haría,- contestó.

No se había dado cuenta del hecho de que un… *pronunciado* bulto se había formado en la entrepierna del otro chico.

-Eres una muñeca, Logan,- dijo Cole, dándole un rápido beso en los labios.

-No me llames así,- articuló Logan, sin mucha convicción.- Ya me siento como una chica.

-Te vas a sentir más como una cuando sientas mi polla dentro de ti,- dijo Cole, susurrando de manera baja, oscura y dulce, lo cual hizo a Logan tiritar y sonrojarse incómodamente.

-¿Eso es una promesa?- preguntó Logan, un tanto más jadeante de lo que le gustaba, Cole le tomó la cara y le puso gloss de cereza en los labios, haciéndolos más brillantes bajo la tenue luz de la habitación.

-Oh, en absoluto,- dijo Cole y cuando presionó sus dedos sobre la pierna de nuevo, Logan ya no lo apartó.

-Quizás deberíamos comenzar,- dijo, gimiendo y Cole se rió, el sonido resbalando por toda la habitación.

-Tal vez debamos,- dijo Cole. Y después, sedoso:- Ve a la cama. Haremos las cosas de la manera que lo platicamos.

Logan se sentó en la orilla del colchón, pero no se acostó, como debería haber hecho.

-¿Logan?- dijo Cole, su ceño frunciéndose.- Acuéstate.

-Pero, profesor Cole,- protestó Logan, levantando la mirada cubierta con mechones de cabello negro, y eso envió la sangre a toda prisa hasta la polla de Cole; *sabía* que su chico amaba su brillante mirada de ‘cógeme’, miró a través de las suaves hebras de cabello negro.- No quiero que mis zapatos ensucien sus sábanas. ¿Me los puedo quitar?

-Adelante, *señorita* Lerman,- concedió Cole.- Tiene A en Etiqueta por semejante… consideración. Aunque creo que mi cama terminará siendo un desastre, a pesar de todo.

-¿De verdad?- dijo Logan, quitándose sus zapatos negros Mary-Jane, primero el izquierdo y luego el derecho; desabrochando cada uno de los delgaditos cordones y sigilosamente cayendo al suelo; dejando solamente los pequeños calcetines que llegaban hasta los tobillos.- ¿Por qué lo dice?

-Haremos algunas cosas muy sucias sobre la cama, señorita Lerman,- dijo Cole, mirando ávidamente mientras Logan se subía a la cama, se daba la vuelta y gateaba hasta el centro y –oh, joder, *joder*, se había puesto las *panties*; eran realmente delgaditas y con muchos adornos; Cole no iba a durar mucho, así que se sentó. Luciendo un poquito nervioso.

-¿Qué es lo que haremos, profesor?- preguntó Logan, mordiendo su labio inferior.

-Oh, todo tipo de cosas,- contestó Cole.

El labio de Logan estaba muy mojado, rojo y brillante debajo del fuerte agarre de sus blancos dientes. Estaba mordisqueando -¡mordisqueando!- la carne. Y cuando lo dejó ir, se veía simplemente demasiado suave y rojo y flexible como para ignorarlo: estaba rogando para que lo besaran, para lamer una dura polla; hizo que Cole olvidara su inteligente diálogo que tanto había planificado.

-¿Son… cosas malas?- dijo Logan, pestañeando.- ¡No quiero ser mala, profesor Cole! Soy una chica buena.

Y, *oh*, era demasiado bueno en su papel, pensó Cole, una rápido vistazo a la minúscula ropa interior de Logan – apenas un atisbo entre sus piernas, debajo de la falda arrugada.

*Sí*, pensó Cole, mientras Logan se daba cuenta de a donde miraba y se sonrojaba, jalando su falda hacia abajo de nuevo. Demasiado bueno.

-¿Profesor?- preguntó Logan.

-No, no son malas,- dijo Cole, caminando hacia él y frotando su mano sobre una de las rodillas.- La única manera en que pueden ser malas es si no hace exactamente lo que le diga. ¿Cree que pueda hacer eso, señorita Lerman? ¿Puede ser… obediente?

La mano se deslizó hacia arriba, hasta la parte interna de la pierna. Logan miró con sus grandes y brillantes ojos el movimiento de la mano y una expresión sorprendida se dibujó en su rostro.

-Yo… yo…

-¿Señorita Lerman?- dijo Cole, en advertencia.

-S-sí profesor Cole. Seré buena,- contestó Logan.

-Excelente,- dijo Cole, la punta de sus dedos rozaron la polla medio dura de Logan, y sus cejas se levantaron con sorpresa.- Vaya, vaya, vaya, ¿qué tenemos *aquí*?- preguntó frotando con sus dedos la apenas cubierta asta; haciendo que las caderas de Logan se levantaran, presionando la erección contra la mano.

-¡Lo puedo explicar!- dijo Logan.- Yo… es…

-Que chica tan interesante es, *señor* Lerman,- le dijo.- ¿Ha estado escondiendo su polla de mí todo este tiempo?

Palmeó la erección por debajo de la falda y Logan jadeó.

-Señor, por favor no diga… ¡haré lo que *sea*! Por favor, nadie se puede enterar.

-Es un chico terriblemente *malo*, lo sabe, señor L erman, paseándose por ahí con esas faldas tan provocativas; ostentando su pequeño trasero para que todos los chicos lo vean. Todos ellos babean por usted, ¿lo sabía?

-No…- dijo Logan, negándolo, pero Cole no había terminado.

-Seguramente lo debe de saber. Los chicos como usted siempre lo saben.

-¿Los chicos como yo?- preguntó Logan muy, muy inocentemente. Cole casi se lo hubiera creído.

-Sí. Chicos como usted. Verá, usted, señor Lerman, es lo que llamamos un *fácil*. Hace que los hombres jadeen cuando lo ven y luego les niega lo que quieren.

-No, profesor…- trató de decir.

-Apuesto a que esa falda no es tan larga como dicta el reglamento, ¿verdad?- espetó Cole, ignorando las negaciones.- Seguramente la ha modificado para que sea demasiado corta, ¿o no? Porque usted sabe que sus piernas hacen *esto* conmigo.

Agarró la muñeca de Logan y puso la delgada mano sobre la tensa tela de los pantalones, justo sobre el pene, Logan gimoteó y volteó su cabeza, tratando de quitar su mano de esa palpitante dureza, pero no podía. Cole no le dejaría.

-Profesor Cole, ¡me está asustando!- gritó Logan, luciendo rojo y jadeante.

-No tenga miedo, Señor Lerman,- dijo Cole, acariciando una de las mejillas. Logan siempre había sido *tan* bueno sonrojándose.- Lo haré bien para usted. ¿Quiere que su primera vez sea con alguien que le de lo que quiere? ¿Alguien que sepa lo que hace?

-¿Usted… no dirá nada si lo hago?- dijo Logan.- ¿No le dirá a nadie mi secreto si… si me acuesto con usted?

-Ni una palabra,- prometió.

-Oh,- dijo Logan.- Oh, entonces yo… creo que está bien.- Miró a otro lado, tan inocente como podía fingir.- Haré lo que usted quiera profesor.

-Me alegra que coopere conmigo señor Lerman.

Logan no dijo nada.

-Míreme,- ordenó Cole, y Logan lo hizo, el otro chico acunó su cara y lo *besó*, persuadió con su lengua a la boca para que se abriera, y un sonido como de ‘Mmmph’ salió de los labios de Logan e inclinó su cabeza para que tener más acceso. El beso sabía a cereza. Dulce.

-He querido hacerle esto todo el semestre,- confesó Cole.

-Estuvo… muy bien,- dijo Logan y sus pestañas se cerraron con fuerza mientras sus manos se posaban con delicadeza sobre las del Cole.- Nunca imaginé que sería así.

-¿Nunca nadie le había besado antes?- dijo Cole.

-No, nunca,- dijo Logan y lamió sus labios distraídamente.- De verdad me gusto mucho. ¿Haremos… haremos más de eso?

-Naturalmente,- dijo Cole, levantó la cabeza del chico y lo volvió a besar, lo hizo tan duro e intenso que los dos respiraban pesadamente. Logan se había recostado boca arriba y Cole estaba sobre él, entre sus piernas. Apoyaba su peso sobre ambos codos, uno en cada lado de la cabeza, frotando sus erecciones juntas mientras se besaban. Las piernas de Logan se envolvieron alrededor de la cintura, y eso era brillante.

-¿Sabes lo hermoso que eres?- dijo Cole, besando la boca y las mejillas y el cuello y el centro de la frente, al lado de los mechones. No estaba seguro de si seguían con su juego.

-Profesor, no debe…

-Shh. Sé que no debo. Lo quiero decir porque es verdad.

Logan le tomó de la nuca y lo besó, ya no quería escuchar más palabras. Algunas veces (a menudo) Cole se sorprendía de que Logan no pensara que era guapo, no estaba consciente de lo realmente atractivo que era (y no era sólo por su físico, sin importar cuan deslumbrante era); Cole nunca lograba convencerlo.

-Señor Lerman,- susurró Cole mientras balanceaba su pelvis obscenamente sobre el otro cuerpo.- Esto es tan estimulante, me gustaría venirme *dentro* de usted, si le parece, y *no* precisamente dentro de mis pantalones.

-Pero esto me gusta,- dijo Logan.- ¿Me gustará… eso?

-También me gusta esto,- dijo Cole,- pero he estado pensando en correrme dentro de su lindo trasero por mucho tiempo y no quiero esperar más.

La boca de Logan hizo una deliciosa y escandalizada ‘o’ y Cole lo besó, y penetró con su lengua esa calidez entre los labios hasta que Logan gimió.

-Seré cuidadoso con usted,- dijo Cole.- Me aseguraré de que le guste mucho.

-E-está bien,- dijo Logan.- Confío en usted… señor.

Cole se estremeció y el movimiento hizo que sus pollas se tocaran, Logan apretó las sábanas y dijo:

-¡Por favor!

(En este momento, eso era encantador)

-¿Qué quiere?- dijo Cole, apartándose.

-Profesor, usted lo sabe…

-Quiero escucharle decirlo. ¿Qué es lo que quiere que le haga… señor Lerman?

-Quiero tener su polla dentro de mí,- dijo Logan, eso sonaba tan sucio e incluso lo sorprendió a él.

-Bien, entonces,- dijo Cole, moviéndose para sentarse sobre sus talones y haciendo que los pies de Logan se posaran sobre la cama.- Tendremos que hacer algo al respecto, ¿a qué si?

-Oh, sí… por favor profesor,- rogó Logan.

-Tan hermoso,- dijo Cole, pero el otro chico ni lo escuchó, así que no lo volvió a negar.

La falda de Logan se había levantado, su cabello estaba alborotado y el color de sus mejillas no podía ser más rosado, sus labios estaban hinchados, por el amor de Dios, lucía como para comérselo.

Sus piernas estaban completamente abiertas, sus rodillas dobladas en el aire y los pies descansando sobre las revueltas sábanas, y lo que había debajo de la falda ahora se podía ver; sus delgadas panties solamente atadas con un lazo (Cole le había dicho: ‘Son tan de Lolita. Tan femeninas. Las vas a usar también’, y no escuchó las insistentes protestas de Logan detrás de él) había una gran mancha húmeda donde estaba la punta del pene, debido a todo el frotamiento y el movimiento, machando con preseminal; la tela de la ropa interior se torcía peligrosamente entre las redondas y firmes nalgas.

Cole no podía apartar la vista de esa parte.

-Lo quiero, lo quiero,- dijo Logan, Cole se jaló la bragueta lo más torpemente desde que era un puberto y había tenido sus primeras y pocas experiencias en el sexo.

Cole se sacó el cinturón, que se precipito al suelo descuidadamente y la hebilla hizo un *clank* al caer al suelo de madera. Se bajó los pantalones y la ropa interior hasta la mitad de las piernas (no se molestó en quitárselos completamente, no había tiempo) porque Logan dijo:

-¡Oh, Dios, profesor! ¡No creo que eso quepa dentro de mí!- Cole casi gime, eso era tan sexy.

-Oh, cabrá, estoy seguro,- dijo y le bajó las panties hasta las rodillas, no más abajo, quería que Logan *sintiera* como se apretaban y tiraban cuando lo llevara al filo del orgasmo, jaló al chico hasta la orilla del colchón, le dio la vuelta para que estuviera boca abajo. Las rodillas en el suelo y el estómago sobre las colchas.

-Oh, oh,- sollozó Logan, su cara enterrándose en la cama mientras Cole sacaba el lubricante de la mesita al lado de la cama; se embarró el dedo medio y lo enterró en el cuerpo, follándose a Logan con ese largo dígito una y otra vez.

-No creo que dure mucho profesor Cole,- dijo Logan mientras el otro chico introducía un segundo dedo en su cuerpo; las puntas de los dedos rozaban el diminuto y sensible punto que era la próstata.

-Será mejor que aguantes,- dijo Cole, e hizo un movimiento de tijeras en el culo de Logan, ese rosado anillo se estiraba y se dilataba alrededor de los dedos de una manera *fascinante*, por lo que Logan gritó:

-¡Adentro, por favor, métala ya!

Cole derramó un poco más de lubricante en su mano y se embadurnó la erección, poniendo esa botellita a un lado; entonces puso una mano sobre la cintura del otro cuerpo para estabilizarse, y empujó su reluciente y rosada cabeza del pene sobre la entrada de Logan; resbalándose completamente entre las nalgas.

Cole habría tenido que usar más lubricante si esta fuera de verdad la primera vez de Logan (había utilizado mucho en su primera vez con él), de lo contrario, Logan no habría podido sentarse en una semana (no al menos que hubieran ido al médico, o con analgésicos, ¡y no le iba a decir a un doctor lo que había pasado!), pero el cuerpo de Logan se había acostumbrado a ser llenado completamente por esa erección y le gustaba sentir como se enterraba por primera vez, a través de su ano. Le gustaba el continuo y lento ardor de la polla deslizando y empujando y resbalando en su interior; la manera que su culo se tragaba toda la larga longitud: apretando y retorciendo e invadiendo totalmente. A Logan le gustaba así.

-Ya casi eres una chica ahora,- dijo Cole, sus delgados dedos enterrándose sobre las caderas, sus pulgares haciendo pequeñas marcas sobre la base de la espalda baja.- Con tu perfecta y delineada espalda, y ese delicioso ano tuyo tan pequeño y lindo alrededor de mi erección, y tu verga tan dura y grande enterrada en la cama, podrías ser mi pequeña y buena chica tan fácil como mi pequeño y buen chico.

-Tú…- Logan gimió y arqueó su espalda.- No quieres que sea una chica, ¿verdad?- preguntó.

La mano de Cole avanzó con cautela alrededor de la cintura y agarró firmemente la polla de Logan, que estaba atrapada entre la cama y el vientre. Cole acarició la cabeza y la larga vena que recorría todo el pene, los dedos fueron más abajo, hasta los testículos, acariciándolos y frotándolos y acunándolos, Logan gritó.

-¡Porfavorporfavorsí!- se empujó hacia atrás, permitiendo que la dura polla de deslizara hasta el fondo de su apretado ano.

-Tú. Eres. *Mío*- dijo Cole, mordiendo la nuca de Logan, y él le contestó:

-Oh, sí, *tuyo*…- sus caderas meciéndose sobre el colchón y encontrándose con las estocadas de Cole, que se vino; Logan hizo un suave y lloriqueante sonido cuando sintió las calientes y húmedas palpitaciones dentro de sí, la polla de Cole se empujó una y otra vez, disparando su semen dentro del apretado lugar con cálidos y blancos latigazos; y, oh, oh, parecía *interminable*, Logan no quería que se detuviera, y gimió cuando la polla fue sacada de su culo, pero el vacío fue inmediatamente reemplazado por tres dedos de Cole, resbalando, buscando y revolviendo el semen en busca de la próstata, una y otra vez, era demasiado, y Logan se corrió. Los dedos de Cole eran tan delicados y pegajosos, Logan gritó su nombre *¡Cole!* y de repente estaba volando. Desvaneciéndose en el aire. Flotando en caída libre. Y los dedos de Cole en su ano fueron lo que lo llevaron ahí.

-Oh, Dios,- dijo Logan, cuando proceso de nuevo.

-Sí,- contestó Cole, poniéndose a su lado.

-Eso fue…

-*Sí*

Después hubo silencio, sus respiraciones ralentizándose, normalizándose.

-Estaba equivocado con respecto a las panties,- dijo Logan, finalmente.

-Lo sé,- le sonrió Cole.

-El juego de roles tampoco fue malo.

-Me alegra que lo pienses,- dijo el otro chico.

-Fue algo raro que me llamaras ‘señor Lerman’,- dijo Logan.- Nunca me habías llamado por mi apellido.

-Eso creo,- dijo Cole, guiñando un ojo. Y eso, oh, era súper coqueto y Logan amaba ese gesto.

Soltó una risita.

-Sí, sí,- dijo.- Déjalo. Feliz cumpleaños, por cierto.

-Bien, pero *todavía* no se acaba,- dijo Cole.- Tenemos unas cuantas horas antes de que ya no sea más mi cumpleaños.- Miró a Logan evaluadoramente.-Súbete las panties.- Ordenó.

-¡¿Qué?!

-Oh, creo que me escuchaste,- dijo Cole, dibujando su más encantadora sonrisa, ¿quién se podía resistir a eso? Por lo menos no Logan.

-Bueno, está bien,- dijo Logan, ni tan cercanamente a lo molesto que quería escucharse.- ¡Pero esta vez me quitaré la falda!

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