lunes, 10 de septiembre de 2012

ME DEJE POR MI PRIMO

Me dejé coger por mi primo

Quisiera compartir mi experiencia gay, fue hace años cuando yo tenía 15 ahora tengo 26,
Por entonces (y aun hoy) tenia inclinaciones bisexuales, en mi intimidad me gustaba travestirme y tenia fantasías con que me dejaba coger y me comportaba como una puta, solía masturbarme frecuentemente pensando en eso y cada vez que me quedaba solo me vestía de mujer usando la ropa de mi madre. Me excitaba muchísimo vestirme así. Fue una vez que mis padres se ausentaron de mi casa por un mes que decidieron que me quede en casa de mis primos para que no este solo. Mis primos eran dos, Daniela y Marcelo mellizos de 17. Mi estancia en su casa fue normal, mis tíos trabajaban y mis primos iban a la escuela, yo solo iba de mañana y mi primo Marcelo hacia doble turno en un colegio técnico. En mi última semana de estancia allí coincidió el viaje de egresados de mi prima, así que yo solía tener unas 4 o 5 horas solo en casa de mis primos. Un día no pude contener mi tentación, me metí en su cuarto y me puse su ropa interior, me encantó ya que era muy sexy, yo tengo un cuerpo menudo y bastante femenino, más aun a los 15 cuando casi ni tenía vello, así que su lencería me quedaba muy linda, me la probé toda y me calenté como nunca, me sentía tan caliente que quería probar penetrarme, busque algo para hacerlo ya que quería algo mas grande que mis dedos, más parecido a un pene real. Fui a la cocina y tome una zanahoria, tomé una grande, era como la pija de un hombre adulto, fui al cuarto, recuerdo como me latía el corazón, el roce de la ropa de mi prima, los breteles del corpiño en mis hombros, la bombacha con encaje, y las dimensiones de lo que me iba a meter en la cola me excitaban muchísimo. Me puse en cuatro en la cama y empecé a jugar con mi improvisado consolador, me lo fui metiendo de a poco y luego todo, me sorprendió que lo pudiera hacer y que no me doliera, el placer y la calentura eran tan grandes que tuve un orgasmo increíble a los pocos segundos. Lo volví a hacer al día siguiente, pero en el siguiente, el anteúltimo día de mi estancia en casa de mis tíos, pasó algo. Yo estaba vestido con un conjunto de mi prima en su cuarto cuando entró mi primo Marcelo y me vio. Había regresado antes del colegio y me había sorprendido. Yo solo atine a cerrar la puerta y después de un rato baje cambiado con mi ropa y con una vergüenza terrible, no podía decir nada y cualquier excusa hubiera sido inaplicable. Pero Marcelo se sentó junto a mí en el sillón y me empezó a hablar que no era para sentir vergüenza y que era normal, me confortó bastante y hasta me confesó que el mismo a veces tenía algunas fantasías gay. Yo me había tranquilizado y asentía sin mirarlo, entonces note que sus brazo en mi hombro ya era una caricia por mi espalda, lo mire y el me miró, tomo mi mano y la puso sobre su pene que estaba erecto. Yo no hacia nada y entonces me besó en la boca. Lo empecé a besar sin saber bien que hacia pero la verdad era que estaba muy excitado, después de un rato Marcelo descubrió su pene y me lo hizo agarrar, era grande y estaba mojado, tocándoselo hasta la base y acaricie su bolas, Marcelo dejó que lo haga y luego me llevó la mano a su verga otra vez indicándome que lo masturbara. Su mano estaba metida en mi pantalón y me acariciaba el culo, el cual yo levantaba para que me lo toque bien, en un momento separo su boca de la mía y me miró, me di cuanta que quería. Me incline hacia delante y me lleve su miembro a la boca, estaba caliente y palpitante, salado, era hermoso chapársela. Con una mano me acariciaba la cabeza y la otra por debajo de mi slip buscaba mi ano. Puse mis rodillas sobre el sillón, quede casi en cuatro, me desabroché el pantalón mientras se la seguía chupando, Marcelo accedió a mi ano y empezó a meterme el anular, lo hacia cada vez más profundamente y a mi me gustaba, me gustaba mucho. Yo puse mis manos en mi entrepierna y me frotaba, Marcelo saco su pito de mi boca y a pocos centímetros de ella empezó a hacerse la paja, sentía su dedo en mi culo y veía su pija  y sus bolas frente a mi, sentía su olor y su gusto y no pude aguantar mas y me corrí, casi al mismo tiempo que Marcelo derramaba su semen en mi cara y mi boca abierta, eyaculó mucho y me tragué su leche después de haber dudado que hacer con ella. Había más fuera de mi boca, colgando de mi barbilla  y en mis labios, yo mientras dejaba que me siga metiendo el dedo, aunque ya había terminado me gustaba. Todavía recuerdo que cuando me fui a lavar me miré en el espejo, vi su semen en mi cara y sonreí, me había gustado mucho. Quedamos que no le diríamos a nadie y no dude de su sinceridad, estaba tranquiloí, cuando al rato vinieron mis tíos estábamos como si nada.
Llegó la noche y como compartíamos cuarto hablamos de lo que había pasado, le conté mis fantasías y el las suyas, obviamente nos calentamos y me dijo que quería hacer algo, que fuera a su cama, fui y me dijo que me pusiera boca abajo, pensé que me quería coger, me asuste un poco por que era virgen y sobre todo por si mis tíos nos descubrían, Marcelo entendió y me pidió si lo dejaba apoyarme, yo también quería y le di la espalda, empezó a manosearme la cola y besarme la nuca, los dos estábamos en calzoncillos y remera, mi primo apoyo su paquete contra mi y a mi me encantó, me puse boca abajo y pare la cola, Marcelo estaba de rodillas entre mis piernas separadas, me metió el calzoncillo como una tanga y me siguió acariciando, me dijo que quería que me toque, y yo accedí, paraba la cola y me la acariciaba, separaba mis nalgas ofreciéndoselas, se acostó sobre mi y nuevamente sentí su pene duro a través del slip contra mi cola, me puso en cuatro y se movía como si me estuviera cogiendo hasta que sentí que su slip se humedecía mientras contenía un gemido, me di vuelta y mientras terminaba de eyacular, le bajé el calzoncillo y recogí con la lengua todo el semen que había en el y en su pene. Le pedí que me hiciera acabar metiéndome el dedo en la cola, lo hizo acostado detrás de mí mientras yo me masturbaba. Quedamos, que como al día siguiente sería mi último día, lo haríamos de nuevo, el vendría temprano otra vez y tendríamos más tiempo y tranquilidad, pero me pidió algo, que me pusiera la ropa de su hermana.
Al otro día lo esperé en bombacha y corpiño, era un conjuntito rojo, chiquito, que me apretaba y se me metía en la cola, cuando Marcelo llego yo estaba en la pieza esperándolo, nos besamos apasionadamente, mi primo se saco toda la ropa menos el slip. Se acostó sobre mi y yo me dejaba tocar donde el quisiera mientras nos besábamos, me acariciaba el pecho y yo sentía el corpiño rozar contra mis pezones y me enloquecía, acariciaba mi culo con firmeza y lo abría, con su anular masajeaba mi agujerito por encima de la bombacha. Yo le acariciaba el bulto mientras lo rodeaba con mis piernas. Nos paramos y me apoyo contra una pared, (esa era una fantasía que yo le había contado) yo puse mis manos contra la pared y paraba mi cola con las piernas abiertas mientras el me tomaba de la cintura y me apoyaba su verga entre mis nalgas abiertas. Quiso que se la chupe y yo lo complací, me dijo que me arrodille y que le quite el calzoncillo. Me arrodille en una almohada y le saqué su única prenda. Quedó desnudo frente a mi con su pito parado en mi cara, lo levantó y me hizo chuparle las bolas, me sujetaba del pelo y luego de un rato me metió su pene en la boca, lo metía y lo sacaba y yo me lo quería comer todo, pero también quería que me apoyara como la noche anterior, así que se lo pedí. Me indicó que me inclinara sobre la cama, yo mantenía las rodillas en el piso mirando hacia la cama y con mi torso sobre ella. Mi primo se puso detrás y empezó a frotar sus genitales en mi cola, sentí como su verga me mojaba los cachetes de la cola y el roce de sus bolas en mis piernas y me encantaba, mordía las sabanas y los dos gemíamos por que ahora nadie nos escucharía. Marcelo frotaba su pene entre mis nalgas que apretaba para que rozasen más su pito y yo no aguanté más.
“Cogeme” me corrí la bombacha ofreciendole mi ano y le repetí “cogeme, metemela,” “quiero que me cojas Marce” “si, si,  te voy a coger, te va gustar vas a ver” “bajame la bombacha”. Mi primo me la bajó hasta la mitad de los muslos y después me mojó el ano con saliva y  también la cabeza de su pene, me apoyó la puntita y empujó, yo me abría el culo con las manos y el cada vez me la metía más. Contuve la respiración cuando pasó la cabeza y luego poco a poco me la metió hasta la mitad. Que placer sentirme así, sentir el pito de mi primo adentro, la fue haciendo entrar toda y yo casi ni podía respirar, entonces se empezó a mover, me dolía pero me gustaba que me cogiera y no decía nada, Marcelo me preguntaba “¿Te gusta? ¿Te gusta? Y claro que me gustaba, me sentía especial, me sentía gay, ahora yo era diferente, me gustaba, me daba emoción serlo. Yo susurraba “si, si, seguí,  cogeme, mmm”  En ese momento quería que me cogiera todo la vida. La excitación se hacia cada vas mayor y ya no me dolía y yo me movía también, mi primo me la metía toda,  me estaban cogiendo de verdad, el orgasmo se acercaba de manera tan intensa que cuando llegó no pude evitar gritar, “ah! ah! Ah! AAAAAHHHHhhy….ay... ah… ah!!!! Mi primo me hizo acabar de una manera como nunca lo había hecho, me había hecho gritar como una mujer y yo estaba extasiado y me mordía el labio mientras el me seguía penetrando, entonces la sacó y me dijo que me acueste boca arriba, me subí la bombacha y lo obedecí y se monto sobre mí, se estaba haciendo la paja bien rápido y con su otra mano llevo la mía a su cola, me indico donde estaba su ano y me dijo “…ahí…mmm…es ahí… metemelo…” lo empecé a penetrar y el dejo de masturbarse, apoyo sus manos en la pared,  su pito estaba enorme y se movía sobre mi pecho. “… Tocame… mmm…ah… metelo más” con mi mano libre le tocaba el culo mientras me pedía que le meta más el dedo.
“ah... ah… Ah…mmm” mi primo se acerco más a mi cara y me la hizo chupar, se vació en mi boca y su leche desbordó por mi comisura pero me trague casi todo, se la seguí chupando largo rato hasta que se le puso dura de nuevo, Marcelo me puso en cuatro patas, me corrió la bombacha a un costado y me cogió por segunda vez, esta vez me decía que era una puta, un perra y que me gustaba que me cojan, y si me gustaba, que me dijera eso y dejarme coger, así en cuatro patas, yo le decía “si, si, me gusta, cogeme, cogeme”. Esta vez Marcelo se vino dentro de mi cola y sentí cuando me la sacó como me chorreaba el semen por las piernas, me había dejado temblando y sentía mi cola muy abierta, mi primo me hizo masturbar así en cuatro patas mientras el me seguía acariciando las piernas, la cola y las caderas. Acabe de una forma tan placentera como la primera vez, me excitaba mucho estar en bombacha y corpiño y que mi primo me viera y me coja.
Así fue la primera vez que me acosté con mi primo, durante dos años tuvimos la chance de poder hacerlo seguido pero luego el se puso de novio y ya no lo volvimos hacer, yo también formé mi pareja y nadie sospecha de mis encuentros homosexuales de entonces y de mis fantasías actuales, creo que ahora ya no me volvería animar a hacerlo pero todavía tengo esos recuerdos y algunas veces me masturbo pensando en ellos o chateando con algún chico en alguna sala gay. Espero que les haya gustado mi experiencia. Un beso. Martín

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