viernes, 21 de septiembre de 2012

MI PRIMERA VEZ VIOLADO

Mi primera vez violado

Esta es la historia de cómo pasé de ser un joven normal de una familia de la alta sociedad a ser una puta callejera. Mi nombre es Sada, y trabajo en moteles donde se me paga bien por hacer toda clase de suciedades. Pero hace algunos años era un adolescente normal, todo un hombre que soñaba con casarse y tener hijos. Me gustaban las mujeres y al entrar en la adolescencia esperaba encontrar una chica con la cual fornicar; pero había algo en mí que me hacía sentir inseguro: era mi cuerpo. Primero, mi pene era muy pequeño y difícilmente se excitaba aunque me esforzara en ello; estaba también el resto de mi cuerpo, desde mi rostro de facciones delicadas hasta mis piernas femeninas, todo era como el cuerpo de una niña. Tenía mucha vergüenza de que mis compañeros o alguna chica se diera cuenta de ello. Una noche en que estaba solo en mi cuarto decidí ver una película porno: en la peli aparecía una hembra vestida de bailarina, ella comenzaba a bailar vallet mientras unos hombres oscuros se movían alrededor de ella. A cada movimiento de ella, ellos se acercaban más, intentando tomarla, cuando la logran sujetar ella intenta zafarse desesperada, pero ellos son más fuertes y la retienen a la fuerza; entonces, uno de ellos lleva su mano al pecho de la bailarina y le rasga el vestido dejando al aire sus hermosas tetas. No tardan en desnudarla por completo y la sirven en una mesa donde empiezan a follarsela. A pesar de que las imágenes me excitaban mi aparato apenas si se ponía duro. Decepcionado, apagué y me acosté a dormir. Pero en medio de la noche soñé con la misma escena; esta vez, era una sirvienta francesa, muy hermosa vestida con un traje corto, delantal y una falda que dejaba ver unas piernas bellísimas envueltas en nylon. Unos hombres la observan y deciden poseerla; a pesar de que ella intenta evitarlo es dominada y desnudada por la fuerza. Una vez empezaron a penetrarla por todos sus agujeros me fijé en su rostro, y descubrí con horror que ella no era cualquier hembra... era yo, vestido como una sirvienta dándole placer a esos hombres. En ese instante desperté sudando y cubierto de esperma, me di cuenta que ese sueño me había hecho eyacular en grandes proporciones. En ese momento quedé horrorizado pensando en el sueño y en lo vívido que había sido. Lo peor es que se siguió repitiendo en formas similares durante varias noches más; a pesar de que lo evitaba siempre tenía sueños en los cuales una mujer era violada, pero al final sentía que yo era ella y que finalmente disfrutaba del acto. Siempre terminaba eyaculando en mi cama. Pero finalmente vendría mi primer acto con un hombre de verdad, a pesar de que cierta parte de mí lo deseaba, no entendía cómo, pero a pesar de que aborrecía a los hombres, el pensar en que uno se fijara en mi culo me ponía duro el pene. Así que un día mis padres y yo viajamos a un pequeño poblado lejos de la ciudad, allí teníamos una gran casa de campo que pensamos utilizar. En cuanto llegamos se presentó el hombre que cuidaba de la casa el resto del año: era fuerte y tosco, un campesino y aspecto malvado que me dirigió una mirada extraña en cuanto llegué; pensé que le desagradaba, pero en verdad esa mirada estaba llena de lujuria. Al caer la tarde mis padres recibieron una llamada en que los solicitaban en la ciudad para algo importante; les dije que por mí no se preocuparan y que podía quedarme sólo, pero ellos no confiaban en mí y le pidieron a ese hombre a quién llamaré Ra, que me cuidara durante la noche y los dos días que ellos tendrían que estar en la ciudad. Yo opté por dormir en la alcoba principal donde mis padres tenían una gran cama y un televisor, Ra debía quedarse en el primer piso en el cuarto de servicio. Cerca de las 12 de la noche estaba yo medio dormido cuando él entró en mi cuarto, estaba completamente desnudo y encendió una lámpara. Se acostó a un lado de la cama y levantó las cobijas, con unas tijeras empezó romper mi camisa y mis pantaloncillos dejándome desnudo. Se empezó a masturbar y a manosearme el culo lo que me hizo despertar; se imaginarán mi sorpresa y turbación al verme sin ropa, en la cama y al lado de ese hombre frotándose su enorme verga. Él rápidamente me dijo que me relajara y comenzó a decirme cosas obscenas, como que yo tenía el cuerpo de una señorita y que me haría mujer esa misma noche. Yo no veía como escapar y la turbación que sentía me impedía moverme; él se levantó y trajo unas cosas en una bolsa: allí había una peluca y maquillaje. Me ordenó que me pusiese la peluca y me maquillase bien. Él era muy fuerte y cuando me negué me apretó los genitales con tal fuerza que me hizo gritar. Hice lo que me ordenaba y al ponerme frente al espejo casi me desmayo: tenía al frente a una preciosa morena de cuerpo largo y bien formado aunque sin tetas, de enormes ojos y labios gruesos, suficiente para excitar a cualquier hombre. Mi aparato se puso duro en cuanto me vi trasformado en una hembra; luego el me puso en la cama y colocó un canal porno en la tele. Me hizo ver la película mientras me acercaba su miembro a la cara, me pidió que se lo mamara pero yo sentía asco de hacer eso, entonces el me empujó a un lado y abriéndome la boca a la fuerza me metió su barra caliente entre la boca haciendo que se lo mamara. Al tiempo que yo veía que le hacían lo mismo a una chica en la pantalla. Luego se montó encima mío y me besó en la boca metiéndome su lengua, yo no podía moverme y sus manos se aferraban a mis muslos; luego empezó a levantar mi culo poco a poco y sentí la cabeza de su falo en orificio, yo sabía lo que venía y tenía miedo porque sería mi primera vez. Sentí mucho dolor en cuanto empezó a entrar esa vara caliente de carne, razgandome el culo hasta los intestinos. mientras él entraba y salía yo sentía espasmos por todo el cuerpo, él me decía que yo lo deseaba y que las putas como yo debían satisfacer a los hombres. Su enorme miembro se movía con cada vez, más rapidez, sentí que me iba a correr en cualquier momento, finalmente el sacó su pene y estalló en mi cara con enormes chorros de leche caliente, y yo no pude evitar eyacular también, pero él tomó mi leche en su mano y me la hizo beber toda. Allí quedamos los dos tirados después de que me había roto la virginidad. Después vendría más sexo lo que me llevaría a convertirme en una puta viciosa.

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