jueves, 13 de marzo de 2014

DE NOCHE

Llevaba mucho tiempo meditándolo. Siempre me había gustado vestirme de mujer. Cuando tenía doce o trece años y prácticamente ningún tipo de vello ya me ponía camisones de mi madre y medias de liga y me imaginaba que era una mujer. Desde el primer momento se adivinó en mi una clara tendencia hacía el dolor y la sumisión. Me vestía con el camisón de mi madre y me ponía pinzas y me tiraba cera en los pezones. Me encantaba. Incluso con el tiempo, cuando empezé a fumar, aprendí que si apretaba un poco el capullo contra el suelo y luego sacudía el cigarro encima mío como si quitase la ceniza, pequeñas chinas ardiendo caían sobre mi piel. Alguna vez caía una china un poco más gorda y disfrutaba mientras soportaba el dolor que producía al quemarme. Después me dejaba una ampolla que me recordaba durante días aquel dolor. Finalmente empezé a salir con chicas y dejé de hacerlo durante un tiempo. Pero no tardé mucho en volver a necesitar esa sensación de dolor, dominación y humillación. Con mis novias no podía hacerlo, porque por algún motivo que no sé dilucidar, con ellas era dominante. Poco a poco pues empecé a quedar con chicos a escondidas, siempre con el rol de pasivo sumiso. Pero necesitaba más. Quería sentirme mujer, por lo que empecé a depilarme todo el vello, piernas, pecho, brazos, axilas, genitales y sobretodo mi preciado ano. Me encantaba la idea de un hombre viendo mi ano totalmente depilado y queriendo follarselo. Me empecé a comprar ropa de mujer, primero medias, luego vestidos, conseguí una peluca, luego dos, zapatos, pendientes, todo. Salí varias veces, iba a cines x y una vez allí me quitaba la ropa de chico y me transformaba en mujer y disfrutaba con varias pollas. Incluso cierto día me prostituí pero esa historia no es la que voy a contar hoy. Un día decidí ir a Barcelona a un lugar que había visto en algun foro que había un pequeño bosquecito donde podía haber encuentros. Decidí que quería ir completamente vestida y caminar por allí para ver que encontraba. Repasé mi depilado, me duché, me pusé unas gotas de perfume y fuí a buscar la ropa que había preparado. Había preparado un vestido de lycra de color rosa y negro que me encantaba porque se amoldaba a mi esbelta figura y que realzaba especialmente mi culo que siempre ha sido mi mejor virtud. Evidentemente había cojido también unas medias de liga, un portaligas con un pequeño broche enmedio, un tanga a juego con el mismo broche y unos sujetadores con relleno, todo de color negro. Finalmente pusé los zapatos tipo bailarina de color plata y un cinturón del mismo color dentro de una bolsa junto con un bolso también plateado. En el bolso siempre llevaba lubricante, algo de maquillaje para retocarme y preservativos, aunque esta vez no lo comprové, suponiendo que ahí estaba todo. Me maquillé un poco con base, pintalabios rojo, los parpados rosa, con un poco de fucsia, línea negra y me hice las pestañas. Finalmente me pinté las uñas de color rosa y me puse dos brillantes adhesivos en la nariz y por encima del labio a modo de piercings falsos. Me pusé la peluca morena para comprovar mi imagen y me gustó lo que vi. Cierto que por la cara no hubiera pasado de día por una chica, pero la verdad es que tenía un cuerpazo, esbeltas piernas y un buen culo, vientre plano y parecía que tuviera algo de pecho gracias al sujetador con relleno. Me pusé la ropa de chico encima para que no me pudiera ver algun vecino y me fui al coche. Fui hacía el bosquecito de Barcelona, pero nunca lo encontré. Esto me dejó, evidentemente bastante decepcionada y caliente, ya que me había preparado mucho y además podía sentir las medias debajo de la ropa, lo que me excitaba mucho. Decidí finalmente volver a casa. Cuando me acercaba a Martorell por eso, me vino a la mente que había visto en algunos foros que la gente quedaba a veces en un área de descanso de la autopista. De hecho alguna vez había parado allí y había visto gente insinuándose y paseándose con clara actitud sexual. Decidí ir a echar un vistazo para ver si había alguién, aunque por las horas lo dudaba ya que eran ya la una y media de la madrugada. Paré el coche dentro del área de descanso, que a diferencia de la mayoría no queda exactamente a pie de autopista sino que entra más hacía dentro. Realmente había movimiento. Había hasta seis coches aparcados allí y un par de camiones. Observé un rato y finalmente lo decidí, no me había vestido para nada. Me quité la ropa de chico, me puse la peluca, los zapatos, el cinturon y los pendientes y me quedé vestida de chica. Había aparcado justo delante de la zona de merendero, que por lo que se ve era donde la gente iba a hacer sus cosillas. Como el lado que quedaba más cerca era el del acompañante me pusé en ese asiento, abrí la ventana y fumé. Pasó al cabo de poco un chico directo hacía el merendero y ni siquiera me miró. Luego pasó otro que sí pasó por mi ventana a pocos centímetros y me miró. Yo lo miré y levanté un poco las piernas de manera que se me subió el vestido y enseñé el final de las medias y el principio de los portaligas. Pero no le pareció interesar porque siguió caminando. Finalmente pasó otro, un maduro de unos 45 años. Pasó por mi lado, miró dentro, se detuvo, pero siguió. Yo empezaba a estar harta de que pasaran por mi lado y no me hicieran caso y abrí un poco la puerta. El maduro se detuvo, miró atrás, y entonces se acercó. Abrí más la puerta y entonces el se quedó delante. Empezó a tocarme los pechos y luego empezó a tocarme las piernas. - Te gusta? – le pregunté con la voz más melosa que pude poner - Sí Entonces se echo para atrás, se deshizo el cinturón y se desabrochó el pantalon dejándolo caer y enseñando un pollon nada despreciable me miró y dijó - Chupa puta. Me excitó tanto eso que ni me lo pensé, se la cogí y empecé a comérsela allí mismo, sin importarme que nos pudieran ver. Empecé a chuparle la punta, pero no pude más y enseguida empecé a tragármela entera. Me llegaba a la camapanilla pero aún la dominaba. El me cojió del brazo, me sacó del coche y me obligo a ponerme de rodillas. A mi me encanta, es como me gusta estar, de rodillas, sumisa ante una buena polla. Me gusta que me traten mal y el debía notarlo porque me empezó a coger la cabeza y empezó a follarme la boca sin compasión. Ahora ya no era yo quién controlaba y el la metía más allà de lo que mi boca podía consentir, con lo que me ahogaba y estaba al borde del vómito. Pero cada vez me excitaba más. Sacó la polla de mi boca y me miró, yo instintivamente levanté la cara y entonces me escupió. Estaba tan excitada que mi polla estaba a punto de estallar. - Puedes pegarme si quieres. - Ya lo sé – definitivamente me había calado rápido Y me volvió a meter la polla hasta la laringe. Pusó sus manos encima de las mías y las pusó en su culo de manera que yo podía hacer nada más que intentar abrir la boca lo más posible para tragarme aquella polla. Aún así cada embestida me ahogaba. Únicamente me dejaba respirar un poco cuando me sacaba la polla de golpe y entonces me abofeteaba la cara. Embestida, bofeton, embestida, bofeton. Tenía la cara roja ya. Finalmente me pusó de pie y me pusó contra el lateral del coche exhibiendo mi culo y empezó a azotármelo, me daba un poco de vergüenza porque pensé que el resto de gente podía estarlo viendo, pero mi excitación era más grande que la vergüenza y me dejé hacer. Cuando ya tenía el culo bien rojo, me dijó - Cierra el coche y ven conmigo. Ya me imaginaba lo que quería por lo que cojí el bolso donde se suponía estaban los preservativos y el lubricante y cerré el coche. Me llevó hacía dentro, hacía el merendero y me volvió a poner de rodillas. Me dio un bofeton y me volvió a follar la boca. Me encantaba me imaginaba como me debía ver, de rodillas, enseñando las medias y el portaligas y con el vestidito marcándome el culo que se encontraba apoyado en los talones, totalmente arrodillada, totalmente sumisa. Me levantó y me puso contra una de las mesas y empezó a meterme un dedo. - Espera, llevo lubricante y preservativos en el bolso. - Perfecto, porque yo hoy me los he dejado. Cogió el lubricante untó un poco en mi ano y también en sus dedos y empezó a metermelos. Siempre he tenido el ano bastante cerrado, por lo que me dolió incluso el primer dedo. Me relajé y el empezó a moverlo dentro de mi, después dos y seguía entrándolos y sacándolos, cada vez estaba más relajada. El hombre se dirigió al bolso y miró dentro. - Oye aquí no hay nada. - Como? - Que no hay preservativos. - No jodas Cogí el bolso y lo vacié. Efectivamente no había preservativos. La última vez olvidé reponer. Que hacía ahora? El me miró y me dijó con voz profunda - No tengo nada putita, nunca follo sin preservativo, pero hoy quiero hacer una excepción porque nadie me había puesto tan caliente como tú. - Pero… - De verdad, vamos no me iras a dejar así… Como respuesta, en seguramente un gesto de inconsciencia y sin imaginarme que iba a suceder después, me apoyé en la mesa con los codos y puse el culo en pompa. Se conoce que yo también estaba excitadísima. Había soñado con que me follarán a pelo muchas veces, pero no me atrevía. Esta vez sucumbí al deseo. El se lubricó bien la punta y volvió a poner lubricante en mi ano. Apoyó la punta y apretó. Parecía que iba a salirse pero finalmente entró la punta. Empecé a sentir el típico escozor. Él siguió apretando y noté como iba entrando toda la polla, dura y caliente. Que sensación más rica, notaba el latir de su polla dentro de mi. Finalmente me la metió entera y pudé sentir sus huevos golpear en mi culo…y empezó a bombear. A todo esto y sin que me diera cuenta se había acercado otro maduro de unos cincuenta años que finalmente se puso delante mio. Con el pantalón y el calzoncillo ya bajado se pajeaba su polla cerca de mi cara. El que me estaba follando ni se inmuto, por lo que parece que este segundo decidió que tenía permiso y me pusó la polla en la cara. Yo estaba excitadísima, otra de mis fantasías era ser follada a la vez por varios hombres, con lo que abrí la boca y dejé que me metiera la polla en la boca. Su polla era más corta, pero mucho más gruesa que la del que me follaba, casi no me cabía en la boca. Empezaron a bombear al unísono, follándome el culo y la boca a la vez. De repente sacó la polla de mi boca y se dio la vuelta acercando su culo a mi cara. - Vamos cometelo nena Sin dudarlo saqué la lengua y empecé a lamer su ano. Él viendo que me gustaba hundió su culo en mi cara y pude entonces meterla la lengua dentro. Estaba disfrutando como nunca. El que me follaba debía estar disfrutando también con el espectáculo porque cada vez bombeaba más fuerte y se veía claro que se iba a correr. No me dio tiempo a decir nada, entretenida como estaba en comerle el culo al segundo desconocido, que empecé a notar chorros de esperma dentro de mi culo. Noté el calor del esperma en mis entrañas y aún me excité más…que sensación. Sacó su polla de mi culo y me la puso en la cara, mientras el otro ocupaba su lugar. - Limpia puta. Vi su polla llena llena de semen y restos míos y me la metí en la boca y empecé a chupársela para dejarla bien limpia. No podía sentirme más humillada, chupando aquella polla después de estar en mi culo. Mientras tanto el otro que había encontrado el lubricante ya estaba untándose. Pensé que el primer maduro habiendo acabado se iría, pero se quedó a disfrutar del espectáculo. En eso otro tercer hombre apareció, un chico joven de unos 25 años. Es evidente que al ver el espectáculo creyó que podría apuntarse y efectivamente nadie puso ningún impedimento. Vino y directamente me enchufó la polla en la boca sin que tuviera tiempo de reaccionar. Emepecé a comérsela mientras notaba que el segundo maduro intentaba ya penetrarme. Empujó su polla, pero resbalo, lo volvió a intentar y volvió a caer a un lado. Se había destrempado un poco y para excitarse, supongo, empezó a azotarme el culo. - Vamos puta…quieres que te la meta a que sí zorra…te voy a romper el culo putón Y así mientras no me paraba de azotar. Finalmente apretó fuertemente y me introdujo la cabeza. No pude reprimir un grito que se oyó en la noche. - Ayyy - Calla puta que enseguida te va a gustar Y la metió de golpe. Volví a gritar aunque no se escucho tanto porque el joven me había vuelto a meter la polla en la boca. - He dicho que te calles puta – y volvió a azotarme el culo. Empezó a follarme duro, me dolía bastante, pero intenté relajarme para disfrutarlo, mientras le seguía comiendo la polla al joven. El primero miraba pajeandose con su polla otra vez en posición de combate. En un momento dado se puso al lado del joven y empecé a chuparles la polla a los dos alternativamente mientras el otro me seguía follando el culo. El dolor estaba pasando ya al placer y empezaba a disfrutar como una loca. El primero me miró, me sacó la polla de la boca y me metió un tremendo bofeton asustando incluso al joven. Me cogió de la cabeza y mirándome me dijo - Te vas a tragar todo lo que te dé puta - Haré todo lo que quieras - Abre la boca zorra La abrí y me escupió dentro, y espero a que yo me lo tragara. En ese momento el que me estaba follando me la sacó y indicó al joven que me follara. Este diligentemente me la metió de golpe, lo cual casi no lo noté, ya que el otro me había dejado el culo bien abierto y empezó a follarme a un ritmo rápido. El de la polla gruesa me la puso en la boca - Limpiala zorrón Nuevamente me excité mientras le chupaba la polla llena de mis restos. Nuevamente me vi engullendo tres pollas casi a la vez. Dios como me hubiera gustado ser una mujer de verdad y dejar que me hicieran la doble penetración. La verdad es que estaba excitadísima y ya hacía rato que me tocaba. Finalmente el joven que con sus rápidas embestidas había llegado al climax antes de lo previsto, empezó a correrse dentro de mi. Volví a notar esos chorros calientes como entraban dentro de mi y vi que yo tampoco podía esperar mucho más, estaba a punto de reventar, a pesar de haberme tocado poco para retrasarlo lo más posible. Y me corrí abundantemente con grandes chorros de lefa saltando en el suelo de baldosines. Solté un gritito de placer y disfruté el momento. Por suerte los dos maduros viendo mi climax decidieron que era el momento. El primero se me acercó - Chupa más rápido perra Empecé a chupar más fuerte y de repente él me la clavó hasta dentro y sentí como mi garganta se llenaba de esperma. Se la acabé de limpiar y el segundo hizo lo mismo me la clavó igualmente hasta donde llegaba y empezó a correrse. Su corrida, que era la primera para él, fue mucho más abundante y sentí mi boca llena de esperma de manera que cayó algo a través de las comisuras de los labios y tuve que tragar una parte. Finalmente me la sacó y yo les enseñé lo que tenía en la boca a los tres. Cerré la boca y me lo tragué todo. Luego de eso les limpié las pollas. El primero me cojió del cuello me pusó contra el suelo, justo donde había caido mi corrida y me dijo - No desperdicies lo tuyo Haciendo caso como buena perra que era, saqué la lengua y empecé a limpiar la baldosa, comiendome toda mi corrida. - Muy bien puta – y me azotó el culo Cuando parecía que ya se había acabado todo el primero dijo - Tengo ganas de mear Lo miré, excitada de nuevo y le pregunté - Y que quieres hacer? - Ya sabes que quiero hacer puta - Pues hazlo, soy tuya - Arrodillate y abre la boca Se pusó delante mío y empezó a mearme en la boca. Yo hacía lo posible por tragar. Dije que tragaría todo lo que me diese y estaba dispuesta a hacerlo. El otro maduro hizo lo mismo y empezó a mearse en mi boca también. Finalmente el tercero más por inercia que porque quisiera creo, también empezó a chorrearme. Tragué todo lo que pude, pero era imposible, no daba abasto y caía el resto encima mío, de mis pechos, de mi vestido, de mis medias. Finalmente acabaron les limpie las pollas y el segundo maduro y el joven se fueron rápidamente. El primero se quedó, me miró, me cojió de la cara y me dio un bofetón. - Eres una buena puta, espero volver a verte Y me soltó. Y allí estaba yo, de rodillas, con mi vestido, mis medias, mi peluca mojadas. Mi boca llena con el sabor del orín que había tapado ya el del esperma, mi cara con una mezcla de rimel y maquillaje corrido y mi culo chorreando aún semen hacía abajo. Completamente puta, completamente sucia, completamente humillada y me sentía… fantásticamente bien. Sí yo también esperaba volver a verle

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