martes, 8 de abril de 2014

MI MUJER SE FUE DE CASA

Hace una semana, al volver del trabajo encontré una carta sobre la mesa del comedor. Tres hojas llenas de bronca, donde me reprochaba todas las cosas, que hacía o que dejaba de hacer. El día anterior habíamos discutido bastante fuerte y yo también tenía mi lista de descuidos. No era la primera vez que ella me hacía este tipo de planteos, ni que nos destrozabamos en discuciones furtes. Entre los, reclamos, dejó deslizar un comentario que me erizo la piel. "y esos deseos extraños que deberás hablar con tu psicologa." y aunque para ustedes no, para mi era una alución a mis comportamientos que alguna vez ella había descubierto, hace unos años y que hace poco había encontrado mas pruebas. Es que a mi me gusta vestirme de mujer, sacarme fotos y jugar con eso en la red. Lo que ella no sabe es que apenas me pongo una prenda femenina me siento, una dama. Mi pene no se para a pesar de mi gran excitación y se humedece como si fuera una vagina. Mi voz se endulza y me encanta coquetear. Por razones de salud, o por visitar a su familia ella pasó temporadas de varias semanas fuera de casa. Eso hizo que yo estuviera tiempo solo en casa, extrañándola, deseándola. Pero eso es solo parte de la verdad. A los seis años, un hombre joven, desconocido, se aprovecho de mi. Me masturbó y me introdujo un dedo en mi culo, en la escalera del edificio donde vivía. Luego de esa experiencia que nunca conté a nadie, solía tocarme el anito, de noche pero yo no era conciente de eso. Nunca tuve atracción por los hombres. A los trece años me enamore de la chica mas erótica de mi año escolar y a los catorce debutamos juntos... la etapa anal se había borrado de mi vida y estos recuerdos también. Todo eso quedó latente hasta que me separé de mi primera esposa... unos amigos estaban fuera del país y me prestaro su casa para que pase unos días hasta que me pueda establecer, encontrar un lugar para vivir y esas cosas. Tres semanas estuve viviendo allí, solo, con treinta años, sin muchas ganas de salir, me pasaba las horas encerrados en esa casa... Para colmo llovía. Tenía la ropa que me entraba en un bolso y a los pocos días no me quedaba nada limpio... Entonces pensé en usar la ropa de mi amigo en los roperos de su casa, hasta que pueda lavar y volver a ponerme mi ropa. Abro el primero y era el de ella. miro un poco, abró el primer cajón, ya de chusma, de curioso. Un aroma a lavanda inundó la habitación, toda su ropa íntima estaba alli ordenadita y expuesta como en una casa de venta de lencería. Saqué algunas prendas para mirarlas, había de todo, desde bombachas blancas tradicionales hasta lencería super hot, desde la mejor calidad, hasta las que se venden en las veredas de la calle de las estaciones terminales. Despues de muchas sensaciones contrapuetas... me calcé una tanga... era la primera vez que me ponía una. Sentir textura sedosa de la lycra subir por mis piernas, acomodarme la tirita trasera entre mis nalgas, mi anito apretado es la tela y mi aparato genital, apenas cubiertos por la parte delantera. Estaba muy excitado, pero mi pene no se elevaba, permanecía en descanso, hasta parecía mas pequeño, coo cuando salís del mar helado, del sur del continente. Anduve toda la tarde con la tanga puesta, excitado permanentemente y con esta rara sensación de que no se me parara la verga. Hice todo lo que hacía normalmente pero con la tanga puesta, lavé los platos, cociné, ordéne la casa, hasta me sené a ordenar los papeles de mi trabajo, con la tanga puesta. descubría como me rozaba, haciendo ciertos movimienos y los repetía para ver si era eso o fue por otra razón que sentía una pequeña descarga eléctrica que me recorría todo el cuerpo. Por la noche, me senté a ver la televisión y luego me fui al baño par lavarme los dientes y acostarme. fue allí que noté que el triangulo delantero de la tanga estaba totalmente manchado por líquido pre seminal. Me puso incómodo, no sabía que hacer. Me la saqué, la miré de cerca y sentí el aroma. Ya no era a lavanda sino a mis partes íntimas, a semen. Olí profundamente, el interior de la tanga y mi pene se paró de imediato. Así de parado, frente al lavabo, me masturbé. oliendo y lamiendo el sabor de mi semen y el aroma de mis nalgas. El semen salio a chorros y de inmediato un sentido de culpa se me puso de frente. ¿Cómo había hecho eso? Me arrepentí de todo y me fui a dormir. No pensé en todo el día en eso hasta que volvía a casa del trabajo... cinco de la tarde. juro que hice de todo para no volver a pensar en la tanga, para no volver a ponermela, para no sentír lo que estaba sintiendo. La había dejado colgada en le baño se notaba que estaba durita por la leche que se había secado y solidificando entre sus tejidos, la olfatie pero no tenía olor a nada ni a lavanda ni a semen, ni a culo. Me la puse. No lo pensé ni un segundo volví a abrir el magnífico cajón... y enconté el corpiño. No es tan fácil ponerse un corpiño. Por lógica me puse los breteles y me fue imposible prenderlo. allí fue que se me vino la image de mi ex, haciendo girar el corpiño y ajustrlo por delante y por último calsarse los breteles. Y lo hice. si bien me ajustaban bien no tenía casi tetas y eso era una realidad. pero me seintí protegída, sexy casi una mujer. Me fui al espejo y me miré... Soy casi lampiño y me encantaba verme. Me miraba, la cola, me miraba las tetas... estaba super caliente y ya no pude aguntar. Medias ropa tacos... todo me probé; del cuarto al espejo y vuelta al cuarto a probarme todo lo que me parecía mas sexy. No cene siquiera... a las doce de la noche empecé a ordenar sabiendo que iba a dormir con medias tanga y corpiño. No me podía dormir. Necesitaba más, necesitaba sentir algo, que ni me animaba a pensar. antes de hacerlo acción me fije en el cajón de la mesita de luz y encontré un condón.. era la señal... Fui hasta la cocina... Busqué algo que pudiera ser capas de satisfacerme... una pieza de salamin picado grueso... No sería mucho... pensé Tenía un diametro de cinco centimetros aproximadamente y un largo de 16 centímetros. Corriendo me lo llevé al cuarto lo enfunde en el condón, corrí la tira de la tanga que tapaba mi hoyo, lo apoyé en el borde, suspiré y lo fui metiendo lentamente... Se introducía, sin dolor por mi canal anal, dándome la sensación de sentirme completa. Lo saqué del todo y lo volví a introducir. alli sentí un suave dolor, me dio miedo y lo dejé quieto... pero a los segundos lo introduje todo... solo quedaba el final del condón fuera de mi ano. Mi lechita fluia por todo mi pubis... la tanga estaba completamente mojada. Con mi mano recogí el semen y lo olí lo pasé por mis labios lo lamí, lami mis dedos llenos de semen... sentí como toda la boca quedaba sellada pos su gusto, por su consitencia... Tan especial, tan mia. Mi cuerpo me pedía que lo saque de dentro mio... tiré del condón, me costó empezár a tirar de él... a la vez sentí que me iba a defecar. Así que como pude, me levanté... con el trozo introducido y me senté rapidamente en el inodoro. Tiré e hice fuerza y salió, algo mancahdo de mis intestinos. quise lavarme en el bidet y palpé mi culo abierto... y si que lo estaba. Me saqué todo las medias el corpiño la tanga. Nuevamente sentía ese sentimiento de culpa. No sabía bien que hacer... Así pasé esos días, vestido de mujer después, de las cinco de la tarde, vestido de hombre para salir a trabajar. Cuando mis amigos volvieron yo no había conseguido lugar para mudarme y me volví a la casa de mi madre. Allí se tranquilizó todo, mi vida empezó a ser más normal. Al año, volví a estar en pareja y me fui a vivir, con la que hasta hace unos días era mi mujer. Con ella fui feliz. Me mudé a su casa que quedaba en una ciudad media del país, consegí un buen trabajo, Por seis años todo era genial hasta que perdí mi trabajo. Decicimos que lo mejor era que yo vuelva a Buenos Aires y buscara un empleo, que buscara una departamento para alquilar y nos mudemos a la Capital. Este proceso duró un año. Idas y venidas, soledad e internet una coctel super peligroso. En un barrio tranquilo del sur de la ciudad, alquile un hermoso departamento. Mi esposa venía y se volvía. Yo buscaba trabajo y temprano volvía a casa. trataba de no consimir nada mas que lo impresindibles ya que estaba muy justo de dinero y trataba de no pedirle a mi pareja. Estaba en baja, mi mujer lejos, yo solo en casa... por suerte conseguí trabajo, eso hizo que todo mejore Nos veíamos cada dos semans todo un fin de semana pero ella no se podía venir a vivir ya porque tenía que terminar el año para terminar su contrato y poder instalarse en el departamento. Pude poner todo en condiciones, contrate tv por cable, interntet y así estabamos mas conectados... Pero las noches invernales son eternas...Tenía que pasar... una noche cuando se volvía a su trabajo, le pedí que me deje una bombacha usada para poder recordarla, recordar su olor, su sexo.y asi fue. Sin pensarlo se la sacó y me la dió en la puerta de casa. Sacó una limpia de su bolso se la puso y se marchó. Esa noche oli su bombacha y me masturbe dos veces con ella. Pero el olor vaginal se va de la tela rápidamente... al llegar del trabajo busqué su bombacha y olia a nada. y claro entonces me desvetí y me la puse. Tres días andube día y noche con su bombacha puesta cada día mas exitado. Me encantaba estar en la calle en trabajo, en el supermercado y sentir que llevaba puesta un a bombacha. Claro en el ropero ahora la ropa era de ella, la conocía bien y me vestí, de mil maneras distinta, taconeaba con sus zapatos de tacos, con su sandalias altas... Hasta chateaba con ella vestidita, por supuesto que nunca le conté nada de esto... y una noche se me ocurrio que podría encontrar en la red algo que fuera parecido a lo que a mi me pasaba. Esa noche no dormí. El mundo de el sexo no duerme. Descubrí que no era un travesti aunque lo que hacía era trasvstirme... pero lo que yo era es un Crossdress; una CD. Apenas tenía un momento libre y en casa me vestía y luego me internaba a buscar mas datos, mas fotos, mas lugares donde aprender. También aprendí que debía tener un nombre y el nombre para mi fue Sole. Si bien era por mi Soledad, preferí solo ser Sole. Me excitaba mucho, vivá en vilo. un par de veces estu apunto de salir a comprar algo de tan acostumbrada que estaba de estar vestidita. O cuando el barría el balcón entrar corriendo porque de los otros departamentos me podían ver. Empecé a tener amigas y amigos, que creían que era mujer y otros sabían mi secreto. Cuando ella venía desaparecía toda esta mujer que llevo dentro y descubrí que solo cuando llevo algo de mujer sale a flor de piel. Pero no todo fuero rosas y estaba dejando muchas pistas y cosas que podían hacer que mi esposa se diera cuenta y yo dudaba que le agrade que su marido sea una CD. Además nacido en mi el deseo de que un hombre me haga mujer, sentir su piel, que me bese y que me penetre. Para cuando eya se instaló en casa defenitivamente, yo ya tenía mis ropitas sobretodo lencería. Pero duró poco ya que a los pocos meses me hizo un planteo al encontrar un mail, bastante caliente en donde un hombre me dedicaba largas masturbaciones y que ya era hora que nos conoscamos... La manejé como pude y no pasó de una bronca. Pero luego encontró fotos y contactos extraños... y esa si que fue grave... en esa ooportunidad me deshice de toda mi ropita, consolador y las botitas de taco que me había comprado. Pero pude despues de una semana hacer que me crea la mentira que le hice. Cada una de estas cosas hacían que yo desasparesca de la red de los contactos, de mis mis fotos eróticas... de vestirme a solas como lo había hecho hasta esos días... de ser Sole. Hace una semana, al volver del trabajo encontré una carta sobre la mesa del comedor. Tres hojas llenas de bronca, donde me reprochaba todas las cosas, entre ellas dejaba insinuar mi situación de CD, aunque ella no sabe lo que significa y le cuesta mucho hablar de ese tema. Pese que habían pasado tantos días apenas nos mandamos unos mensajes de texto por el teléfono, donde ella me pedía tiempo para poder pensar y que podamos hablar con traquilidad, sin gritos, ni chicanas. y terminaba diciendo: Sé que hay algo nuevo que nos hará bien a los dos. Ayer me llamó porque tenía que pagar unas cuentas, el celular, la tarjeta, etc. y el martes es nuestro aniversario. Está en la casa del hermano que vive en un barrio céntrico y se fue a su pueblo a visitar a mis suegros, sus padres. - Quiero que vengas a cenar el martes. - Ok iré. Tenía que hacer buena letra, así que ese martes dormí un rato por la tarde y a las 21 estaba listo en la puerta de mi cuñado. No sabía bien que me iba a encontrar... quizás se quería separar o quizás solo me extrañaba y quería saber si yo también quería. la consigna era hablar bien. Toqué el timbre y salió e intenté besarla en la boca... si acepta el beso era buena señal si no, estaba en problemas. Aceptó el beso y yo me relajé La mesa estaba lista, un rico aroma se dejaba oler. Falta un ratito para que esté lista la cena... - Pasá, andá al baño lavate las manos, mientras yo ternino con esto. En el baño estaba colgado un vestidito que me gustaba mucho, medias rojas, tanga y corpiño todo en una bolsita, que mostraba que eran a estrenar. Unas sandalias de taco alto. Corri todo de la bacha y me lavé las manos y volví al comedor. Desdecocina ella me dijo sin verme. - ¿Ya estás lista? Me hice el que no entendía pero estaba seguro que estaba tramando algo. Salio de la cocina y me dijo... - Te viste para cualquiera en internet ¿No te vas a vestir para mi? - No entiendo ¿Qué queres? - Quiero que te pongas esa ropita para mi. ¿Está mal? - ¿Me queres humillar? ¿Te queres vengar de mi? - No, solo quiero ser parte de esta segunda vida que tenes. - ¿En serio me estás hablando? - se acercó hasta donde yo estaba, me besó. Su lengua entró en mi boca, como muchas veces yo se lo hacía y me dijo - Muy en serio. Estaba totalmente desubicado no sabía que hacer. Mi corazón palpitaba. Entré al baño, cerre la puerta, me senté en el inodoro y miré todo. Pensé que esto era la fantasía mas grande que me podía pasar... pero a la vez no quería que fuera así no estaba preparada para que sea así. No podía hacerme el estupido y no hacer lo que me pedía. era yo el que estaba en falta y que ella me pida esto era como un deseo que siempre quise que pase. Me desnudéto talmente, saqué de la bolsa la tanga hilo dental negra y roja con encajes, de las caras, hermosa. Me puse el corpiño que me calzaba perfecto y dejaban trasparentar mis pezoncito. Las medias me calzaban perfectas y el vestidito era corto, muy sexy elastizado negro con un escote generoso delante y muy largo atras, como hasta la cintura. Las sandalias eran muy altas nunca había usado unas así. Di unos pasos por el baño para ver si podía mantenerme y me adapté bastante bien... Se había gastado una fortuna en este jueguito. Estaba en el limite justo entre elegante y putona. Mi cuerpo temblaba como nunca, mi corazón se iba a salir por el escote del vestido, como si afuera me esperara el hombre mas lindo y cariñoso del mundo o mi esposa. Abrí la puerta y me costó dar el primer paso, pero lo dí. el ruido de mis tacos alertaron a mi esposa que salio de la cocina para verme... Sentí una verguuenza increible como debe sentir una mujer al desnudarse por primera vez, ante su novio, a los 14 años. - ¿A ver? Muy bien pero a esta mujer le falta algo... si si mientras se termina de cocer la comida yo te voy a termira de arreglar. - No me jodas, mi amor, me siento un idiota. - ¿Cuándo lo hacés para tus amiguitos, también? ¿Cómo te llamas? - Mi amor... está bien así. - Decime tu nombre, linda... - Sole De una bolsa sacó una peluca, muy rubia hasta los hombros y su atache de cosméticos. Entre sorrísa me puso una base, mirá para allá, pinto mis parpados, mirá para acá, el rimel, hacé así, pintó mis labios, muy bien y rubor la dejó satisfecha. Calzó la peluca la arreglo hasta que me quedó firme, con las manos le dio un toque y me dijo: - Vu alá, miráte. y Me miré... era como mi hermana gemela... no lo podía creer. Nunca pensé que si fuera mujer sería así. Estaba hermosa y así me sentía... - Gracias. - atiné a decir, mi vos se había endulzado. - No es nada. - no entendí sui su respuesta fue irónica o si estaba orgullos de el producto final. - Nunca pense que esto me podía pasar con vos. Te amo. - No te beso porque se te va a salir el rouge. Me dejó frente al espejo y se fue a la cocina. Me miré, acomodé el vestido que se me subía y me fui tras ella. - ¿Necesitás que te de una mano? - Ya está listo, sentate a la mesa. Yo jugaba con mi pelo, sentir la sensacion sonre mis hombros. La cena fue muy rica, suave liviana, regada de champagne. Ver en mi copa la marca de rouge, me volvió a excitar. ¿Cómo terminaría esta noche? la respuesta no se hizo esperar. Levantamos la mesa y en la cocina me metio una mano en la cola, me dio un pellizco, me sorprendió y di un gritito muy femenino... ella se rió y me volvio a besar fuerte. me tomó por la cola. - Que linda cola que tenés, Sole. Me acercaba y me apretaba. Sus uñas marcaron surcos en mis nalgas y yo me puse a mil. - ¿Querés el postre? - y sin dejarme contestar me tomo de la mano y me llevó al cuarto. Me empujo en la cama, se sacó el vestido y estaba totalmente desnuda, no llevaba ropa interior y se lanzó ensima de mi. Sus manos me manoseaba toda, su boca me besaba me lamía me mordía y yo vibraba bajo su peso. me sacó el vestido, jugó con mis tetitas, busco mi pene y estaba chiquito y muy humedo manchando toda la tanga nueva. - ¿No te excito? - Cuando me visto no se me para. - le expliqué - Bien entonces... Se acomodó abrió mis piernas, saco mi mini pene por el costadito y me la empezó a lamer. lamia los juguitos, jugaba con su lengua dándome mas placer, pero era inutil no se paraba. Como para un sesenta y nueve, pasó su concha humeda por mi boca, sabiendo que a mi me encantaba que haga eso, cuando cogiamos y la verdad es que me daba mucho placer. Me encanta su olor a mujer y más cuando esta en celo, mojadita. No quería que se sienta mal... quería satisfacerla y lamía su rayita con deseos. Ella gemía. mientras buscaba mi anito y lo intentaba penetraba con su lengua. Era lo mejor que podía desear. Ella me estaba haciendo todo lo que me gustaba y me hacía gozar como una perra. - ¿Te gusta putita lo que te hago? - Si, mi amor, me encanta, estoy en el paraiso. Parece que le gustó mi respuesta ya que me empezó a clavar su dedo dentro de mi culo, hasta donde pudo de mi verguita salia leche. Me metió dos dedos y enpeces a gemir, ella con su concha en mi cara y sus dedos en mi cola. Cuando me dijo que me preparara porque me iba a meter el tercero justo cuando yo quería mas. Sentí que me partía y grité de placer. Mi pene sacaba leche y mas leche mojando sus tetas, que era donde estaba apoyadas. Acabó en mi boca dejando salir mucho flujo. Nunca la había hecho acabar así. Sacó sus dedos de mi culo abierto se sentó sobre mi cara, buscando el último rose, la última contracción de su cuerpo. Me imagino que verme así toda manchada con la pintura corrida y la peluca para cualquier lado sería patetico. Pero no dijo nada. La abracé, lami sus tetas enlechadas y me fui al baño. me desvestí y volví desnudo al cuarto donde ella ya dormía... exausta. Está es mi historia hasta hoy y no sé como seguirá mañana por la mañana. Si ella volverá o nos divorciaremos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario