martes, 7 de mayo de 2013

La historia de Natalia de las cinco amigas (7)



La historia de Natalia de las cinco amigas (7)





Después del desayuno me estaba esperando Mercedes. Tenía algo en la cara que resultaba francamente extraño. ¡¡Era una sonrisa!! Laura me contaba los castigos que le imponia la vieja. A mi me castigaba al principio pero después no. Detrás de ella también estaba Agustín y Alberto. De la única que no había ni rastro, era de Raquel.

- ¡Enhorabuena! - dijo la seca mujer - Hoy ha sido tu último día con nosotros.

-No podemos enseñarte más - se adelantó Agustín, el psicologo - A partir de hoy, dependes sólo de ti misma.

-Pero no olvides seguir haciendo tus ejercicios - terció Alberto, El profesor de gimnasia - Los necesitas con el cinturón de castidad que tienes puesto tienes que mantenerte sana y esbelta.

-Espero – Dijo el psicologo – Que hayas cambiado de opinión.

 Era lo último que me esperaba. Cuando lo empecé a asimilar, me sentí feliz. Empezaria con mi venganza. Despues senti un pinchazo en mi cuello. Gire el rostro y lo ultimo que vi al darme vuelta era el enfermero, con una jeringa después me cai al suelo empezaba a  quedarme dormido.

 Cuando me desperte no sabia donde estaba me invadia una gran oscuridad palpe mis manos “Por lo menos tengo manos y brazos” palpe mis piernas y pies – “Tengo piernas y pies”. Pense feliz.

Empece a pensar en mi historia de vida como Nicolas Torres recordaba todo. Trate de pensar cosas de mi vida de colejio tambien recordaba todo.

- ¿Qué pasa? ¿Que quieren de mi? – Grite a la oscuridad.

No me contesto nadie. Yo tenia mucho miedo.

- ¿Que me van a hacer?.

Quise levantarme pero me costo un poco cuando lo logre tanteando por la estancia. Presenti que habia un sofa, logre llegar hasta la pared y apretar un boton se encendio la luz habia un sofa de cuero negro, un televisor gigante entre los dos una mesita de centro con carpetas y cajas, al costado del televisor una mesa de metal con un vidrio negro encima de esta un computador portátil.

Vi al costado izquierdo dos puertas negras y en el costado derecho otra puerta del mismo color. Deduje que serian habitaciones.

En ese departamento no habia nadie. Que pasaba con este tipo que me compro no queria conocer la mercaderia ni usarla.

 No llevaba  sujetador y mis pechos parecian querer salir del vestido  tenia una tanga que me molestaba estaba deseando sacarme esa tortura. Tenia puesto un escotado y ajustado vestido negro con lunares. Mis piernas quedaban al descubierto desde más arriba de medio muslo. Decidi recorrer la estancia para ver si habia alguien ahí pero después de abrir las puertas comprobe que no habia nadie. En el baño encontre una bata blanca con mi “nombre” Natalia escrito en letras rojas. Decidi desnudarme y me saque la tanga que tenia puesta, la tire con desprecio al suelo, tome la bata y me cubri el cuerpo con ella. Era una bata muy fina y tenia un perfume hermoso. Muy distinta a la de la clinica. Después fui a la cocina los muebles de cocina como los del baño eran muy finos todos blancos. Abri la heladera estaba repleta de comida y yo tenia hambre  iba a buscar un plato y cubiertos pero no sabia si ese era un deseo genuino mio o impuesto por la gente de esa clinica. Estaba libre supuestamente y podia hacer lo que quisiera.

Rebice todos los recipientes que habia en la heladera uno contenia pollo parecia cocido. Tome una pieza lo oli y me anime a pegarle un mordisco. Estaba frio pero bien cocido y condimentado. Vi que en la heladera habian botellas de gaseosas y vino. Me fui hacia el sofa. Me sente disponiendome a comer. Comi el pollo con la mano. “Como se enojaria Mercedes, la vieja de mierda si me viera comer asi”.

 Me quise reir pero no pude.

-A tu salud vieja del demonio. – Grite.  Recorde las cosas que me enseñaba e imite la voz  – No asi no querida. Después tome la botella de gaseosa  y directamente del pico bebi un buen trago – No querida – Imite la voz de la vieja – Tenes que tomar con vaso. Ja – hice el ruido de la risa. Ya que no me podia reir – Hago lo que quiero. Soy libre.

Después observe las carpetas y las cajas en la mesa de centro. Con cuidado abri una de las carpetas. Alli habia una carta escrita a maquina.

“Bienvenida Natalia:

De seguro tendras preguntas o querras estar sola hasta que te sientas bien contigo misma.  No me conoceras todabia. Soy un hombre que tiene mucho dinero. Estas en Miami en los Estados Unidos por si lo quieres saber. No podras huir. Este departamento es tuyo, un auto en el estacionamiento tambien. Tienes una cuenta bancaria a la que siempre le voy a poner dinero a tu nombre. Al nombre de Natalia Perez.

En la otra carpeta tienes tus documentos de identidad, certificado de nacimiento y estudios. Las escrituras de el departamento y del auto lo mismo que la tarjeta de credito y su respectivo codigo. Tambien un carnet de conducir. En las cajas hay un celular, una billetera con dinero y las llaves del departamento y del auto.

 No te tienes que preocupar por pagar los impuestos ni por cuestiones de dinero. No es necesario que trabajes ni estudies.

Buenas noches mi amor”.

“Mi amor”. Pense llorando “Yo queria preguntarle cosas, decirle si no se siente mal al arruinarle la vida a alguien”.

Estaba muy atormentado pero era mejor asi. En una de esas si lo veia inmediatamente lo mataria y yo queria sacarle información sobre esa clinica cuando tenia mis “Bloqueos mentales” me entere que esa clinica estaba en una isla. Posiblemente del caribe. El problema es que habian muchas islas.

Sabia que la gente de esa corporacion no me permitirian operarme los senos pero que estos eran parte de mi grasa. Yo habia oido que una mujer con silicona es distinta a la que no tiene. La silicona va en una especie de globo en la que en su interior tiene la silicona.  La grasa con ejercicio se puede reducir casi a la mitad. Eso iba a hacer yo. Hacer ejercicios para brazos y pecho hasta lograr reducir mis pechos al maximo.

A la mañana siguiente cuando me desperte después de dormir en esa comoda cama. Sali de ella y me puse la bata. Mire un placar enorme que estaba cerca de la pared. Me levante y abri una puerta habian vestidos escotados y cortos, en la siguiente puerta en cajones toda clase de ropa desde remeritas, pequeñas. camisitas, pantaloncitos bien cortos, calsas de licra negras, doradas y metalizadas. En otro cajon bombachas tipo colales ningun corpiño por ningun lado. Mas debajo de todo zapatos de toda clase: botitas, sandalias, zapatos cerrados con tacos enormes o de taco bajo. Zapatillas y carteras de toda clase. En la otra puerta algunos abrigos.

 Ademas mi instrucción en esa clinica me dejaba en claro que mi dueño queria una mujer sexi, provocativa y del tipo de puta sofisticada. Si eso queria eso no lo iba a tener. Yo era rebelde.

Me dirigi a la otra habitación donde estaba la sala después fui a la cocina abri la heladera y mire los embaces de comida. Yo no iba a comer nada mas de ahí. Tal vez la comida tenia droga. Me diriji hacia la sala me sente en el sofa tome la carta de el hombre, mi comprador, lamente no tener lapices para dibujar las caras de esa gente de la clinica. Tenia que comprar algunos. Abri la otra carpeta. Observe todos mis documentos. Mire las fotos de los documentos. No recordaba haberme sacado fotos para eso.

Me levante y fui hacia la computadora portátil la encendi estaba tentado a buscar datos sobre mi otro yo Nicolas Torres pero no lo hice tal vez esa computadora estaba intervenida. Busque información sobre maquillaje social y de efectos especiales en Miami asi tambien como escuelas de teatro, gimnasio con aparatos y  defenza personal, tiro al blanco, escuela de conducción y colegios asi como trabajos que pudiera hacer  salieron muchas direcciones.  “Lastima no tener lapices ni otra cosa para escribir”. Fui a la habitación donde estaba la cama y busque en las dos mesas de luz y encontre en una lapiceras en el cajon y bloc de hojas.

Abri la puerta de la mesita de luz habia cremas lubricantes y un consolador.  Me dio vergüenza.  Decidi buscar las lapiceras y el bloc de hojas.

Después de bañarme deje que mi cabello se seque solo decidi que me dejaria el cabello como lo tenia al natural ondeado y con rulos en la parte de abajo. Me mire al espejo. Note que debajo de la nariz cerca del labio tenia una joya azul. Era una piedrita. Me lo toque parecia algo duro pero dentro del labio. “Como habran echo para meter esto entre mi piel”. No tenia ninguna presilla ni nada para sacarlo.

En el ropero busque una bombacha tipo colaless, las unica que habia, que automáticamente se me incrusto entre las dos nalgas. “Voy a sufrir con esto”. Pense. Después busque un vestido elegi uno color marron con flores blancas me lo puse mis pechos resaltaban mucho.

Era un vestido corto un poco mas debajo de las caderas. Busque otro pero eran todos igual: Cortos y escotados. Tome unos zapatos blancos con poco taco, una cartera marron amplia.

Después fui al salon tome las carpetas de arriba de la mesa de centro (En una habia puesto la información que saque en Internet.En la otra carpeta tenia mi documentacion)  las guarde en la cartera, igual que la billetera y el celular  abri la puerta con las llaves que me habian dado. Como ese vestido me incomodaba porque se me veian mucho los pechos decidi volver al departamento cerre la puerta con llave. Fui a la cocina busque un cuchillo con filo. Me saque ese vestido y corte a la mitad los breteles y les hice un moño. Después me fije en el dobladillo que era bastante amplio. Corte el hilo principal y luego lo descoci. Luego me volvi a poner el vestido.

Cuando sali del edificio se me acercaron unos hombres vestidos de negro que se presentaron como custodios.

- ¿Que pasa?. Voy a salir. Tengo derecho. ¿No?

- ¿Adonde quiere ir? – Me dijo uno amable.

- ¿Porque?

- Nosotros tenemos que ir con usted adonde vaya. Son ordenes de nuestro patron.

Pense en lo que decia en la carta “No podras huir”.

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