viernes, 10 de mayo de 2013

La nueva amiga de mi mujer 2?


La nueva amiga de mi mujer 2?
El resto del día fue my plácido y tranquilo. Paseamos por el pueblo de Marta intentando visitar los lugares que le traían recuerdos de la infancia. Afortunadamente para mi y mi egoísmo, no encontramos a ningún amigo de Marta, lo que me evitaba el tener que compartir a mi nuevo "juguete" con otros.

Cenamos en una terraza de ensueño frente al mar. Aquí, bajo la luz de las velas, la influencia del dios vaco y la brisa del mar, mi mente no dejaba de recordar la escena que habíamos vivido esta mañana.

Los vestiditos que llevaban las protagonistas de la orgía mañanera, no ayudaban a calmar mis deseos.

Marta ataviada con un vestido vaporoso de estilo ibicenco sin sujetador, dejaba a su libre albedrío sus bamboleantes pechos que se movían a cada paso que daba.

Andra, mas guerrera, vestía un modelo ceñido de color oscuro que marcaba todas y cada una de sus curvas.

Su presencia no pasaba inadvertida en el pueblo, despertando comentarios entre las personas que nos cruzábamos por sus calles.

Eso ... me excitaba y creo que a ellas tambien. Incluso se cogían de la mano con sonrisa maliciosa cuando intuían comentarios despectivos.

Marta estaba alterada. El vino, la situación y las sensaciones que estaba viviendo en su pueblo con Andra le hacía comportarse como una adolescente.

Al acercarnos a la playa, Marta, gritando, se dirigió corriendo al agua. Por el camino iba desprendiendose de su ropa. Primero las sandalias, despues el vestido para más tarde desprenderse del tanga blanco, que nos dejo ver a la luz de la luna el precioso cuerpo de mi mujer esculpido a base de deporte y marcado por las tenues líneas que le había dejado su bikini.

Entró en el agua poseída, invitándonos a hacer lo mismo. Andra y yo rechazamos la invitación con una sonrisa, portando nuestros zapatos y la ropa de Marta en nuestras manos.

La invitada y yo nos dedicamos a ver como disfrutaba mi mujer de su baño nocturno.

Al salir del agua volvimos a ver la silueta de mi esposa, reluciente y húmeda.

Andra la miraba con deseo. Creo que se estaba enamorando de su amiga.

Marta se acercó y nos dijo con una voz ligeramente alterada por el alcohol.

"Sabéis de que tengo ganas? de comerme las dos pollas que más quiero"

Se arrodilló ante mi en la arena, me bajó la cremallera y sacó mi miembro.

Rápidamente miré a mi alrededor buscando miradas indiscretas (Aunque la verdad me daba igual).

Andra escondía su risa tapándose la boca con su mano sin dejar de mirar la escena.

Marta, con mi polla ya en su mano, acercó a Andra agarrándola por su redondo trasero y, ante mi sorpresa, le levantó la falda del vestido dejándola a la altura de su cintura. La muy guarra no llevaba bragas!

Al retirar la tela, la verga de Andra saltó como un resorte golpeando la barbilla de mi mujer, que sonrió. Sin perder un segundo se insertó toda la polla de Andra hasta los huevos.

Andra levantó la cabeza mirando a las estrellas y gimió.

Con su mano, Marta iba acariciándome los huevos con suavidad, lo que me estaba volviendo loco.

Tras dos succiones, Marta cambió de tercio y dirigió sus labios a mi prepucio, que tras besarlo, lo hizo desaparecer en su garganta.

Mi mujer chupaba y chupaba mientras movía su mano masturbando a Andra que intentaba buscar la mirada cómplice de mi mujer.

No pude reprimirme y bajé uno de los tirantes de nuestra invitada haciendo que se escapara uno de sus negros pezones. Diós! Tuve que atraparlo entre mis dedos.

Andra reaccionó con otro suspiro y acercando sus labios a los míos nos besamos con pasión. Su lengua entraba en mi boca mientras lanzaba suspiros de placer. Yo perseguía su lengua por nuestras bocas mientras no dejaba de frotar su pezón.

Marta vio la escena y sonrió sacando mi polla de su boca.

Agarró los dos miembros, con las manos y, tras frotarlos con energía dijo: "ya os tengo donde quiero"

Y de repente... se insertó las dos pollas en la boca.

Joder! que placer! podía notar mi glande junto al de Andra dentro de la húmeda boca de Marta.

Mi mujer abría la boca para engullir todo lo que podía mientras no dejaba de masturbarnos.

Su cara era de dolor pero no dejó en ningún momento de mover su lengua alrededor de nuestro glandes.

Que placer! Marta soltó nuestras pollas, nos agarró por el culo a ambos y nos apretó fuertemente hacia ella provocando una penetración mas profunda.

Aprovechando la posición de sus manos y con mucha habilidad, empezó a buscar nuestros ojetes para introducir uno de sus dedos. Andra respondió abriendo más sus piernas para favorecer la penetración del delicado dedo de mi mujer.

Andra separó sus labios de los mios, miró hacia arriba, agarró a mi mujer por el pelo y empezó a emitir un sonido que le salía de lo mas profundo: "aaahhhh aaahhhh! Marta, me corro, me corro cariño!"

Mi mujer, abrió sus llorosos ojos con preocupación mirando la cara de Andra.

Andra empezó a arquear su espalda y a entrecortar su respiración.

Marta empezó a gemir: "uuuhhmm uuuhmmm glup"

En mi pene pude notar los espasmos del pene de Andra dentro de la boca de mi mujer, y, de repente, pude notar un calor húmedo en la punta de la polla; Andra se estaba corriendo.

Parecía que Marta quería separarse pero la poderosa mano de Andra sobre el cuero cabelludo de mi mujer se lo impedía.

Yo ya no pude más. Su dedo jugando con las delicadas paredes de mi ano y el fluido de Andra alrededor de mi polla, me hicieron explotar con tres o cuatro eyaculaciones directamente en la garganta de mi mujer, que con los ojos en blanco parecía perder la conciencia.

Sacamos nuestros penes a la vez instintivamente y un chorro de semen salió expulsado de la boca de mi mujer.

Marta cayó a cuatro patas sobre la arena tosiendo sin parar. Nos maldecía por haberla dejado casi sin respiración, pero esa sonrisa con la que acompañaba los insultos, nos hacía pensar que lo decía sin maldad y habiendo disfrutado de la situación.

"Cabrones! intentaba tragar pero no podía con tanta leche"

Andra reía mientras su miembro se balanceaba como un badajo brillante bajo la luz de la luna con un pequeño hilo de fluido cayendo desde su orificio.

Marta se puso su vestido, le tapé con mi sudadera y regresamos a casa andando.

Entramos y rápidamente se dirigieron a sus habitaciones. Yo me quedé en la cocina abriendo una botella de vino (esto había que celebrarlo).

Pasados unos minutos me dirigía a mi habitación, pues pensé que mi mujer se merecía un premio a su labor.

Cuando entré en la habitación, pude observar que se me habían adelantado.

Estaba mi mujer tumbada encima de Andra haciendo un 69 en mi cama.

Andra estaba tumbada boca arriba, con su vestido por la cintura, agarrando las caderas de mi mujer y enseñándome sus enormes pero preciosos pies de puntillas sobre el suelo de la habitación. Su polla aparecía y desaparecía dentro de la boca de Marta.

Mi mujer me vio entrar en la habitación, pero no se distrajo de su tarea ni un segundo. Su mano subía y bajaba del mastil de Andra mientras acompañaba el recorrido con succiones lentas pero profundas.

"sssgluup, sssglup"

Los lametazos que le estaba dando Andra a mi mujer se entremezclaban con sus gemidos de placer.

Esa escena me enfureció, en parte, por el hecho de no ser yo el que premiara a mi mujer, pero por otro lado, me alegré de llegar con el partido empezado.

Me acerqué a la cama, levanté las largas piernas de Andra hasta ponerlas a la altura de mis hombros y le dije a mi mujer: "Cariño, lubrícame esto que voy a joder a tu amiga".

Mi mujer sonrió, agarró mi polla, le dio dos lametazos que la dejaron bien lubricada, levantó los testículos de Andra y dispuso mi verga frente al orificio de nuestra invitada.

Abrí mas las piernas de Andra, me metí uno de sus preciosos pies con las uñas, pintadas al estilo de manicura francesa, en la boca, lamí sus dedos y realicé un movimiento brusco con la cadera que hizo que la mitad de mi polla perforara el culo de esa golfa.

El grito retumbó por toda la casa, pero eso no me detuvo.

Seguí moviéndome mientras mi mujer pajeaba la enorme polla de Andra.

zap, zap, zap

Su tamaño se veía descomunal! Se notaba que le estaba gustando que la empalara con mi polla!

Mi mujer gemía y me gitaba: "follatela cariño! haz que se corra!"

Yo miraba las piernas de Andra bien abiertas mientras las sujetaba en el aire. Mi polla entraba y salia de su culo ya sin resistencia y mi mujer pajeaba su verga llena de venas que parecía que iba a explotar.

Por la cara de Marta, pude ver que se estaba corriendo en la cara de Andra que no se había olvidado del coño de esta ni un segundo a pesar de estar siendo taladrada.

Tras unos cuantos espasmos de mi mujer y aun con la boca abierta y los ojos en blanco, Andra la obligó a bajar su cabeza sobre su pene. Marta lo entendió y engulló todo su cipote de un solo golpe.

"Gluuup"

Andra encogió las piernas sin que yo pudiera hacer nada. Mi mujer chupaba chupaba siguiendo el ritmo de mis embestidas en el ya dilatado culo de su amiga, que por la imagen de los dedos de sus pies encogiendose , pude adivinar lo que se avecinaba.

Andrá lanzó un grito ensordecedor, mientras su esfinter se contraía sobre mi pene. Desde mi posición pude ver como se hinchaba el canal que recorre la base del pene varias veces, acompañando las eyaculaciones dentro de la boca de Marta.

Esta vez Marta no aguantó mucho, al retirarse, la polla de Andra aun expulsaba chorros de semen con cada embestida de mi polla en su culo.

Mi mujer se quedó mirando el espectaculo. Parecía tener vida propia y no paraba de expulsar leche que salía en todas direcciones.

Yo no quería correrme y agarre con fuerza la base de mi pene. Era el turno de premiar a mi mujer.

Le dije que se tumbara mirando a Andra, lo que aprovechó ella para besarla para hacerle probar su propio esperma.

Abrí las nalgas de Marta, apunte mi polla a su culo, y, de una sola embestida, se la metí hasta los huevos. Ni protestó. Seguía absorta restregando el semen por los labios de Andra. Que golfa es mi mujer!.

Me la follaba con rabia. Estaba sintiendo celos del placer que le producía a mi mujer la polla de su amiga pero a la vez... me encantaba.

Nunca había visto el culo de mi mujer tan dilatado. Podía sacar mi polla entera para luego volvérsela a meter sin problemas.

De repente noté una fría mano bajo mis huevos. Parecía que querían acariciarme, pero no. Otro contacto mas cálido en mi escroto hizo que ralentizara mis movimientos.

Mi mujer bajó mas su cuerpo acercándolo al de Andra. Eso me hizo suponer que quería la verga de Andra en su coño pero, de nuevo, mi mujer me sorprendió.

Movió su culo para acomodarse mejor y empecé a notar mucha presión bajo mi pene. Diós! No puede ser! La muy puta intenta meterse las dos pollas en el culo! No va a poder!

Marta con sus dedos, jugaba con las dos pollas para intentar hacerlas entrar a la vez. Yo notaba la polla húmeda de Andra que ya había recuperado la rigidez necesaria.

Marta se quejaba y gritaba cuando los dos penes insertaban sus cabecitas en la cueva. Pero ella no se rendía.

De repente Andra la abrazó y de un movimiento descendente logró que nuestras dos pollas entraran a la vez.

Los gritos de Marta eran ahogados por los besos de Andra que intentaba que se relajara y que no pensara en el dolor.

Entonces vi mi oportunidad. Inicié un movimiento pélvico que hacía que notara toda la estrechez del culo de mi mujer y el roce del pene de Andra.

El placer que yo sentía era indescriptible. Yo estaba en una nube y, poco a poco, fui aumentando el ritmo.

Mis pelotas golpeaban a las de Andra y nuestras pollas se encontraban en el húmedo esfinter de Marta.

Mi mujer se irguió lo que pudo, lo suficiente para que Andra le agarrara por sus tetas, donde se encontró con mis manos intentando conquistar su trozo de pastel.

Marta es la que llevaba el ritmo del ritmo de las penetraciones. Estaba disfrutando como una perra en celo.

De repente Marta gritó emitiendo un ruido muy agudo, perdió sus fuerzas, convulsionó y cayó sobre el pecho de Andra.

El líquido que caía por las piernas de mis chicas me hizo adivinar que Marta había llegado al climax.

El cuerpo de Marta seguía moviéndose sobre su amiga, cuando mi polla no pudo soportar mas la presión. Mi pene empezó a echar chorros de leche en el culo de mi mujer. Chorro tras chorro iban llenando el ojete de Marta.

Andra debió notar lo que estaba sucediendo porque empezó a gritar y a expulsar leche. No noté sus fluidos (pocos le debían quedar) pero si que pude notar su polla hinchándose dentro de las estrechas paredes anales de mi esposa.

De la boca de mi esposa, entre sollozos y jadeos, salían palabras de aprobación: "siii, siii, todo...soltarlo todo"

Nuestras pollas permanecieron unidas durante unos segundos dentro del culo de Marta, para ir retirándose muy poco a poco.

Al sacarla, pude ver el esfinter de mi mujer totalmente dilatado, palpitando, expulsando un líquido blanquecino que resbalaba por su nalga hasta caer en el suelo de nuestra habitación.

La polla de andra, flacida ya, reposaba, soltando aun fluidos, apoyada sobre una de sus piernas .

Marta yacía abrazada por Andra en una posición casi fetal.

No fui capaz de estropear esa escena casi paternal. Me dediqué a observar y me retiré de la habitación dejando a las amigas unidas... para siempre.




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