La nueva amiga de mi mujer 2?
El resto del día fue my plácido y tranquilo. Paseamos por el
pueblo de Marta intentando visitar los lugares que le traían recuerdos de la
infancia. Afortunadamente para mi y mi egoísmo, no encontramos a ningún amigo
de Marta, lo que me evitaba el tener que compartir a mi nuevo
"juguete" con otros.
Cenamos en una terraza de ensueño frente al mar. Aquí, bajo
la luz de las velas, la influencia del dios vaco y la brisa del mar, mi mente
no dejaba de recordar la escena que habíamos vivido esta mañana.
Los vestiditos que llevaban las protagonistas de la orgía
mañanera, no ayudaban a calmar mis deseos.
Marta ataviada con un vestido vaporoso de estilo ibicenco
sin sujetador, dejaba a su libre albedrío sus bamboleantes pechos que se movían
a cada paso que daba.
Andra, mas guerrera, vestía un modelo ceñido de color oscuro
que marcaba todas y cada una de sus curvas.
Su presencia no pasaba inadvertida en el pueblo, despertando
comentarios entre las personas que nos cruzábamos por sus calles.
Eso ... me excitaba y creo que a ellas tambien. Incluso se
cogían de la mano con sonrisa maliciosa cuando intuían comentarios despectivos.
Marta estaba alterada. El vino, la situación y las
sensaciones que estaba viviendo en su pueblo con Andra le hacía comportarse
como una adolescente.
Al acercarnos a la playa, Marta, gritando, se dirigió
corriendo al agua. Por el camino iba desprendiendose de su ropa. Primero las
sandalias, despues el vestido para más tarde desprenderse del tanga blanco, que
nos dejo ver a la luz de la luna el precioso cuerpo de mi mujer esculpido a
base de deporte y marcado por las tenues líneas que le había dejado su bikini.
Entró en el agua poseída, invitándonos a hacer lo mismo.
Andra y yo rechazamos la invitación con una sonrisa, portando nuestros zapatos
y la ropa de Marta en nuestras manos.
La invitada y yo nos dedicamos a ver como disfrutaba mi
mujer de su baño nocturno.
Al salir del agua volvimos a ver la silueta de mi esposa,
reluciente y húmeda.
Andra la miraba con deseo. Creo que se estaba enamorando de
su amiga.
Marta se acercó y nos dijo con una voz ligeramente alterada
por el alcohol.
"Sabéis de que tengo ganas? de comerme las dos pollas
que más quiero"
Se arrodilló ante mi en la arena, me bajó la cremallera y
sacó mi miembro.
Rápidamente miré a mi alrededor buscando miradas indiscretas
(Aunque la verdad me daba igual).
Andra escondía su risa tapándose la boca con su mano sin
dejar de mirar la escena.
Marta, con mi polla ya en su mano, acercó a Andra
agarrándola por su redondo trasero y, ante mi sorpresa, le levantó la falda del
vestido dejándola a la altura de su cintura. La muy guarra no llevaba bragas!
Al retirar la tela, la verga de Andra saltó como un resorte
golpeando la barbilla de mi mujer, que sonrió. Sin perder un segundo se insertó
toda la polla de Andra hasta los huevos.
Andra levantó la cabeza mirando a las estrellas y gimió.
Con su mano, Marta iba acariciándome los huevos con
suavidad, lo que me estaba volviendo loco.
Tras dos succiones, Marta cambió de tercio y dirigió sus
labios a mi prepucio, que tras besarlo, lo hizo desaparecer en su garganta.
Mi mujer chupaba y chupaba mientras movía su mano
masturbando a Andra que intentaba buscar la mirada cómplice de mi mujer.
No pude reprimirme y bajé uno de los tirantes de nuestra
invitada haciendo que se escapara uno de sus negros pezones. Diós! Tuve que
atraparlo entre mis dedos.
Andra reaccionó con otro suspiro y acercando sus labios a
los míos nos besamos con pasión. Su lengua entraba en mi boca mientras lanzaba
suspiros de placer. Yo perseguía su lengua por nuestras bocas mientras no
dejaba de frotar su pezón.
Marta vio la escena y sonrió sacando mi polla de su boca.
Agarró los dos miembros, con las manos y, tras frotarlos con
energía dijo: "ya os tengo donde quiero"
Y de repente... se insertó las dos pollas en la boca.
Joder! que placer! podía notar mi glande junto al de Andra
dentro de la húmeda boca de Marta.
Mi mujer abría la boca para engullir todo lo que podía
mientras no dejaba de masturbarnos.
Su cara era de dolor pero no dejó en ningún momento de mover
su lengua alrededor de nuestro glandes.
Que placer! Marta soltó nuestras pollas, nos agarró por el
culo a ambos y nos apretó fuertemente hacia ella provocando una penetración mas
profunda.
Aprovechando la posición de sus manos y con mucha habilidad,
empezó a buscar nuestros ojetes para introducir uno de sus dedos. Andra
respondió abriendo más sus piernas para favorecer la penetración del delicado
dedo de mi mujer.
Andra separó sus labios de los mios, miró hacia arriba,
agarró a mi mujer por el pelo y empezó a emitir un sonido que le salía de lo
mas profundo: "aaahhhh aaahhhh! Marta, me corro, me corro cariño!"
Mi mujer, abrió sus llorosos ojos con preocupación mirando
la cara de Andra.
Andra empezó a arquear su espalda y a entrecortar su
respiración.
Marta empezó a gemir: "uuuhhmm uuuhmmm glup"
En mi pene pude notar los espasmos del pene de Andra dentro
de la boca de mi mujer, y, de repente, pude notar un calor húmedo en la punta
de la polla; Andra se estaba corriendo.
Parecía que Marta quería separarse pero la poderosa mano de
Andra sobre el cuero cabelludo de mi mujer se lo impedía.
Yo ya no pude más. Su dedo jugando con las delicadas paredes
de mi ano y el fluido de Andra alrededor de mi polla, me hicieron explotar con
tres o cuatro eyaculaciones directamente en la garganta de mi mujer, que con
los ojos en blanco parecía perder la conciencia.
Sacamos nuestros penes a la vez instintivamente y un chorro
de semen salió expulsado de la boca de mi mujer.
Marta cayó a cuatro patas sobre la arena tosiendo sin parar.
Nos maldecía por haberla dejado casi sin respiración, pero esa sonrisa con la
que acompañaba los insultos, nos hacía pensar que lo decía sin maldad y habiendo
disfrutado de la situación.
"Cabrones! intentaba tragar pero no podía con tanta
leche"
Andra reía mientras su miembro se balanceaba como un badajo
brillante bajo la luz de la luna con un pequeño hilo de fluido cayendo desde su
orificio.
Marta se puso su vestido, le tapé con mi sudadera y
regresamos a casa andando.
Entramos y rápidamente se dirigieron a sus habitaciones. Yo
me quedé en la cocina abriendo una botella de vino (esto había que celebrarlo).
Pasados unos minutos me dirigía a mi habitación, pues pensé
que mi mujer se merecía un premio a su labor.
Cuando entré en la habitación, pude observar que se me
habían adelantado.
Estaba mi mujer tumbada encima de Andra haciendo un 69 en mi
cama.
Andra estaba tumbada boca arriba, con su vestido por la
cintura, agarrando las caderas de mi mujer y enseñándome sus enormes pero
preciosos pies de puntillas sobre el suelo de la habitación. Su polla aparecía
y desaparecía dentro de la boca de Marta.
Mi mujer me vio entrar en la habitación, pero no se distrajo
de su tarea ni un segundo. Su mano subía y bajaba del mastil de Andra mientras
acompañaba el recorrido con succiones lentas pero profundas.
"sssgluup, sssglup"
Los lametazos que le estaba dando Andra a mi mujer se
entremezclaban con sus gemidos de placer.
Esa escena me enfureció, en parte, por el hecho de no ser yo
el que premiara a mi mujer, pero por otro lado, me alegré de llegar con el
partido empezado.
Me acerqué a la cama, levanté las largas piernas de Andra
hasta ponerlas a la altura de mis hombros y le dije a mi mujer: "Cariño,
lubrícame esto que voy a joder a tu amiga".
Mi mujer sonrió, agarró mi polla, le dio dos lametazos que
la dejaron bien lubricada, levantó los testículos de Andra y dispuso mi verga
frente al orificio de nuestra invitada.
Abrí mas las piernas de Andra, me metí uno de sus preciosos
pies con las uñas, pintadas al estilo de manicura francesa, en la boca, lamí
sus dedos y realicé un movimiento brusco con la cadera que hizo que la mitad de
mi polla perforara el culo de esa golfa.
El grito retumbó por toda la casa, pero eso no me detuvo.
Seguí moviéndome mientras mi mujer pajeaba la enorme polla
de Andra.
zap, zap, zap
Su tamaño se veía descomunal! Se notaba que le estaba
gustando que la empalara con mi polla!
Mi mujer gemía y me gitaba: "follatela cariño! haz que
se corra!"
Yo miraba las piernas de Andra bien abiertas mientras las
sujetaba en el aire. Mi polla entraba y salia de su culo ya sin resistencia y
mi mujer pajeaba su verga llena de venas que parecía que iba a explotar.
Por la cara de Marta, pude ver que se estaba corriendo en la
cara de Andra que no se había olvidado del coño de esta ni un segundo a pesar
de estar siendo taladrada.
Tras unos cuantos espasmos de mi mujer y aun con la boca
abierta y los ojos en blanco, Andra la obligó a bajar su cabeza sobre su pene.
Marta lo entendió y engulló todo su cipote de un solo golpe.
"Gluuup"
Andra encogió las piernas sin que yo pudiera hacer nada. Mi
mujer chupaba chupaba siguiendo el ritmo de mis embestidas en el ya dilatado
culo de su amiga, que por la imagen de los dedos de sus pies encogiendose ,
pude adivinar lo que se avecinaba.
Andrá lanzó un grito ensordecedor, mientras su esfinter se
contraía sobre mi pene. Desde mi posición pude ver como se hinchaba el canal
que recorre la base del pene varias veces, acompañando las eyaculaciones dentro
de la boca de Marta.
Esta vez Marta no aguantó mucho, al retirarse, la polla de
Andra aun expulsaba chorros de semen con cada embestida de mi polla en su culo.
Mi mujer se quedó mirando el espectaculo. Parecía tener vida
propia y no paraba de expulsar leche que salía en todas direcciones.
Yo no quería correrme y agarre con fuerza la base de mi
pene. Era el turno de premiar a mi mujer.
Le dije que se tumbara mirando a Andra, lo que aprovechó
ella para besarla para hacerle probar su propio esperma.
Abrí las nalgas de Marta, apunte mi polla a su culo, y, de
una sola embestida, se la metí hasta los huevos. Ni protestó. Seguía absorta
restregando el semen por los labios de Andra. Que golfa es mi mujer!.
Me la follaba con rabia. Estaba sintiendo celos del placer
que le producía a mi mujer la polla de su amiga pero a la vez... me encantaba.
Nunca había visto el culo de mi mujer tan dilatado. Podía
sacar mi polla entera para luego volvérsela a meter sin problemas.
De repente noté una fría mano bajo mis huevos. Parecía que
querían acariciarme, pero no. Otro contacto mas cálido en mi escroto hizo que
ralentizara mis movimientos.
Mi mujer bajó mas su cuerpo acercándolo al de Andra. Eso me
hizo suponer que quería la verga de Andra en su coño pero, de nuevo, mi mujer
me sorprendió.
Movió su culo para acomodarse mejor y empecé a notar mucha
presión bajo mi pene. Diós! No puede ser! La muy puta intenta meterse las dos
pollas en el culo! No va a poder!
Marta con sus dedos, jugaba con las dos pollas para intentar
hacerlas entrar a la vez. Yo notaba la polla húmeda de Andra que ya había
recuperado la rigidez necesaria.
Marta se quejaba y gritaba cuando los dos penes insertaban sus
cabecitas en la cueva. Pero ella no se rendía.
De repente Andra la abrazó y de un movimiento descendente
logró que nuestras dos pollas entraran a la vez.
Los gritos de Marta eran ahogados por los besos de Andra que
intentaba que se relajara y que no pensara en el dolor.
Entonces vi mi oportunidad. Inicié un movimiento pélvico que
hacía que notara toda la estrechez del culo de mi mujer y el roce del pene de
Andra.
El placer que yo sentía era indescriptible. Yo estaba en una
nube y, poco a poco, fui aumentando el ritmo.
Mis pelotas golpeaban a las de Andra y nuestras pollas se
encontraban en el húmedo esfinter de Marta.
Mi mujer se irguió lo que pudo, lo suficiente para que Andra
le agarrara por sus tetas, donde se encontró con mis manos intentando conquistar
su trozo de pastel.
Marta es la que llevaba el ritmo del ritmo de las
penetraciones. Estaba disfrutando como una perra en celo.
De repente Marta gritó emitiendo un ruido muy agudo, perdió
sus fuerzas, convulsionó y cayó sobre el pecho de Andra.
El líquido que caía por las piernas de mis chicas me hizo
adivinar que Marta había llegado al climax.
El cuerpo de Marta seguía moviéndose sobre su amiga, cuando
mi polla no pudo soportar mas la presión. Mi pene empezó a echar chorros de
leche en el culo de mi mujer. Chorro tras chorro iban llenando el ojete de
Marta.
Andra debió notar lo que estaba sucediendo porque empezó a
gritar y a expulsar leche. No noté sus fluidos (pocos le debían quedar) pero si
que pude notar su polla hinchándose dentro de las estrechas paredes anales de
mi esposa.
De la boca de mi esposa, entre sollozos y jadeos, salían
palabras de aprobación: "siii, siii, todo...soltarlo todo"
Nuestras pollas permanecieron unidas durante unos segundos
dentro del culo de Marta, para ir retirándose muy poco a poco.
Al sacarla, pude ver el esfinter de mi mujer totalmente
dilatado, palpitando, expulsando un líquido blanquecino que resbalaba por su
nalga hasta caer en el suelo de nuestra habitación.
La polla de andra, flacida ya, reposaba, soltando aun
fluidos, apoyada sobre una de sus piernas .
Marta yacía abrazada por Andra en una posición casi fetal.
No fui capaz de estropear esa escena casi paternal. Me
dediqué a observar y me retiré de la habitación dejando a las amigas unidas...
para siempre.
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