domingo, 30 de diciembre de 2012

BAILAR


transexuales


Salí de la fiesta a las 3 de la mañana pues me di cuenta que no cogería a los dos minas que me gustaron y habían presumido, una, veterana, con su minifalda que le dejaba ver hasta su pasado y la otra, pendeja, con unas calzas que mostraban un culo redondeado.
Subí al auto y decidí que con la calentura que tenía debería encontrar una puta para descargarme. Llegué a la zona roja y vi algunas más o menos, y revisé la billetera. La plata que tenía me alcanzaba apenas para un paquete de cigarrillos y una botella de whisky. Entonces fui a comprar eso y enfile el auto para la zona de las travestis. En dos cuadras vi siete chicas, una más hermosa que la otra, casi desnudas, mostrando tetas o culos espectaculares, altas, con cabelleras largas. La pija se me puso al tope, y a la segunda vuelta estacioné en un lugar oscuro, apagué las luces y me dediqué a observar…
A diez metros estaba una pendeja preciosa, con minifalda cortísima que dejaba ver el comienzo de su culito precioso y remera corta sin corpiño que dejaba ver unos pechos que debía medir cerca de 100 centímetros. Me saqué la verga del pantalón y comencé a acariciarme. En eso se detuvo una camioneta al lado de ella y la trava se acercó a la ventanilla. No podía escuchar el diálogo, pero si mirar como ella se mostraba sensualmente, hasta que se levantó la mini y mostró una pija no muy grande pero bien parada. Sin embargo, la camioneta partió, y la chica se dio vuelta. Allí se dio cuenta de mi auto estacionado. Caminó hasta donde estaba y cuando se asomó a la ventanilla vio que estaba con la pija afuera.
- ¿qué hacés?, ¿sos un pajero?
- Bueno, no, pero si, es que no tengo plata para salir con vos…
- ¡Entonces andate, me espantás los clientes!, andate pajero!
Justo en ese momento pasa un patrullero policial y se detiene metros más adelante. Ella se asustó y miró para donde escapar, entonces aproveché y le dije:
- Subite, dentro de mi auto la policía no te puede hacer nada…
Apenas dudó dos segundos y se metió al auto. Yo arranqué y el patrullero se quedó donde estaba. Una cuadra más adelante le pregunté adonde quería que la llevase.
- Doblá en la esquina y seguí andando – me ordenó.
Y comencé a mirarla de reojo. Cara preciosa, labios carnosos, cintura desnuda delgada, con los tacos que tenía puestos debía medir un metro ochenta, y unas piernas largas, duras, hermosas…
- Papi, ¿en serio no tenés plata?, te cobro la mitad y la pasamos genial – dijo, ya con voz más suave, mientras con su mano izquierda agarró mi pija que aún seguía fuera del pantalón
- Si, en serio, lo último que tenía compré cigarrillos y una petaca de whisky. Lo que más quisiera sería tener plata para ir a la cama con vos!
- Y parece que estás bien caliente!, estás bien mojadito!, y qué pija grande tenés!, debe tener 20 centímetros!
- Si, más o menos, pero sin plata lo único que me queda es darle a la paja, como vos te diste cuenta…
Seguimos andando en el auto, sin hablar, hasta que ella se levantó la minifalda y comenzó a acariciarse su pija parada.
- Mirá, ¿cómo te llamás?
- Alberto, y vos?
- Natacha
- ¿qué querías decirme?
- Me gusta tu pija, vos me caes bien, y yo ya no tengo ganás de seguir en la calle, tal vez estabas ahí por algo y me salvaste, y tengo ganás de coger, así que no tenés porque pajearte…
- Si!, pero adonde vamos?, tampoco tengo para un telo…, y en mi casa no puedo…
- Vamos a mi casa, vivo con otra chica como yo, pero cada una tiene su pieza, te animás, es cerca
- Claro!
En realidad anduvimos como 20 cuadras hasta un barrio de las afueras, mal iluminado, y con grupos de muchachos en las esquinas tomando. Me dio miedo de ser asaltado, pero ella me tranquilizó:
- No te asustés, vos me ayudaste y no te va a pasar nada; entrás tu auto al garage y te vas a la mañana, siempre y cuando quieras estar conmigo hasta que nos cansemos…
- Decime donde está tu casa…
Era una casa sencilla pero linda. Se bajó y abrió el garage. Guardé el auto y ella me guió hasta el living. Acostada en un sillón, dormida, estaba una travesti desnuda, hermosa, con restos de semen sobre las tetas, el vientre y las piernas. En el piso, una botella de Fernet vacía y dos de coca cola. También una tanguita rosa y un vestido corto.
- Esta es mi amiga, ¡parece que cogió como perra! -se río - ¿Te gusta ella?
- Es muy linda… pero vos me gustás más…
- Y bueno, tal vez la invitemos…
Y me llevó a un dormitorio. Prendió una luz blanca, pero luego la apagó y prendió otra de color rojo. En todas las paredes había fotos grandes de actrices porno y travestis cogiendo. Tenía una cama de dos plazas, y al frente, un televisor. En el respaldo de la cama, un espejo que ocupaba todo el ancho de la cama.
No bien cerró la puerta, me abrazó, me metió su lengua en mi boca y refregó su cuerpo contra el mío. Además de las tetas, sentí su pene contra el mío. Y eso me convenció que era la mejor sensación que había sentido, sobretodo cuando se levantó su mini, dejo salir su pija dura, abrió mi pantalón, sacó mi pedazo y agarró los dos miembros con sus dos manos y los apretó suavemente. En tanto, logré sacar mi boca de su lengua lujuriosa y bajé a sus tetas, duras. Ella se sacó la remera y me las entregó enteras, con unos pezones chicos pero firmes, sabrosos…
Entonces, me separó y me dijo que vaya a ducharme. Obedecí, y de paso quería enfriarme un poco pues sentía que un toque más y volcaba. Salí envuelto en una toalla, de la cintura para abajo, y la pija hacia un bulto indisimulable. Natacha se había puesto una bata de seda, que dejó abierta dejando ver sus radiantes pechos y su pedazo algo blando.
- Vos metete en la cama y prendé el tele, está justo en una película de dos travestis con un hombre, ¡pero no se te ocurra tocarte!, ah, y ahí en la mesa de luz tenés whisky y porros…
Y se fue al baño bamboleando su culo y cintura… Miré la película porno, con la pija al máximo, pero ni me la toqué, ahora ni loco me pajearía, con esa trava hermosa que llegaría al lado mío tendría todo el sexo que quisiera, por donde quisiera…

No hay comentarios:

Publicar un comentario