lunes, 24 de diciembre de 2012

LUNA LELNA



transexuales


No puedo dominar mi mal humor.

Me siento terriblemente mal.

El mal que tengo no es físico, se trata de una excitación tremenda, de mis sentimientos, de mis deseos ocultos.

Esto me pasa cada determinado tiempo. Va de la mano con el ciclo lunar. Como si se tratara de la metamorfosis de hombre a lobo.

Hoy habrá luna llena.

Desde que me levanté no logro olvidar el sueño que me despertó. Muy excitante por cierto.

Es día sábado. Solo trabajo hasta las 13:30 hrs. Quisiera correr, salir de este espacio que me asfixia, encontrarme con "ella", pero sé que debo esperar. No falta mucho.

Yo le llamo estar en mis "días". Es cuando más se incrementan mis deseos y las ansias de sentirme deseada y admirada. Es cuando más disfruto de la gente que conversa conmigo a través de la computadora. Es cuando más busco a mis "pretendientes". Como no pueden verme físicamente comienzo a provocarlos hablándoles ardientemente, los invito a que me expresen el deseo que tienen por mí, les envío imágenes atrevidas que por lo regular muestran mi trasero en todo su esplendor. Son el tipo de imágenes que más les encantan. No se cansan de repetirlo.

Vengo lista para "vestirme". Mi pequeño morral con la ropa y accesorios seleccionados está dentro del cajón de mi escritorio. Cuando me encuentro sola lo abro un poco para acariciar las delicadas prendas que en un rato estaré vistiendo.

Visito el sanitario varias veces ya que me gusta almacenar el fluido seminal que por consecuencia de mi excitación sale de mi pene. Para ello utilizó un pequeño recipiente de plástico. Traigo a mi "amigo" en el morral. Tal vez lo use si es que no me atrevo a realizar lo que tengo planeado.

Hoy quiero que sea diferente: Llegaré al hotel solo para tomar una ducha y arreglarme. Ya no me quedaré a mi sesión de fotos acostumbrada. Estoy decidida a salir a la calle y mostrarme públicamente. Pero, me repito mentalmente, si no me atrevo jugaré con mi "amigo" y me tomare muchas fotos y videos.

¡Al fín!. Las 13:30. Me despido de todos y salgo apresuradamente con mi morral, me siento muy emocionada.

Durante el trayecto hacia mi hotel favorito voy pensando hacia dónde me voy a desplazar estando "vestida". Quiero caminar por la calle sin importarme más que mi propia satisfacción. Ver mi figura reflejada en los aparadores de las Tiendas. Sentir las miradas morbosas de los hombres. ¿Contacto físico? Tal vez.

La ducha me relajó un poco. Estoy vestida y maquillada. Veo nuevamente la imagen que proyecto en el espejo. Me excita ver mi figura enfundada en delicadas prendas de Mujer: El vestido corto y ajustado, la tanga, el liguero, las medias, los zapatos altos, los senos postizos, el brasier, la peluca y el rostro maquillado..todo me parece perfecto.

Llegó el momento. Tomo mi morral, respiro profundamente y salgo de la habitación. Camino sin vacilar disfrutando las prendas. El piso alfombrado evita el sonido de los tacones, sin embargo el roce de mis piernas enfundadas en las medias se escucha claramente.

Llego al elevador. Mientras lo espero admiro el reflejo de mi figura en las puertas metálicas, me pongo de espaldas y noto cómo se marca la tanga debajo del vestido. Un hombre camina por el pasillo hacia una de las habitaciones. En cuanto me ve su andar se hace lento, me observa detenidamente de arriba a abajo. Su mirar pasa de sorpresa a morbo y deseo. Me guiña un ojo, sonríe y hace un ademán invitándome a su habitación.

Le devuelvo la sonrisa y muevo mi cabeza indicándole mi negativa. Llega el elevador y sin más me adentro en él. Primera prueba superada. Estoy actuando con mucha naturalidad. No sentí pena alguna y lo que es mejor: El tipo no se dio cuenta de mi verdadero sexo.

Ahora una prueba más: Entregar la llave en la recepción. Estoy decidida a no hablar. Aún no domino el adelgazamiento de mi voz.

No ocurre nada anormal. Respondo positivamente con movimiento de cabeza a la pregunta de la recepcionista con relación a si ya desocupé la habitación. Ahora sí viene lo mejor: Salir a la calle.

Y aquí estoy. Caminando por la calle, disfrutando el sonido de los tacones, viendo mi figura cada vez que encuentro negocios con vidrios amplios. Hay poca gente, la mayoría son hombres. De vez en cuando siento miradas morbosas dirigidas a mi trasero. Una parte de mi sueño se está cumpliendo: Nadie se da cuenta de lo que soy en realidad, recibo infinidad de piropos e invitaciones indecorosas. Me siento divertida.

Al fin surge alguien decidido. Es un tipo que aparece en una esquina. Al caminar en sentidos opuestos nuestras miradas chocan de frente. Sin pensarlo le guiño un ojo. El responde con una leve sonrisa. Continuo mi camino, pasa junto a mí y pasos más adelante escucho que da vuelta y comienza a caminar detrás de mí. Mi pulso se acelera. Me dirijo al punto donde se encuentra la terminal del transporte. Llego hasta donde se encuentra la fila, me detengo y el tipo queda detrás de mí. Siento su cercanía. Cruza sus manos por delante y toca suavemente mis nalgas fingiendo que se trata de algo accidental. Sé que lo hace para ver mi reacción y para tantear el "terreno". También sé que si volteo dejará de hacerlo por eso me abstengo. Se atreve a más y las deja exactamente enmedio de mis nalgas, sobre el triángulo de tela de la tanga. Me muevo un poco hacia atrás para indicarle que me gusta lo que hace. Quedamos así durante unos minutos.

Llega más gente y por alguna razón, que nunca supe, la fila se desorganiza. El tipo, aprovechando la confusión, retira sus manos y acerca su cuerpo de forma que ahora es su pene completamente erecto quien acaricia mis nalgas. Su respiración es agitada. Agradezco la confusión.

La fila comienza a avanzar. Doy algunos pasos y me detengo abruptamente de forma que choca con mi trasero, lo escucho cada vez más excitado. Yo estoy igual. Es un juego muy atrevido pero delicioso.

Ya casi para llegar veo que el transporte se ha llenado por completo. La gente de adelante se hace a un lado para dejar pasar a quien se atreva a subirse en esas condiciones. Yo me atrevo y logro subir. El tipo alcanza a subir también pegando su cuerpo a mi trasero. Es otra parte de mi sueño cumplida: Estar en un lugar cerrado rodeada de gente donde la mayoría son hombres.

El operador nos dice que va a cerrar la puerta. El se aprieta detrás de mí para no ser golpeado por ésta. Su pecho y parte del vientre van pegados a mi trasero. Miro a mi alrededor. Nadie se interesa más que en sus asuntos. Nadie se da cuenta cuando el tipo, subiendo una mano, comienza a acariciar una de mis nalgas. Estoy entregada a él. Dejo que me consienta con caricias que nadie ve. Ambos las disfrutamos.

El transporte comienza su recorrido. Es excitante sentir la mano del tipo prodigándome caricias. Lo hace delicadamente. De vez en cuando pellizca mis nalgas; desliza sus dedos sobre el broche del liguero, los corre sobre el tirante de la media.

En cuanto comienza a descender gente en diferentes puntos logramos acomodarnos de forma que nuevamente queda pegado detrás de mí haciéndome sentir su virilidad. De improviso acerca su boca a mi oído y comienza a decirme un sin fin de frases tiernas y otras ardientes. Me dice que lo encanto, que le gusto, que el vestido me sienta tan bien que dibuja mi "culo" deliciosamente, que la tanga tiene la suerte de estar entre mis nalgas y que ojala fuera su "verga" quien ocupara ese lugar. Me empujo hacia él y me abraza por la cintura. El movimiento natural del autobús hace que parezca que me va penetrando. El vestido es empujado entre mis nalgas por un miembro que imagino descomunal. Estoy pensando en que no será necesario jugar con mi "amigo".

Sigue con sus frases cada vez más ardientes: -Me gusta tu culo, soy capaz de hincarme detrás de ti aquí mismo, levantar te vestido, empinarte y darte lengua en el ano; arrancar tu tanga con los dientes y morder tus nalgas hasta enrojecerlas. Tu culo me gusta para golpearlo con las dos manos hasta que me pidas que las llene de besos o hasta que me pidas verga. No creo que tu culo sea virgen pero lo que sí creo es que jamás ha recibido una verga como la mía. Si me lo pides y me lo permites quiero darle verga hoy mismo.-

No le respondo. Tengo temor de que al saber que soy travesti se moleste y me haga un drama en pleno transporte. Solo dejo que me disfrute en ese trayecto. Lo aprovecha al máximo. No se cansa de restregar su pene en mis nalgas.

-¡Anda! ¡Deja darle verga a tu culo! ¡Te va a encantar! Cuando entremos a la habitación lo primero que haré será empinarte sobre la cama, me comeré tu culo a besos con el vestido de por medio. Después levantaré el mismo y me volveré a comer tu culo, le daré lengua a tu ano con la tanga de por medio, te haré gemir de placer por el cosquilleo de mi lengua. Retiraré la tanga con mis dedos, aspiraré el aroma de tu culo y le meteré la lengua abriendo tus nalgas hasta donde se pueda. Para entonces mi verga va a estar bañada en sus jugos y no será necesario lubricarla aunque me gustaria verla dentro de tu boca. Cuando tu culo este lleno de mi saliva me levantaré, sacaré mi verga, te pediré que abras tu culo lo más que puedas, será excitante ver tus manos abriendo tus nalgas, apuntaré mi verga sobre tu ano y comenzaré a acariciarlo con la cabecita. Llegará el momento en que me pidas que te penetre y será cuando comience a empujar mi verga lentamente dentro de tí, sentirás como voy invadiendo tu culo con la verga, comenzarás a empujarte deseando tenerla toda adentro pero yo seré quien controle ese momento, te haré sufrir, haré que me pidas cada vez más verga, pero en vez de ello comenzaré a nalguearte con ambas manos, será delicioso ver como se enrojecen tus nalgas, escucharé tus gemidos de dolor y de placer al mismo tiempo. Después de ese suplicio consentiré tu culo penetrándote por completo, sentirás mis vellos acariciando tus nalgas, estarás completamente pegada a mí, tu culo estará ardiendo por las nalgadas y sentirás el consuelo de mis caricias. Nos quedaremos así por un rato de manera que tu culo se acostumbre al grosor y tamaño de mi verga. Después te tomaré por las caderas y comenzaré a bombear tu culo, primero lentamente y después de forma rápida y hasta cierto punto violenta, escucharé nuevamente tus gemidos y el choque de mis piernas en tus nalgas, será tan morboso el momento que comenzaré a nalguearte nuevamente. De repente dejaré de moverme y sentiré los espasmos de tu culo que apretarán mi verga, la iré sacando despacio y cuando esté fuera veré tu culo completamente abierto teniendo una anchura al tamaño del grosor de mi verga. Apuntaré de nuevo a tu culo y esta vez te penetraré de un solo golpe. Te cabalgaré como un loco hasta llegar al final. Llegará el momento en que no aguantando más vaciaré todo mi semen dentro de tu culo, sentirás como lo inundo deliciosamente, sentirás como comienza a resbalar de tu ano hacia tus piernas, en tus medias quedarán restos de mi semen-

¿En verdad crees que todo esto me lo platico o lo dijo a mi oído? Le gustaban los travestis. Guardé a mi "amigo" para otra ocasión.

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